‘Aprendimos a creer en nosotras mismas’

Las emprendedoras de Deleite Belemita, Melo Kombucha y Dulce Capricho aplican lo que les enseñaron en el programa Transfórmate de apoyo, asesoría y cambio digital, pero en especial aprendieron a empoderarse

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Ante la transformación de los mercados, de los consumidores y de la forma de operar y gestionar una empresa hay dos opciones: la del avestruz y la de cambiar. Tres emprendedoras hicieron lo segundo.

Karen Alvarado inició su empresa Deleite Belemita en enero 2022, brindando servicios express de desayunos, almuerzos y comidas rápidas, menús según el plan nutricional del cliente y el servicio de catering.

En este caso su cobertura es más amplia, donde se requiera, y en el caso de comidas express la zona de cobertura es Belén. “La fe es expandirme a Santa Ana, San Rafael de Alajuela y San Joaquín de Heredia”, dice Karen.

Ella es de San Antonio de Belén. Trabajó en una panadería desde los 15 años y, cuando se graduó en secundaria, en una fábrica de la industria médica en El Coyol, Alajuela. En 2020 estuvo en una soda en Tibás, pero por poco tiempo, y también se dedicó a la mensajería, llevando encargos de un lado a otro en su propia moto. Paralelamente hacía repostería.

En 2022 estaba iniciando su emprendimiento de comida express y catering cuando se dio cuenta del programa Transfórmate que la Fundación Aliarse implementó en la zona junto con la Municipalidad de Belén, la firma Cargill y otras entidades. El curso fue clave.

Había empezado a dar a conocer sus servicios con volantes, en sus redes sociales y contactando a las empresas cercanas y teniendo claro que las personas y los hogares aumentaron los pedidos a través de servicios express y de delivery.

En los cursos aprendió de mercadeo, a mejorar el uso de Canva (la aplicación de diseño) y las herramientas de gestión donde lleva el registro de las ventas, el inventario, la información de los clientes y de los proveedores, y la contabilidad. Su ilusión se combina con la seguridad que obtuvo del programa, donde recibió el premio de Cargill por sus calificaciones y participación.

“Me ordené”, dice Karen. “Me ayudó a acomodarme, a ver los productos que salen y cuáles no”, afirma Karen. “La idea es crecer poco a poco y hasta llegar al local. Ya tengo el equipo”.

La experiencia de Karen es similar a la de Melissa Flores y Gabriela Salas, que tienen emprendimientos de bebidas probióticas y repostería, respectivamente, y de otras 237 personas emprendedoras de Alajuela y Heredia que participaron en esta iniciativa de Transfórmate.

De una situación de salud a un negocio

Melissa es de la Asunción de Belén. Estudió arquitectura en la Universidad Autónoma de Centroamérica (UACA) y en la Universidad Central en 2003. De inmediato empezó a trabajar en una empresa de construcción y luego tuvo su propia firma, hasta hace unos cinco años. Su salud se lo exigió.

La cantidad de proyectos que manejaba la llevó a apoyarse en otras firmas similares, que no siempre cumplieron a satisfacción, a comer hasta en el automóvil y a correr, exhausta al final de la jornada, para atender a su hija y a su hijo, pues esposo, Andrew Marx, trabajaba en Guápiles. “Perdí dinero y colapsé”, dice Melissa.

Intentó balancear sus actividades y hasta realizó un curso de paisajismo. Pero tenía problemas digestivos, migrañas y alergias a ácaros. Consultó a una doctora holística.

La especialista le recomendó la kombucha, una bebida basada en una gelatina (scooby) de levaduras y bacterias, a la que se le puede dar varios sabores. Las opciones que encontró eran caras y no siempre eran de su gusto, le sabían a detergente.

La doctora le sugirió producirla. Aprendió a hacerlo, no sin accidentes. Una vez le explotó la botella de kombucha combinada con remolacha. La cocina quedó roja. Ella también, bañada. Avanzó prueba y error para llegarle al punto en sabor, gasificación y otras características.

La kombucha tiene beneficios antioxidantes, vitamina C, para el sistema inmunológico y ayuda a la flora bacteriana como bebida probiótica, a regular las idas al baño y a procesar los alimentos, a reducir el colesterol y con el nivel de glucosa.

Tras las pruebas, lo dio a probar a amistades y familiares, hasta que se corrió la voz en el barrio y uno de los vecinos le propuso vender la bebida a través de sus cafeterías en Lindora y Cariari. “Se vendía muy bien”, dice Melissa. Tuvo que comprar una refrigeradora.

Fue cuando pensó en crear el emprendimiento, Melo Kombucha. Empezó a cumplir todos los procesos para el registro sanitario con el Ministerio de Salud y la patente. En la Municipalidad de Belén la invitaron a Transfórmate, donde aprendió a aplicar controles de calidad, costos, tiempos de entrega, gestión del negocio, uso de plataformas y mercadeo en redes sociales y avanzó en la formalización.

