La Dirección General de Tributación (DGT) revisó el valor fiscal de más de un millón de propiedades en los últimos dos años, y solicitó el aumento automático en el caso de más de 200.000 fincas que se encontraban subvaloradas. Para ello tomó como referencia documentos como las declaraciones del Impuesto sobre Bienes Inmuebles que realizan periódicamente los mismos propietarios ante los gobiernos locales.
Usuarios en redes sociales alertaron, la semana pasada, sobre una actualización automática del valor fiscal de “un número importante” de propiedades en el Registro Nacional. Esto realmente ocurrió, según confirmó el director general de Tributación, Carlos Vargas.
Vargas señaló que se pidió el cambio en el valor fiscal de unos 50.000 terrenos en días recientes, y que antes ya se había realizado la gestión en el caso de otros 188.000 más, aproximadamente.
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Hacienda realiza estos procesos desde 1998, según Vargas; con base en la última gran reforma a la Ley de Impuesto sobre Bienes Inmuebles (7.509). Esa norma señala desde 1997 en su artículo 34 que los valores establecidos para el cálculo del impuesto a la propiedad de bienes inmuebles “servirán para actualizar los registros” que utiliza la DGT para otros tributos.
El valor fiscal inscrito ante el Registro Nacional tiene diversas utilidades, según señalaron a EF la asesora fiscal de Navarrete Contable Fiscal, Iliana Navarrete, y el socio de Impuestos de Grant Thornton, Deyver Mena.
Uno de los más importantes es el impuesto sobre traspasos, que se debe cancelar cada vez que se vende una propiedad. Este es un gravamen del 1,5% que se debe pagar siempre que se traspasa un terreno y que deben cubrir el vendedor y el adquirente en la transacción.
Actualización informada
El director de Tributación, Carlos Vargas, señaló a EF que el proceso de actualización automática con base en las declaraciones de bienes inmuebles se realiza desde 1998, fecha en que entró a regir la última gran reforma a la Ley del Impuesto sobre Bienes Inmuebles.
Sin embargo, comentó que los procesos de actualización también se efectúan cuando ocurren otras situaciones como avalúos para otras gestiones municipales o cuando se inscriben ante el Registro Nacional los detalles de créditos hipotecarios.
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Además de para calcular el impuesto sobre los traspasos, el valor fiscal sirve para cuantificar el pago de otros timbres que se deben cancelar cuando se compra y vende una propiedad. Entre ellos están los timbres del Registro Nacional, el agrario, el fiscal, el del Archivo Nacional y de Colegio de Abogados.
“Todos esos, más el impuesto al traslado de bienes inmuebles, utilizan como base el valor fiscal”, apuntó Mena. “Por eso es importante el valor fiscal, porque va a ser utilizado como referencia en el momento en el que yo realice una transacción con la finca”, apuntó.
El valor fiscal colocado en el Registro Nacional no se relaciona directamente con los cálculo del impuesto sobre la renta por ganancias de capital inmobiliario o con el impuesto popularmente conocido como “a las casas de lujo”; sin embargo, sí puede tener implicaciones indirectas sobre ellos.
En el caso del impuesto a las ganancias de capital, el 15% se calcula sobre la renta neta que obtiene la persona por el terreno a la hora de vender el terreno; sin embargo, en el caso de que el vendedor no pueda comprobar ese monto ante una eventual fiscalización de Hacienda, la administración tributaria podría solicitar que se corrija el cálculo tomando como referencia el valor fiscal del inmueble reportado en el Registro (si este es mayor).
En cuanto al impuesto a las casas de lujo, el valor que se utiliza para calcular la sujeción o no al impuesto (que aplica para propiedades con un valor de construcción superior a ¢137 millones) es únicamente el de la estructura constructiva; pero los montos en el Registro Nacional podrían servir a la DGT como referencia para fiscalizar casos sospechosos de incumplimiento, según Mena.
El valor fiscal un bien inmueble se puede consultar en línea a través del Sistema de Certificaciones e Informes Digitales del Registro Nacional, con solo conocer el número de finca del mismo o la identificación de los propietarios.