Mario Redondo es un político con un largo camino recorrido y el 1.° de mayo entrante aspirará a volver a la presidencia de la Asamblea Legislativa.
Esta vez lo intentará desde las dificultades que le plantea ser el único miembro de la fracción de Alianza Demócrata Cristiana (ADC), divisa cartaginesa que fundó tras salir de las filas del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).
Desde esa fracción Redondo fue elegido para presidir el Directorio durante la legislatura 2003-2004. Antes había sido el jefe de los asesores socialcristianos por más de un lustro.
Durante su presidencia, el mantadario Abel Pacheco (2002-2006) le encomendó a Redondo la tarea de poner a caminar un ambicioso plan fiscal que, al final de un tormentoso trámite, la Sala Constitucional se trajo abajo por errores de procedimiento.
Hoy Redondo se plantea retos igualmente complejos: quiere desde la presidencia del Congreso, aumentar la calidad del debate legislativo y mejorar el desempeño de los diputados.
Esa es la columna vertebral de su propuesta para alcanzar el máximo puesto del Poder Legislativo. Según afirmó, el panorama complejo para la negociación política que hay en la Asamblea Legislativa le permite ser optimista sobre sus aspiraciones, pese a estar una de las fracciones pequeñas del Congreso.
A continuación lea un extracto de la entrevista que Redondo le concedió a EF sobre sus aspiraciones.
-¿Cuáles son las expectativas reales que tiene de lograr la presidencia del Congreso?
-Sabemos que no es fácil siendo la nuestra una fracción pequeña, pero tenemos una propuesta seria que nos gustaría someter a consideración del resto de las fracciones.Desde que llegué a la Asamblea propuse una serie de objetivos para mejorar la calidad del debate y la oportunidad de la acción parlamentaria.
-¿Cómo propone llegar a ese estado deseable de la labor legislativa?
-Queremos evitar que el diputado se distraiga por asuntos de poca importancia. Para eso propongo avanzar en la especialización del diputado por áreas de gestión económica, turística, social, financiera, entre otras.
"Así, de esa forma, podríamos convertir a la Asamblea en un centro de solución de problemas nacionales y podremos optimizar el trabajo. Pretendo reducir el número de comisiones fusionando a las existentes por áreas temáticas y cambiándole el horario de sesiones al plenario
Hoy tenemos a diputados muy ocupados, pero muy poco productivos".
-¿Y para el Directorio, tiene algún plan?
-Quiero relevar al Directorio de funciones administrativas pues distraen a sus miembros de temas esenciales. La intención es mejorar la calidad del debate político de este país.
"También buscaríamos que la junta de jefes de fracción tenga la potestad de realizar un proceso de admisión de los proyectos de ley para discriminar entre aquellos de relevancia para el país y aquellos que solo llegarían a quitar espacio en la agenda. A los proyectos de ley hay que ponerles plazo, especialmente a los de interés nacional. Imagínese que en la actual legislatura las comisiones plenas I y II han sesionado apenas dos veces en un año.
-¿Cabe pensar en una alianza de oposición para destronar al PAC este 1.° de mayo?
-A estas alturas no hay claridad de lo que sucederá aquí en la Asamblea. El panorama está muy enredado en casi todas las fracciones con más miembros. En ese contexto cualquier cosa puede suceder y nada se puede descartar.
"En lo que a mí respecta, si algún otro diputado quiere rescatar el plan que yo propongo, desistiría de mis intenciones, siempre que la propuesta se concrete".
-La reforma al Reglamento Interno del Congreso sigue siendo una gran deuda de la gestión de los últimos seis presidentes del Directorio ¿Ve espacios ahora para poder impulsar un cambio intengral?
-Creo que depende de la voluntad que cada presidente le ponga a esa tarea. La mayor parte de mi propuesta se basa en una serie de proyectos de reforma al Reglamento Legislativo. Por eso pondría todo el empeño para sacar esos proyectos adelante.
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