Visa para nómadas digitales en Costa Rica seduce menos de lo esperado, le explicamos las razones

El estrés, la dificultad para desconectarse, los altos costos de migrar, las diferencias horarias y estar en constante movimiento son algunas de las razones por las que el modelo de trabajo a distancia retrocede a nivel mundial.

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El nómada digital se convirtió en un modelo de la era moderna del teletrabajo. Luego de la pandemia, el deseo de aprovechar la opción del trabajo remoto para salir a explorar el mundo cautivó a más de 100 millones de personas, según cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Esta cifra equivale a poco más de un 2% de la población trabajadora a nivel global.

Cuando se piensa en esta forma de trabajo, se suele evocar la imagen de un trabajador con su computadora deambulando por las calles de una popular ciudad extranjera o teniendo sus reuniones frente al mar.

Sin embargo, esto no es necesariamente de esta forma. El estrés, los altos costos de migrar, las diferencias horarias y estar en constante movimiento son la otra cara oculta de los nómadas.

En Costa Rica, el proyecto de nómadas digitales fue promulgado como una iniciativa que ayudaría a la economía nacional luego de los embates que causó la pandemia, así como una forma de reactivar el turismo que fue severamente afectado.

El impulsor del proyecto, Carlos Ricardo Benavides, en ese momento diputado del Partido Liberación Nacional (PLN), aseguró que con esta figura se podría atraer a trabajadores para que permanecieran por un año en el país con la posibilidad de prorrogarla por otros 12 meses más.

Cuando se habló de impulsar esta iniciativa, Benavides hacía estimaciones económicas a partir de 10.000 nómadas digitales, mientras que el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), proyectaba que ya existían entre 3.000 y 4.000 trabajadores extranjeros laborando a distancia en el país sin regulación alguna.

Sun embargo, la expectativa chocó con la realidad. Según cifras aportadas por la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME), solamente se aprobaron 625 visas para nómadas digitales desde julio del 2022 a mayo del 2023, a partir de la entrada en vigencia de las normas que buscaron formalizar este tipo de actividad productiva en el país.

El mismo Benavides le reconoció a este medio que “no son las cifras que esperábamos, para nada, no responde a la expectativa que nos habíamos planteado con respecto al número de visas especiales para nómadas digitales que podíamos emitir.”

¿Qué ha sucedido con este proyecto? ¿Por qué las cifras son mucho más bajas de las proyectadas? Hay muchos factores que influyen, desde temas económicos, migratorios, de calidad de vida y hasta personales.

¿Cuál es el perfil de los nómadas digitales?
El 51% de los nómadas digitales se dedican a profesiones como marketing, ciencias de la computación / TI, diseño, escritura y comercio electrónico.
El 71% son trabajadores a tiempo completo, el 36% son freelance con varios empleadores, el 33% dueños de negocios y el 21% empleados fijos de una única compañía.
El 70% de los nómadas digitales tienen entre 24 y 44 años, mientras que el 35% está entre 45 y 54. Casi la mitad están casados y muchos son padres que se llevan a sus familias.
Fuente: BrotherAbroad

Sin tiempo para disfrutar

Una investigación del medio de comunicación británico BBC, señaló que la mayoría de los nómadas digitales iniciaron sus viajes entusiasmados por trabajar y mudarse a grandes ciudades o destinos exóticos para conocer gente nueva, ir a museos, visitar playas paradisiacas, probar nueva gastronomía... Pero luego llegó el burnout, ese agotamiento que experimentan muchos ante la sobrecarga de trabajo.

“Aunque estas ciudades albergan instituciones y espacios que pueden inspirar la creatividad y cultivar nuevas relaciones, los nómadas digitales rara vez tuvieron tiempo de aprovecharlas. En cambio, el alto costo de vida, las limitaciones de tiempo y las demandas laborales contribuyeron a una cultura opresiva de materialismo y adicción al trabajo”, cita el reportaje.

Desde el 2022 e incluso parte del 2023 diferentes países han experimentado altas inflaciones, Costa Rica estuvo entre ellos cuando en agosto del año pasado registró una variación interanual de 12,13% en su Índice de Precios al Consumidor.

Si bien es cierto que esto no lo experimentan todas las personas que se decantan por este modelo de trabajo, es una factura que le pasa a muchos y que causó que estas personas decidieran empacar sus maletas y regresar a casa.

Aproximadamente cuatro de cada 10 nómadas digitales (un 41 %) afirman que su estilo de vida afecta a su capacidad para mantener relaciones sentimentales, un porcentaje similar al de aquellos que afirman sentirse solos “a menudo o siempre”, según se desprende del estudio El lado oscuro de ser un nómada digital [2023], de Passport Photo Online, basado en las opiniones de 950 de estos nómadas.

