Luego de casi cuatro años de construcción, la tarde de este jueves la firma holandesa APM Terminals entregó la primera etapa de la nueva Terminal de Contenedores de Moín (TCM).
El nuevo megapuerto del Caribe se construyó en una isla artificial de 40 hectáreas y representa una inversión de $1.000 millones.
La obra se desarrolló mediante el formato de concesión que le permitirá a APM Terminals operar el puerto durante 33 años, en ese periodo la compañía pagará un canon a la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva).
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El canon corresponde al 7,5% de los ingresos brutos que obtiene APM Terminals por el movimiento de contenedores, se estima que al cierre del 2019 la concesionaria transferirá $20 millones a Japdeva.
El nuevo megapuerto es un muelle de 650 metros de longitud con un patio de contenedores que puede albergar 26.000 TEUs (cada TEU equivale a 20 pies o 6 metros).
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La terminal también cuenta con conexión para 3.800 contenedores refrigerados, seis grúas pórticas —cada una de ellas más alta que el edificio del Banco Nacional en San José— y 29 grúas de patio que permitirán ejecutar un promedio de 180 movimientos de estiba y descarga por hora de manera ininterrumpida.
La TCM arrancó operaciones en octubre del 2018 con una etapa de prácticas para sus 650 empleados directos. De acuerdo con un estudio elaborado por la Academia de Centroamérica, el mayor potencial de generación de puestos de trabajo del megapuerto se dará de forma indirecta con 147.000 nuevas posiciones en la próxima década.
Ese mismo informe asegura que la Terminal de Contenedores de Moín debe generar $210 millones a la producción económica total de Limón durante el 2019.