Campaña prodracma desestabiliza incómoda alianza de Grecia

El primer minsitro Alexis Tsipras se quedó en la práctica sin mayoría parlamentaria cuando casi un cuarto de sus diputados se negó a respaldar las nuevas medidas de austeridad

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Atenas.- Cada día, las acrobacias que debe hacer el primer ministro griego, Alexis Tsipras, para conservar el poder parecen más complicadas.

Los partidos de oposición han respaldado a su gobierno de izquierdas el tiempo suficiente como para negociar un nuevo rescate y mantener al país en la eurozona, mientras que miembros destacados de su propio partido, Syriza, han retomado una campaña para traer de vuelta el dracma.

El jueves está previsto que lleguen a Atenas los principales negociadores de los acreedores de Grecia. Allí intensificarán una nueva ronda de conversaciones sobre el tercer gran paquete de rescate, después de que Atenas y sus acreedores de la eurozona lucharan agriamente para alcanzar un compromiso.

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Fractura

Pero Tsipras tiene una prioridad más urgente. Tendrá que luchar para conservar el control de Syriza en una reunión de los 200 miembros de la ejecutiva del partido y enfrentar a disidentes que creen que la izquierda ha abandonado sus principios en los últimos seis meses bajo el mando del popular primer ministro.

La incertidumbre ha renovado las dudas sobre si Grecia puede —o debe— soportar dos años más de austeridad y políticas de rescate que han golpeado a su economía, así como a los partidos políticos que las impusieron.

"Tsipras no tiene muchas opciones", señaló Dimitri A. Sotiropoulos, profesor asociado de ciencias políticas en la Universidad de Atenas, que ve unas elecciones anticipadas en noviembre como una sólida posibilidad.

"Una es fortalecer su posición en su partido (...) pero no es aficionado a buscar confrontación", comentó. "La otra es convocar elecciones anticipadas. El momento es clave: tendría que ser después de concluir las conversaciones del rescate, pero antes de que puedan reagruparse los partidos de oposición".

Hace tres semanas, Tsipras se quedó en la práctica sin mayoría parlamentaria cuando casi un cuarto de sus diputados se negó a respaldar las nuevas medidas de austeridad. El apoyo de los partidos opositores proeuropeos salvó la propuesta.

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Y desde entonces, los inconformes de ultraizquierda se han mostrado más desafiantes.

Alianza en maduración

Panagiotis Lafazanis, despedido hace poco de su puesto como ministro de Energía en una reforma del gabinete, pidió a gobierno y al país que se preparen para reinstaurar una moneda nacional.

"A diferencia de toda la oscura propaganda, una salida del euro no sería un desastre", dijo esta semana ante entusiastas partidarios, que abarrotaron un teatro de Atenas para celebrar cinco años desde el lanzamiento de su sitio web político "Iskra", un nombre inspirado en el diario clandestino bolchevique que dirigió en su día Vladimir Lenin.

Syriza, cuyo nombre completo es Coalición de la Izquierda Radical, se formó como una alianza que terminó incluyendo a una docena de grupos antisistema y de izquierdas que votaron para convertirse en un partido unificado en 2013.

Antes de la reunión ejecutiva del partido el jueves, Tsipras admitió que Syriza todavía se está adaptando a ser un partido en el gobierno.

"Debemos admitir que Syriza no se ha convertido en un partido unificado", dijo el miércoles en una entrevista radiofónica de dos horas.

"Se ha descrito como un violento proceso de maduración: Syriza pasó de ser un partido que recibió un 4% (en las elecciones pasadas) a uno que ahora carga con las esperanzas de la mayoría del pueblo griego", comentó.

Pese a las penurias que se ciernen sobre los griegos, Tsipras, de 40 años, ha aumentado la ventaja de Syriza en los sondeos de opinión desde las elecciones generales de enero. Él quiere celebrar un congreso del partido tras las negociaciones del rescate, mientras que los disidentes quieren uno de inmediato.

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En este momento, señaló Sotiropoulos, de la Universidad de Atenas, una división del partido parece improbable.

"Estar en el poder tiene un efecto aglutinador... y no querrán que se los responsabilice de una ruptura", dijo refiriéndose a los inconformes. "Pero la ideología y la emoción siguen siendo fuerzas importantes en la política griega. Y eso puede llevar a las decisiones erróneas".