El derecho a la desconexión digital tampoco es sencillo de conseguir, porque esa libertad para trabajar cuando y desde donde la persona quiera, tiene muchas veces un golpe colateral: 44% de los encuestados reconoce trabajar más horas que antes, muchas veces durante los fines de semana, contestan correos fuera de su horario laboral y llegan incluso a sentirse culpables por tomarse tiempo libre o desconectar del trabajo (esto, en un 83 % de los casos).

Además reconocieron que les cuesta mantener un balance entre explorar el país al que llegan y acoplarse al estilo de vida, y además tener niveles saludables de rendimiento laboral.

¿Qué pasa en Costa Rica?

Después de abordar los temas personales y emocionales que dificultan esta modalidad de trabajo, es necesario conocer por qué la cantidad de visas tramitadas por nómadas digitales en Costa Rica es mucho más tímida de la proyectada por quienes impulsaron esta iniciativa.

En EF hicimos una análisis que podría afectar o disuadir a un extranjero de practicar esta modalidad en el país.

Según explicó Benavides, y con base en las conversaciones tanto con el sector turístico como inmobiliario, “pareciera que hay mucha gente que está viniendo de nómada digital y que opta por no hacer el registro a través de la visa especial, que prefiere no complicarse y entrar al país y permanecer poco tiempo, dos, tres meses”.

Aunque esta estadía ya la convierte en una más extensa que la de un turista regular, los nómadas no están cumpliendo con el plazo de un año que otorga esa visa.

Esta modalidad les ahorra el esfuerzo de presentar todos los requisitos para obtener el permiso migratorio.

“Creo que los nómadas sí están viniendo, que el hecho de que se sepa que existe una legislación que los protege ha alentado en general la idea de venir a Costa Rica, pero que en la práctica no lo están utilizando tanto. Habría que ver que si hacemos todavía una fórmula más sencilla, no necesariamente porque hay que cambiar la ley, sino en el método, que el trámite sea más sencillo”.

Las personas extranjeras que pretendan teletrabajar desde Costa Rica con esta visa especial no residente, deben demostrar que perciben un ingreso mensual promedio de $3.000. Si una persona desea solicitar la categoría migratoria para toda su familia, los ingresos requeridos son de $4.000. No obstante, el monto puede aportarse con el cónyuge o alguno de los otros miembros del hogar.

La prueba de los ingresos mensuales percibidos, entre remuneraciones, rentas fijas u otros, puede demostrarse a través de estados de cuentas bancarias.

Además, las personas deben obtener una póliza de servicios médicos que las cubran durante toda su estancia en el país.

Otra condición es que los nómadas digitales no pueden ocuparse en labores u ofrecer servicios remunerados más allá de los permitidos en la subcategoría migratoria.

Igualmente, deben estar cubiertos todos los miembros del grupo familiar, en el caso de optar por incluir beneficiarios.

Ese salario de $3.000 mensuales representa una barrera de entrada para un segmento importante de trabajadores y, según Benavides, se estableció como una especie de filtro y que esos extranjeros no llegaran a Costa Rica a solicitar trabajo de forma ilegal.

“Personalmente no creo que ese (el requisito de ingresos) sea el factor que explica el hecho de que hayamos dado hasta ahora un número relativamente bajo de visas especiales de nómadas”, añadió.

Retos en infraestructura, seguridad y conectividad

Otra serie de retos que tiene Costa Rica es convertirse en un destino atractivo para los nómadas digitales.

Actualmente 40 países ofrecen este tipo de visa, entre ellos Alemania, Aruba, Brasil, Colombia, Croacia, España, Emiratos Árabes, Estonia, Grecia, Hungría, Indonesia, Islandia, Italia, México Noruega, Panamá, Portugal, República Checa, Rumanía y Tailandia.

El país debe competir en infraestructura, costos de vida, seguridad, conexión a Internet y transporte público para hacer que estos extranjeros decidan completar su año de estancia.

En la página www.nomadlist.com que es referencia para las personas que realizan trabajos como nómadas en el mundo, se detalla que una persona que esté interesada en residir y trabajar en San José, necesita cerca de $3.000 mensuales, y eso con índices preocupantes de seguridad y con una conexión a Internet lenta, según se lee en las reseñas escritas por esta comunidad de nómadas digitales.

Mientras que en las zonas turísticas como Santa Teresa, Puerto Viejo y Tamarindo, se requiere entre $3.100 a $4.500 al mes para vivir.

También es necesario mejorar los servicios de Internet, que es el principal insumo de trabajo.

El país todavía carece de redes 5G y además, es el antepenúltimo país en el ranking de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en velocidades de banda ancha. Asimismo, la seguridad es otro gran tema que preocupa. El reporte de asesinatos del 2022 fue el más alto de la historia de Costa Rica: una cifra 66,5% mayor que la del 2012, para una tasa récord de 12,6 por cada 100.000 habitantes, mientras los registros del 2023 ya lo superan en un 30%.

Las posibles explicaciones de por qué solo menos de 1.000 personas han tramitado una visa para laborar como nómadas digitales en Costa Rica son múltiples. El resultado es solo uno: el potencial del proyecto no despuntó.