Estímulo para repatriación de capitales de Trump preocupa a autoridades costarricenses

Actual impuesto corporativo es de un 35% y podría caer al 15%

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Generar condiciones tributarias que favorezcan la repatriación de capitales de las transnacionales estadounidenses es señalada como la mayor preocupación por parte de las autoridades de comercio de Costa Rica con la llegada del gobierno de Donald Trump.

Así lo expresaron el viceministro de Comercio Exterior, Jhon Fonseca y el director general de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), Jorge Sequeira, en la IV y última entrega de los foros de discusión organizados por el diario La Nación, Visionarios 20/20.

Hoy, el impuesto que una empresa de capital estadounidense debe cancelar por regresar a su tierra es de un 35%, pero las nuevas autoridades pretenden reducirlo hasta el 15%, según se había anunciado en campaña por la presidencia estadounidense y se confirmó en las primeras líneas de un escueto plan fiscal presentado por la administración estadounidense el pasado miércoles 26 de abril.

El impacto de esa decisión se vería reflejado directamente en la balanza de Inversión Extranjera Directa (IED) de nuestro país. Por ejemplo, de las 279 empresas que Cinde ha atraído a suelo nacional, 201 proceden de Estados Unidos. Esto es un 70% del total.

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Pero, con calma

Pese a ello, Jhon Fonseca es del criterio que el incentivo no resulta tan atractivo para las transnacionales instaladas en Costa Rica, según información a manos de esa cartera.

Sin embargo, afirmó, el ministerio sí trabaja en un plan de acción para mitigar los posibles impactos de las deciones del gabinete Trump.

"Hay que analizar el tema entendiendo quién es Estados Unidos para Costa Rica y ahí vemos que son economías complementarias y que no compiten directamente. Por ejemplo, muchos de los servicios que desde Costa Rica se brindan no se podrían dar en Estados Unidos, por un tema de costos, de talento humano. Entonces ese complemento es un elemento de fortaleza", sostuvo Fonseca.

Justamente, es el tema de la fuerza laboral costarricense lo que invita a la calma a las autoridades en un primer término.

Sequeira recordó que si bien las firmas foráneas buscan a Costa Rica por un tema de incentivos fiscales, y ahí es donde se estaría en desventaja, el terreno se gana por un factor de talento: técnico y multilingüe.

"Tenemos claro que de aprobarse ese incentivo por parte de los Estados Unidos las cifras de IED sufrirán un impacto pero no necesariamente en un sector como servicios, lo que significa cierta estabilidad en término de empleo también", continuó el directivo de Cinde.

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Pero, en la ventaja se dibuja el reto, pues mantener esa ligera ventaja dependerá del fortalecimiento de ese recurso humano nacional.

Como evidencia, Cinde asegura que el número de empleos generados durante el 2016 –un total de 12.307– pudo haberse visto duplicado si el país contara con mayor capital humano y con la preparación en carreras de mayor demanda y bilingües.

Para ello, alianzas entre entidades, empresas y universidades se han vuelto claves para la preparación de personal costarricense en áreas especializadas y para impulsar la transferencia de conocimiento.

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CAFTA fuera de foco

A la discusión también se sumó la posible afectación de las condiciones establecidas en el tratado de libre comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFTA).

En ese sentido, el embajador de los Estados Unidos, Stafford Fitzgerald Haney, fue contundente: "Trump no ha dicho que va contra el comercio, ha dicho que hay que revaluar los tratados. No estoy preocupado por ese acuerdo. No vemos por qué tendrían que cambiar las relaciones comerciales con Costa Rica".

Así, Fitzgerald es del criterio que la atención debería entonces centrarse en "hacer a Costa Rica próspera y en diversificar la inversión".