Enfrentada a un voto de censura, May pone toda la carne sobre el asador

Para mantenerse en el cargo, May necesita el apoyo de al menos la mitad más uno de los 315 diputados conservadores

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Londres. La primera ministra británica, Theresa May, se mostró dispuesta el miércoles a luchar hasta el final contra un voto de censura lanzado por diputados de su propio Partido Conservador determinados a arrebatarle el poder y la negociación con Bruselas sobre el Brexit.

"Lucharé contra este voto con todo lo que tengo", afirmó May en una breve declaración ante los medios, convocada de urgencia por la mañana tras conocerse la noticia de que los rebeldes conservadores lograron reunir las 48 cartas necesarias para retar su liderazgo.

El voto de censura se llevará a cabo hoy, anunció Graham Brady, presidente del Comité 1922, responsable de la organización interna del Partido Conservador en la Cámara de los Comunes.

Para mantenerse en el cargo, May necesita el apoyo de al menos la mitad más uno de los 315 diputados conservadores. Hacia mediodía, la BBC afirmó que la primera ministra ya tenía 158 votos garantizados lo que inmediatamente hizo subir la libra esterlina.

Concentrada en reunir el mayor respaldo posible en las horas que le quedan, la jefa del gobierno anuló la reunión prevista del consejo de ministros y el viaje que debía realizar a Irlanda para encontrarse con su homólogo Leo Varadkar.

Participó, sin embargo, en la sesión semanal de preguntas en el parlamento, sonriente y segura pese a los duros ataques que recibió de los diputados de la oposición.

"Este gobierno es una farsa, el Partido Conservador está sumido en el caos, la primera ministra es una desgracia", lanzó el nacionalista escocés Ian Blackford, llamando a May a "asumir sus responsabilidades, hacer lo correcto y dimitir".

La primera ministra reiteró que está "decidida a terminar la tarea" de sacar a Reino Unido de la Unión Europea el próximo 29 de marzo con el que defiende como "el mejor acuerdo posible".

El texto, fruto de 17 meses de difíciles negociaciones con Bruselas, choca con la oposición de una mayoría de parlamentarios, entre ellos los conservadores euroescépticos para quienes hace concesiones inaceptables a la UE.

Estos llevaban varias semanas intentado reunir suficientes apoyos para poner en entredicho el liderazgo de May. Y finalmente lo consiguieron después de que el lunes la jefa del gobierno anulase a última hora la histórica votación en que el parlamento debía ratificar o rechazar el acuerdo.

Tras el voto de censura, que será secreto, se contarán los boletines en una sala a parte y Brady debería anunciar el resultado.

A la espera de ese momento, no cesaban de aparecer comentarios a favor y en contra de May de diputados conservadores en Twitter.

"El cargo de primer ministro es el más difícil que se pueda imaginar en este momento y lo último que necesita el país es una larga y dura carrera por el liderazgo", tuiteó el ministro de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt.

En el campo contrario, el jefe del grupo de diputados conservadores euroescépticos ERG, Jacob Rees-Mogg, afirmó que "el país necesita un nuevo líder".

En su comparecencia, May insistió en que este es el peor momento para crear "división" e incertidumbre en el partido y en el país.

Si se eligiese a un "nuevo líder, no tendría tiempo de renegociar el acuerdo de Brexit ni de llevar a cabo los preparativos antes del 29 de marzo" por lo que seguramente "habría que retrasar o incluso anular el Brexit", afirmó.

Tras el referéndum de junio de 2016 en que el 52% de los británicos votó a favor del Brexit, Reino Unido debe salir de la Unión Europea en poco más de tres meses y si no logra ratificar un texto negociado con Bruselas debería hacerlo sin acuerdo, lo que tendría catastróficas consecuencias para la economía británica.

Algunos partidarios de permanecer en el bloque albergaban, sin embargo, la esperanza de que el rechazo del parlamento al acuerdo desembocase en un segundo referéndum que incluya la posibilidad de anular todo el proceso.

El martes, May mantuvo reuniones con varios líderes europeos, entre ellos el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker y la canciller alemana Angela Merkel, quienes le reiteraron su rechazo a renegociar los términos del Brexit.

“Sigo teniendo la esperanza de que tengamos una salida ordenada” de Reino Unido, dijo Merkel el miércoles, en la víspera de un consejo europeo que una vez más estará marcado por el Brexit.