El mundo supera las 130.000 muertes por coronavirus y Trump retira dinero a la OMS

Estados Unidos entregó el año pasado $400 millones a esa organización internacional

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Más de 130.000 personas murieron por coronavirus en el mundo, sacudido este miércoles por la decisión del presidente Donald Trump de suspender la contribución de Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La decisión de Trump provocó un alud de críticas de aliados y enemigos, pero los líderes mundiales dieron por otro lado una rara muestra de unidad, al decidir la suspensión por un año de la deuda de los países más pobres del planeta, para permitirles afrontar la crisis.

En Europa, que cuenta con más de dos tercios de los 131.319 muertos contabilizados en el mundo este miércoles, países como Alemania y Dinamarca anunciaron los primeros pasos para ir desmantelando el confinamiento, la medida que más dramáticamente marcó esta crisis sanitaria mundial.

La tendencia a la baja en el número de muertos parece confirmarse en países como España (523 fallecidos en 24 horas) o Francia, que superó los 17.000 decesos, pero que experimenta una estabilización de contagios desde hace casi una semana.

Mala gestión

Donald Trump acusó a la OMS de "mala gestión" y "ocultación" de información al inicio de esta pandemia en China, en diciembre.

El brote podría haberse contenido "con muy pocas muertes" si la OMS hubiera evaluado objetivamente la situación en China, que Trump considera demasiado influyente en la organización.

Estados Unidos entregó el año pasado $400 millones a la OMS. La pérdida de esa financiación supone un enorme agujero en las finanzas de la organización.

“No hay tiempo que perder” en polémicas, reaccionó en Twitter el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, que luego dijo “lamentar” la decisión de Trump.

La gestión de la crisis por parte de la OMS será examinada "a su debido tiempo", añadió Tedros.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, criticó la decisión estadounidense y consideró que "no es el momento de reducir la financiación" de las organizaciones que luchan contra la pandemia.

Desde la Unión Europea hasta China, numerosos países y organizaciones condenaron la iniciativa de Washington.

"Debemos trabajar en estrecha colaboración contra la COVID-19. Una de las mejores inversiones es reforzar las Naciones Unidas, en particular la OMS", subrayó el jefe de la diplomacia alemana, Heiko Maas, mientras que Rusia denunció "una actitud muy egoísta" por parte de Washington.

Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, declaró que la OMS quizás pecó de "falta de autonomía respecto a los Estados".

Desconfinamiento

El desconfinamiento, que en muchos países provoca tanto nerviosismo como el inicio de la crisis, empezó a ser ensayado en Europa.

Los niños daneses empezaron a volver a las aulas. El gobierno autorizó la medida, siempre y cuando los centros educativos instauren medidas de seguridad, comenzando por una distancia de dos metros entre las mesas.

En Austria se autorizó la reapertura de pequeños comercios no alimentarios y el entrenamiento de deportistas de alto nivel.

Alemania, por su parte, se prepara para una vuelta a clases progresiva a partir del 4 de mayo. La semana que viene ensayará también la reapertura de pequeños comercios.

Pero todos los clientes, así como la gente que tome el transporte público, deberían portar mascarilla, recomendó la canciller, Angela Merkel.

Luxemburgo obligará directamente a portar mascarilla a partir del lunes.

En otros países el desafío del regreso a la normalidad es mucho más complejo.

India, un país con 1.300 millones de habitantes (casi 12.000 casos de coronavirus), anunció que permitirá paulatinamente el regreso al trabajo, en especial de las clases más desfavorecidas, en sectores clave como la agricultura.

En el ámbito económico, la pandemia tendrá consecuencias muy graves, especialmente en los países más pobres.

Por ello, el G20 (20 economías más avanzadas) anunció que los acreedores aplazan el servicio de deuda de los países más pobres durante un año, una decisión "emocionante", en palabras de Eric LeCompte, un responsable de una organización no gubernamental estadounidense, Jubilee USA.

El “Gran Confinamiento"

Como todos los grandes cataclismos económicos o sociales, la crisis del nuevo coronavirus ya tiene un nombre: el "Gran Confinamiento", bautizado así por la economista jefe del FMI, Gita Gopinath.

Una medida sin precedentes en la historia de la humanidad, que provocará una contracción económica global en 2020 de un 3%, según el FMI. Solo China e India se salvarán de la recesión este año.

Con la paralización de la actividad industrial mundial, la Agencia Internacional de Energía pronosticó un retroceso de la demanda de petróleo en 2020, de -9,3 millones de barriles por día.

Más de la mitad de la población del planeta sigue confinada, aunque los países inevitablemente deciden arriesgarse.

Corea del Sur, que logró contener la pandemia gracias a una estrategia de tests masivos, celebró el miércoles elecciones legislativas, con la toma de la temperatura en los centros de votación y la disposición de lugares especiales para los electores con fiebre.

"La gente mantiene sus distancias y todo el mundo lleva guantes", se congratuló Kim Gwang-woo, de 80 años. "Está todo bien organizado", estimó.

En América Latina, la ciudad ecuatoriana de Guayaquil sufre como ninguna otra la fuerza destructora de la pandemia.

“No hay espacio ni para vivos ni para muertos”, indicó Cynthia Viteri, alcaldesa de esta ciudad portuaria donde se están disponiendo dos cementerios adicionales.

Y en México, que ya suma más de 5.300 infectados y 400 fallecidos, los pobladores de lugares turísticos como las playas vírgenes de la costa Guerrero o parajes insólitos en Oaxaca cerraron a los visitantes por el temor a que traigan consigo la COVID-19.

Los temores y los rumores dificultan la tarea de gobierno y sectores sanitarios para combatir al COVID-19.

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, instó a los gobiernos de América Latina y de todo el mundo a permitir el regreso de sus ciudadanos varados en el extranjero.

El llamado llegó después de que cientos de bolivianos fueran bloqueados en los últimos días en la frontera con Chile cuando trataban de volver a su país.

En Perú, unos 700 campesinos desafiaron la cuarentena emprendiendo una marcha de más de 400 kilómetros desde Lima hasta sus hogares, en la región andina de Huancavelica, tras varias semanas varados en la capital.