La CCSS y la informalidad

Columna Tributaria

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La Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) del primer trimestre del 2019, señala que el 22,9% de los asalariados y el 55,7% de los trabajadores independientes es informal. Ello implica que no tributan ni cuotas de seguridad social ni impuesto sobre la renta. En el caso de los independientes, tampoco cobran ni declaran el impuesto al valor agregado (IVA), no pagan patente municipal…

A mí me parece que una causa importante del problema es que las cuotas obrero patronales se calculan sobre una base mínima contributiva que para el seguro de enfermedad y maternidad es de ¢287.349, y para el seguro de invalidez vejez y muerte es de ¢268.955.

Si la remuneración es inferior a esas sumas, se “ajusta” para efectos del cálculo de la contribución.

Es cierto que hay excepciones (cese de labores, ingreso a medio mes, incapacidades) y que para las servidoras domésticas hay una base mínima contributiva “reducida”, pero también lo es que ese sistema no se adapta a la realidad.

En tiempos recientes se han multiplicado los trabajos flexibles que nada tienen que ver con un sistema basado en la remuneración mensual de una jornada de ocho horas diarias.

Los distribuidores de UberEats o Glovo trabajan si quieren, cuando quieren y con el horario que quieran. Más ejemplos: los programadores de computación que trabajan desde su casa, los cuidadores por horas de ancianos o personas con discapacidad, los jardineros que atienden muchas casas del barrio o condominio pero dedicando pocas horas a cada uno de sus clientes, las niñeras, las maestras que dan tutorías, las terapistas del lenguaje o las psicólogas educativas con una o dos sesiones semanales, el ama de casa que hace repostería o la costurera que complementa los ingresos familiares con la habilidad de sus manos…

Si yo contratara un chofer para que lleve a un familiar a rehabilitación o terapia de una hora dos veces por semana, tendría que pagar a la CCSS más que lo que le pago al chofer.

Por otra parte, los independientes que sí están dentro de la formalidad, pagan una cuota de seguridad social (18,62%) que es el doble que la de los asalariados (9,34%).

La consecuencia del mal diseño del sistema es que 651.113 personas (según la misma encuesta) son informales; que menos de la mitad de los trabajadores independientes cotiza para la CCSS; y que la informalidad ha crecido sostenidamente en los últimos años..

Solución: mismo porcentaje que los asalariados, aplicado sobre ingresos reales, reconociendo -además- su enorme variabilidad.