La mayor parte de los trabajadores rurales costarricenses de 15 a 29 años tienden a ser asalariados.
Un 84,6% de los jóvenes rurales costarricenses pertenecen a esta categoría y su esfera de trabajo se ubica lejos del empleo por cuenta propia, de ser empleadores, o de trabajar sin remuneración para sus familias: un fenómeno completamente distinto al de otros países de la región latinoamericana.
Este es uno de los hallazgos del nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) acerca de Juventud rural y empleo decente en América Latina (2016).
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La recopilación de datos, realizada por la investigadora belga Marine Dirven con base en estadísticas regionales del 2012, revela también que en Costa Rica uno de cada diez jóvenes rurales trabajan por cuenta propia, y que poco menos de un 4,5% trabaja de otras formas, como el empleo no remunerado familiar.
La tendencia es particularmente distinta al resto de países de la región donde el promedio de jóvenes rurales asalariados no supera el 52%. En países como Bolivia, el porcentaje de asalariados puede ser incluso cercano al 22,4% mientras que Perú, Colombia y Honduras se acercan a porcentajes de casi la mitad a los registrados por Costa Rica.
Se trata de un fenómeno preocupante, según la Organización Internacional del Trabajo, pues la condición de asalariado de un trabajador también está relacionada con el pago de garantías, como el salario mínimo.
"La presencia inferior de empleo asalariado en el sector rural tiene como consecuencia el hecho de que la política de salarios mínimos tendrá un impacto más bajo en la determinación de los ingresos del trabajo en el ámbito rural" aseveró el año pasado la Organización en su informe del Panorama Laboral.
Situación de los asalariados rurales
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Para el 2010 solo un 15% de los asalariados rurales en Costa Rica carecía de un contrato formal y un 35% declaraba no recibir salario mínimo.
Se trata de datos distintos al de otros países en la región donde el porcentaje de asalariados rurales que carecen de un contrato formal puede variar entre un 78% para asalariados agrícolas en Argentina, 68% en Brasil, u 84% en El Salvador.
Los datos forman parte del estudio macro sobre Juventud Rural y Empleo Decente en América Latina que también reporta una caída del 20% en la cantidad de jóvenes rurales ocupados en el sector agrícola y un aumento similar en el empleo no-agrícola rural para la última década.
La caída se encuentra explicada fundamentalmente en un descenso de casi un tercio en la cantidad de jóvenes latinoamericanos que trabajan de forma no remunerada con sus familias.