Rusia sufre derrota en la ONU por invadir Ucrania, que denuncia nueva matanza

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La Asamblea General de la ONU suspendió el jueves a Rusia del Consejo de Derechos Humanos por la invasión de Ucrania, que denunció una nueva matanza en la región de Kiev y pidió armas para resistir a una inminente ofensiva rusa en el este del país.

Rusia consideró que esa suspensión era "ilegal".

El canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, expresó en cambio su agradecimiento y afirmó que a los "criminales de guerra" no les cabe estar representados en esa instancia de la ONU.

El repliegue de las tropas rusas de la región de Kiev sigue revelando los estragos de la guerra.

En Borodianka, al noroeste de la capital, aparecieron 26 cadáveres tan solo en dos edificios bombardeados, informaron las autoridades ucranianas.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, denunció una situación en esa ciudad "mucho más horrible que en Bucha", donde el fin de semana se hallaron decenas de cadáveres con vestimentas de civil, esparcidos por la ciudad.

Ucrania atribuye las muertes a las fuerzas de ocupación, pero Rusia asegura que fueron montajes.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, denunció que las "señales de violaciones, torturas, ejecuciones" en Ucrania "son un ultraje a la humanidad".

Ucrania y los países occidentales consideran ese repliegue como parte de una estrategia de Rusia para concentrar fuerzas en el este, donde se aprestaría a lanzar una ofensiva devastadora.

El gobernador de la región de Lugansk, Sergiy Gaiday, indicó que los rusos "cortan todas las vías posibles de salida" en la región e instó a la población civil a partir lo antes posible.

"Los próximos días sean tal vez la última oportunidad de salir", afirmó Gaiday en Facebook. "No duden en evacuar", insistió.

El llamado concierne especialmente a los habitantes de Severodonetsk, la ciudad más oriental bajo control de Kiev, blanco de frecuentes bombardeos.

Los trenes que están evacuando a la población del este de Ucrania quedaron bloqueados por bombardeos rusos sobre la única vía férrea que sigue bajo control gubernamental, indicó el director de los ferrocarriles ucranianos, Olexandre Kamishin.

Los ucranianos temen encontrarse en una situación parecida a la de Mariúpol (sureste), el puerto del mar de Azov que lleva semanas asediado y bombardeado, con miles de personas atrapadas en condiciones atroces.

El "nuevo alcalde" designado por las fuerzas rusas en Mariúpol anunció que "unas 5.000 personas" murieron y "un 60% a 70% de las viviendas fueron destruidas o parcialmente destruidas" en la ciudad.

Las autoridades ucranianas hicieron un balance "prudente" de 5.000 muertos, pero añadieron que podría haber "decenas de miles de víctimas civiles" y que la ciudad estaba destruida "al 90%".

Rusia reconoció haber sufrido "importante bajas" entre sus militares desplegados en Ucrania, en palabras del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al canal privado británico Sky News. Peskov no dio sin embargo ninguna estimación del número de soldados rusos abatidos, heridos o capturados.

Ucrania reclama la entrega de armamento para enfrentar una ofensiva en el este, que prevé avasalladora.

"Vengo a pedir tres cosas: armas, armas y armas. Cuanto más rápido se entreguen, más vidas serán salvadas y se evitarán más destrucciones", dijo Kuleba al llegar a una reunión en Bruselas con cancilleres de los países de la OTAN.

Ucrania no es miembro de la OTAN, pero los 30 Estados miembros de la alianza pueden brindarle apoyo.

El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, propuso aumentar en 500 millones de euros la financiación de la compra de armas de Ucrania, que hasta ahora era de mil millones.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció que el viernes se trasladará a Kiev para expresar su "apoyo indefectible" a Ucrania.

A nivel diplomático, la crisis no muestra ninguna señal de progreso.

Rusia acusó el jueves a Ucrania de haber modificado algunas de sus propuestas realizadas durante las negociaciones a finales de marzo en Estambul.

Kiev reaccionó de inmediato y pidió a Moscú reducir "su hostilidad" en las negociaciones.

Los países del G7, formado por las economías más avanzadas del mundo, anunciaron nuevas sanciones contra Rusia, que incluyen la prohibición de inversiones en áreas estratégicas, incluyendo la energética.

Los países de la UE aprobaron por su lado un embargo sobre el carbón ruso y el cierre de los puertos europeos a los barcos de ese país.

Otras medidas restringen las exportaciones de bienes de tecnología punta a Rusia y las actividades de los bancos rusos, señaló la presidencia francesa del Consejo de la UE, formado por los 27 países del bloque.

El presidente estadounidense, Joe Biden, denunció el miércoles "crímenes de guerra graves" y prometió "ahogar durante años" el desarrollo económico de Rusia.

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