Columna Tributaria: Apreciación del colón e importadores

Opinión de Carla Coghi | Lo cierto es que cada contribuyente debe revisar y analizar su situación financiera personal

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La fuerte apreciación que ha experimentado el colón durante el 2023 beneficia a los importadores, principalmente a quienes se dedican al sector comercial y retail, pues los inventarios están compuestos por mercancías que se compran en el exterior en dólares y al hacer la conversión de la moneda extranjera a la divisa nacional, para el correcto registro contable, el costo del inventario disminuye.

Este podría ser el caso de los supermercados, tiendas de ropa, zapatos, artículos electrónicos y todos aquellos comercios que importen y vendan este tipo de mercaderías.

Por ejemplo, un artículo importado en junio de 2022 ―cuando el tipo de cambio tuvo su pico más alto (¢696,76), según consta en la página oficial del Banco Central de Costa Rica (BCCR)― valía ¢696.760 al aplicar la conversión de la moneda extranjera a la divisa nacional. No obstante, el valor de inventario de esa misma mercadería sería aproximadamente de ¢537.060 en abril de 2023, es decir, alrededor de ¢159.700 menos solo por la disminución en el tipo de cambio.

Si en esta coyuntura económica el contribuyente no realiza ninguna modificación de precios y decide mantenerlos iguales, el negocio tendrá una utilidad más alta al cierre del periodo fiscal y deberá pagar más por concepto del impuesto sobre las utilidades en el próximo periodo fiscal. Por otro lado, si decide ajustar el precio de venta y lo disminuye para beneficiar al consumidor, el impuesto sobre la renta no se vería impactado por el efecto en el costo de la mercadería.

De momento no se vislumbra que el tipo de cambio vuelva a los niveles del 2022, según han manifestado las autoridades y debido a la gran cantidad de dólares que existen en el mercado. Ahora bien, en caso de que el dólar aumente un poco, las tendencias sobre qué deben hacer los contribuyentes variarán de acuerdo con las diferentes actividades económicas que desempeñen.

Lo cierto es que, aunque suene trillado, cada contribuyente debe revisar y analizar su situación financiera personal, pues si un asalariado gana en dólares y posee las deudas de la casa y vehículo en colones, deberá gastar más dólares para comprar colones. Por lo tanto, se deben calzar las monedas entre los ingresos y los gastos ―al menos en los más representativos― para minimizar posibles impactos.