Presidente de Nicaragua busca diálogo tras protestas que dejan al menos 10 muertos

Las autoridades contabilizaban 29 oficiales y civiles heridos, mientras que la oposición reportó más de 60 lesionados.

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El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, aceptó este viernes por la noche dialogar sobre el paquete de reformas al seguro social que desató una serie de protestas en diferentes partes del país que ya suman 10 personas fallecidas, según el Gobierno.

Las manifestaciones, de las más violentas en los 11 años de gobierno de Ortega, también registran más de 80 heridos y severos daños a la propiedad.

Hay unos "10 hermanos fallecidos" en las jornadas de protestas, lamentó la vicepresidenta, vocera oficial y primera dama, Rosario Murillo, a medios estatales.

Murillo anunció que Ortega acogió la propuesta del gremio empresarial de "retomar la mesa de diálogo" para buscar una solución al conflicto originado por el aumento de las cuotas patronales y laborales que buscan saldar un millonario déficit del seguro social.

"Estamos confirmando nuestra disposición de retomar ese diálogo abierto", dijo la vicepresidenta, quien aseguró que el mandatario, quien no se ha mostrado durante la crisis, hablará este sábado a la nación.

Manifestaciones y violencia

Las manifestaciones contra las reformas se intensificaron el viernes por tercer día consecutivo, con marchas, barricadas, choques con la Policía y ataques a instalaciones del gobierno en Managua y otras ciudades del país.

La dirigente del opositor Frente Amplio por la Democracia (FAD), Violeta Granera, indicó que de las 10 víctimas, cuatro murieron la noche del viernes en Estelí, pero esta versión no ha sido confirmada oficialmente.

Las autoridades contabilizaban al menos 29 oficiales y civiles heridos, mientras que la oposición reportaba más de 60 lesionados. Hacia el anochecer, las sirenas de las ambulancias trasladaron heridos a los hospitales y las detonaciones seguían sonando en la capital.

El líder de la principal patronal, José Aguerri, urgió temprano al gobierno a evitar que se siga "derramado sangre" y a buscar el diálogo, tras apoyar las protestas.

Durante la jornada los estudiantes se enfrentaron con la policía y levantaron barricadas en las cercanías de la Universidad de Ingeniería, de donde fueron desalojados con violencia y prendieron fuego a al menos dos de los llamados "árboles de la vida" de la capital, gigantescos árboles metálicos iluminados que simbolizan al gobierno.

El Gobierno denunció "que vándalos atacaron con bombas molotov" e incendiaron la entrada principal de la oficialista Radio Ya, en la capital.

Además, acusó a los manifestantes de causar daños en el Ministerio de la Juventud, así como en una alcaldía y un centro universitario --prendido en fuego-- en otras dos ciudades.

Por su parte, partidarios sandinistas agredieron a manifestantes en las cercanías de la Catedral de Managua, en cuyo interior varios estudiantes habrían quedado atrapados hasta horas de la noche.

A las protestas se sumaron por la tarde cientos de trabajadores del sector privado y por la noche se registraron violentos incidentes frente al edificio del Seguro Social.

Represalías contra la prensa

Por transmitir las manifestaciones, cuatro medios televisivos independientes fueron bloqueados por el gobierno el jueves. Un día después solo uno continuaba fuera del aire.

Al menos nueve periodistas resultaron heridos en las protestas, según el Comité para la Protección de Periodistas, con sede en Nueva York.

"Llamamos a las autoridades de Nicaragua a parar de atacar a la prensa independiente y permitir a los periodistas cubrir las protestas sin amenazas ni acoso", manifestó Carlos Martínez de la Sierra, director de programa del comité.

El gobierno suspendió las clases y movilizó a sus partidarios a las calles, desestimando los pedidos de los manifestantes.

"Parecen vampiros reclamando sangre para nutrir su agenda política", recriminó Murillo.

"No nos va a temblar el pulso para defender esta paz. Vamos a defender nuestras conquistas", donde sea y con lo que sea, advirtió el presidente del Parlamento, el oficialista Gustavo Porras durante una manifestación oficialista en Managua.

Las protestas han tomado por sorpresa al Gobierno, que había logrado hasta ahora disuadir los movimientos sociales mediante la influencia que su partido ejerce sobre el aparato público y militar.

"Es una protesta que nació de las bases, no hay un movimiento, ni partido político" que la dirija, y "creo que agarró al gobierno fuera de base, no esperaban esta reacción", explicó el analista político independiente Oscar René Vargas.

Según expertos, la población ha soportado en silencio el encarecimiento de la vida por las constantes alzas de los combustibles, de las tarifas de luz, despidos en el sector público y reducción de beneficios sociales a raíz de la caída de la cooperación venezolana.

La gente también ha expresado inconformidad con la respuesta oficial al reciente incendio en la reserva forestal Indio Maíz y con las irregularidades en los procesos electorales, que según la oposición han sido amañados para favorecer al oficialismo.

¿Cuáles son los cambios a la reforma de pensiones?

Los cambios al sistema de pensiones fueron recomendados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para darle sostenibilidad al Instituto Nicaragüense de Seguro Social (INSS).

El Consejo Directivo del INSS acordó aumentar de 6,25% a 7 % la cotización que pagan los trabajadores a partir del 1.° de julio próximo y elevó de 19% a 21% la cuota patronal a partir de esa fecha, un punto porcentual más a partir del 1.° de enero del 2019 y 0,5 puntos porcentuales a partir del 2020, hasta alcanzar un 22,5 %.

De igual forma, las medidas aprobadas obligan a los jubilados a aportar un 5% de la pensión en concepto de cobertura de enfermedades.

Aunque el Gobierno mantuvo intacta la edad de jubilación y el número de cotizaciones para pensionarse, los aumentos en las contribuciones han sido rechazados por empresarios, sindicatos opositores y sociedad civil.

La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) advirtió de que la reforma provocará “despidos y más desempleo” y proyecta que unos $200 millones dejarán de circular en la economía, lo que redundará en una desaceleración del consumo y mayor informalidad.

Información actualizada a las 12:02 p. m.