Senado de EE. UU. aprobó presupuesto, un primer paso hacia reforma fiscal de Trump

Este paquete autoriza un procedimiento más sencillo, denominado de "reconciliación", para votar en los próximos meses la reforma tributaria

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Washington. El Senado estadounidense aprobó, por estrecho margen, el presupuesto federal para 2018 la noche del jueves 19 de octubre, abriendo el camino a la controvertida reforma fiscal del presidente Donald Trump, que incluye $1,5 billones en recortes de impuestos.

La decisión republicana, aprobada sin el apoyo demócrata es en gran parte simbólica, aunque incluye instrucciones especiales que permiten al partido del mandatario aprobar reformas fiscales por simple mayoría de votos.

"Con este presupuesto, estamos en camino para la aprobación de medidas que favorecen a los individuos y a las familias que soportaron la pesada carga de un sistema fiscal injusto durante demasiado tiempo", dijo el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell luego de alcanzar 51 votos contra 49.

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Trump saludó el resultado de la votación como "un paso importante para el avance de la agenda legislativa de la administración para favorecer el crecimiento y los empleos", afirmando que la resolución "abre el camino para liberar el potencial de la economía estadounidense a través de la reforma fiscal y el recorte de impuestos".

Tras el fracaso de la derogación de la ley sobre la cobertura de salud de Barack Obama, la aprobación de esta histórica reducción de impuestos antes del fin de año era la prioridad de todas las prioridades del líder republicano en el Congreso.

El interés de esta resolución reside en que autoriza un procedimiento más sencillo, denominado de "reconciliación", para votar en los próximos meses la reforma fiscal, con una cláusula crucial: los senadores necesitaban solamente una mayoría de 51 votos de los 52 de que disponen, para aprobar la ley fiscal, en lugar de los 60 generalmente requeridos en el Senado.

Las grandes líneas de la reforma son una reducción del impuesto a las empresas de 35% a 20%, una reducción del impuesto a los ingresos de la mayoría de los hogares, y la supresión de numerosas deducciones fiscales, en nombre de una simplificación.

Según el Tax Policy Center, el 1% de los hogares más ricos experimentaría un aumento de 8,5% de sus ingresos netos en 2018, mientras que el beneficio sería mucho más limitado (entre 0,5 y 1,2%) para el 95% de los hogares de menores ingresos.

La reformaría costaría en total $2,4 billones en la primera década de su aplicación, según los mismos expertos, lo que plantea la cuestión de su financiamiento. Los promotores republicanos de la reforma afirman que la intensificación del crecimiento compensará esas pérdidas de ingresos fiscales.

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Los demócratas denuncian vigorosamente una caída de los impuestos que, según ellos, beneficiará a los más acomodados. "Hay una enorme brecha entre el discurso y la realidad de la reforma fiscal de Trump", declaró Ron Wyden, senador demócrata.

"Este abominable y retrógrado presupuesto da luz verde a los recortes en Medicare y Medicaid para reducir los impuestos de las grandes corporaciones y los estadounidenses ricos", advirtió el líder de la minoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, refiriéndose a los programas de salud pública.

El senador Bernie Sanders criticó la decisión republicana, calificándola de "horrible" y "extremadamente cruel".

Pero también algunos conservadores están preocupados por la caída de la recaudación, que podría aumentar el déficit público.