Figueres y Chaves comparten el reto de atraer a sus trincheras a los abstencionistas para la segunda ronda

La agenda temática del debate durante estos dos meses podría mover la balanza en favor de alguno de los candidatos

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Poco más de un millón y medio de electores costarricenses se mantuvieron alejados de las urnas en la primera ronda de las elecciones presidenciales el pasado 6 de febrero. Atraer a esa cuota de votantes será uno de los retos principales de José María Figueres, del Partido Liberación Nacional (PLN), y Rodrigo Chaves, de Progreso Social Democrático (PDS), los candidatos que lograron avanzar a la segunda vuelta del 3 de abril.

El abstencionismo del 40,29% que muestran los resultados provisionales del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) marcó un récord en las primeras rondas de Costa Rica. Esa cifra supera la de 1958, que mantenía el abstencionismo más alto con un 35,3%.

La tarea es complicada pues este fenómeno tiende a incrementarse en los balotajes. En dos de las segundas rondas que Costa Rica ha vivido, el abstencionismo aumentó con respecto a la primera vuelta. Así fue en el 2002 y en el 2014. En el 2018 la tendencia se revirtió y el abstencionismo se redujo casi un punto porcentual en el desempate entre Fabricio Alvarado y Carlos Alvarado.

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Para la politóloga Gina Sibaja, ese alto abstencionismo puede tener relación con la oferta de candidaturas y sus propuestas, y es previsible que aumente el 3 de abril debido a que las dos fuerzas políticas salen de un grupo de 25 candidaturas que resultaron poco atractivas para el 40% de los electores.

Figueres y Chaves suman juntos el 44% de los votos de primera ronda pero el porcentaje baja a 22,7% si se toma como base el padrón completo, por lo que tienen un amplio margen de posibles votantes por conquistar.

Sibaja coincidió con la también politóloga Eugenia Aguirre en que un mayor abstencionismo en la segunda ronda podría beneficiar a Figueres, quien representa a uno de los partidos tradicionales del país y se enfrenta al discurso “antipolítica” de su adversario.

“La mayor participación podría beneficiar más a Rodrigo Chaves en tanto el discurso provocativo de la antipolítica es muy directo contra el PLN y José María Figueres”, comentó Aguirre.

Sibaja agregó que el abstencionismo ya dio muestra de favorecer a los liberacionistas en la primera vuelta, pues una cifra de votantes que se esperaba en las urnas finalmente no apareció.

“Les benefició en primera ronda porque ese porcentaje que no fue a votar y que se contaba con que fueran a votar obviamente fueron votos que no se sumaron a otras fuerzas que hubieran debilitado al PLN”, aseguró.

A pesar de que Liberación parece todavía conservar una base tradicional que lo respalda y sale con mayor ventaja de la primera ronda, el margen de crecimiento es menor con respecto al PPSD y Chaves.

Los votos para los verdiblancos en la segunda ronda del 2014 sumaron 382.000, mientras que en el 2018 alcanzaron los 400.000 en la primera ronda, cifra que fue insuficiente para pasar al balotaje.

Este año, Figueres recibió cerca de 498.000 votos, lo que, a grandes rasgos, podría significar un techo para el PLN.

“Para el PPSD se vuelve un piso lo que recibió en primera ronda”, dijo Sibaja. El partido de Chaves acumuló 305.000 votos, caracterizados por ver en el exministro de Hacienda una figura “antisistema” y de cambio, discurso que podría atraer a personas que respaldaron a otros candidatos en la primera ronda, lo que significa más terreno por ganar.

Además, de cara a la segunda ronda los partidos que se mantienen en la pelea buscarán acuerdos con otros actores políticos, pero no existe garantía de que las alianzas que se hagan convoquen a los votantes.

Una de las primeras adhesiones fue la de la excandidata de Unidos Podemos, Natalia Díaz, quien se unió a la campaña de Chaves.

Aún está por verse qué posición tomarán los principales candidatos que quedaron fuera de la segunda ronda; existen algunas intenciones de conversaciones, según han adelantado Figueres y Chaves.

No obstante, ambos candidatos arrastran cuestionamientos de diversa índole que pueden representar anticuerpos para fuerzas políticas y votantes.

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Los dos candidatos y sus partidos tienen enfrente la tarea de crear estrategias para mover la aguja a su favor, en lo que pueden influir diversos factores.

Aguirre comentó que la parte temática juega un rol importante, especialmente cuando el país está en la discusión de empleo público y otros proyectos de ley que pueden alimentar la polarización y promover la participación.

“La participación puede estar apegada al factor temático (...). Otras determinantes pueden jugar a favor de la participación, por ejemplo un choque externo”, afirmó la politóloga.

Otro aspecto que podría sumar es la estructura territorial. Aquí el PLN le saca ventaja al PPSD, quien participa en su primera elección presidencial. En caso de que la agenda temática falle en motivar a más personas a acercarse a votar, la movilización en los territorios podría ser una de las tácticas, aunque las politólogas ven con escepticismo de que pueda hacer diferencia.

“El trabajo territorial podría variar en favor de Chaves y no de Liberación Nacional porque Liberación ya captó lo más que podía en términos territoriales”, aseguró Sibaja.

Pero se ve con dificultad que la confianza lesionada entre la política y la ciudadanía pueda reconstruirse en cuestión de dos meses. Además, ambas agrupaciones comparten el desafío de reconquistar las provincias de Puntarenas y Limón, territorios donde ganó Fabricio Alvarado, del partido Nueva República.

Abstencionismo récord

La votación del 6 de febrero presentó el abstencionismo más alto de las primeras rondas en casi 70 años.

Sin embargo, ese fenómeno se presentó de diferente forma en cada territorio. Por ejemplo, al verlo por cantones, 16 de ellos tuvieron un abstencionismo mayor al 50%, mientras que cuatro se colocaron por debajo del 30%.

El cantón más abstencionista fue La Cruz con un 58%, contrario al caso de Zarcero, que con un 23,5% se posicionó como el municipio con mayor participación, un lugar que ocupa desde hace varios procesos electorales.

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Los cantones con un abstencionismo mayor al 50% le dieron, en su mayoría, el triunfo a Fabricio Alvarado y a José María Figueres.

Alvarado ganó en La Cruz, Upala, Osa, Quepos, Golfito, Corredores, Siquirres, Matina y el Central de Limón. Figueres, por su parte, obtuvo el primer lugar en Los Chiles, San Carlos, Carrillo, Coto Brus y Garabito.

Lineth Saborío (Unidad Social Cristiana) ganó en Talamanca, mientras que Chaves lo hizo en Buenos Aires.

En el otro extremo, Figueres se impuso también en los diez cantones con menor abstencionismo.