La bebida se comercializa actualmente en tres sabores en cinco puntos (está por ampliar a nueve), incluyendo el negocio de una emprendedora de comidas en La Guácima, Alajuela, que participó en los cursos.

En el mercadeo, ella antes anunciaba las kombuchas en su perfil personal. Ahora tiene las cuentas de la empresa y publica contenidos, incluyendo videos.

“La primera vez que hice el video el perro ladraba, se me caía el teléfono, vino un ventolero y el pelo me tapó la cara, mi suegra entró y me pegó un grito porque yo no le contestaba. Lo hice unas 30 veces”, recuerda Melissa.

Luego lo compartió en el chat de los emprendimientos que participaban en el programa y recibió mucho apoyo y ánimo. “Usualmente tenía cinco o seis likes. Logré 30″, dice.

Paralelamente se generó otra iniciativa. Tras convencer a la Municipalidad (y al propietario del local), obtuvo la patente para Cocinados, una cocina compartida donde alquila espacios a otros emprendimientos de alimentos. Lleva cinco meses y ya dos de los emprendimientos crecieron y se independizaron a sus propios locales.

Melissa recalca que con el curso tomó confianza y se ordenó.

Antes producía todo el tiempo y tenía que dejar todo tapado, a medio hacer, para ir a dejar a su hijo Luke al entrenamiento de fútbol. Ahora produce tres veces más que antes (tuvo que comprar equipo frío con 10 estantes, cada una para almacenar 40 botellas) durante tres día a la semana y tiene tiempo libre para visitar a la mamá y para llevar a Luke a los entrenamientos y a su hija Mia de compras.

“Estaba cayendo otra vez en lo mismo que en la constructora. Me estaba empezando a estresar y a enfermarme otra vez”, dice Melissa. El principal cambio fue más significativo. “Creer en una misma”, sostiene.

Melissa se preguntaba cómo —después de estudiar y trabajar en arquitectura y hasta tener su propia firma— ahora se dedicaba a otra cosa. No sabía si valía la pena. En el curso recibió el apoyo que requería. “El curso ayuda a creer en lo que uno hace”, afirma Melissa.

Ahora ella se plantea que el negocio crezca y se consolide, que su marca de kombuchas sea reconocida, y que Cocinados tenga cinco locales. Pero, en especial, quiere mantener el equilibrio en su vida, su familia y su salud.

“Hoy me enfoco en algo que me gusta hacer, que me genera y da un beneficio en la salud a las personas. Estoy donde quiero estar, haciendo las cosas con orden, con pasión y con compromiso”, afirma Melissa.

Un vuelco por la familia

Gabriela Salas también es de La Asunción de Belén. Su negocio es Dulce Capricho, dedicado a repostería y postres.

Estudió contabilidad en el Colegio Técnico de Alajuela. Luego, diseño publicitario en la UAM y educación en la Universidad Estatal a Distancia, pero no las concluyó.

Trabajó como encargada de cuentas por cobrar en una empresa importadora de licores, con jornada de las 7:00 a.m. a 7:00 p.m., sin tiempo para sus hijas (Mariana, Jimena y Briana) y tampoco su pasión: la pastelería, que había aprendido en el IPEC de Santa Bárbara y en los programas de televisión que seguía.

En diciembre hacía queques navideños y vendía entre 100 y 150 unidades, acostándose hasta la madrugada. “Era mi segundo aguinaldo”, dice Gabriela. Decidió hacer un cambio.

Las hijas quedaban a cargo de las niñeras, viviendo situaciones difíciles. Gabriela sentía que las tenía abandonadas. Un día una de las hijas le dijo que deseaba que estuviera en la casa. Eso la impactó.

Vivían en Moravia y con su esposo, Marvin González, decidieron construir una casa en La Asunción, en un lote que ya tenían. Gabriela dejó la empresa. Eso fue hace cinco años.

Como a ella le gusta tener su dinero, empezó a hacer pan casero. Los pedidos aumentaron en el confinamiento por la pandemia en 2020. También empezó a hacer tortas chilenas y queques, aprovechando la tendencia. Luego agregó postres, chocolatería y galletas. Hasta que le llegó un pedido distinto.

Alguien pidió un queque con la forma de una máquina de coser. Gabriela no sabía cómo hacerlo. Respondió que tenía la agenda llena, pero decidió capacitarse en decoración en un centro ubicado en Heredia llamado Corazón de Azúcar y revisó tutoriales en YouTube. Los pedidos continuaban llegando, pero Gabriela se sentía insegura y cobraba 60% más barato.

En la oficina de apoyo a emprendedores de la Municipalidad de Belén la invitaron a unirse a un grupo y a participar en ferias. Ella se decía que no tenía tiempo, hasta que se dio cuenta que tenía más capacidad de lo que creía. Cuando la encargada en la Municipalidad, María Álvarez, le comentó sobre el curso de Transfórmate se decidió.

Gabriela había trabajado en contabilidad, utilizando computadoras. Lo que más le sorprendió en el curso fueron las herramientas para el negocio. Ahora tiene más de 23.000 visitas en la página en redes sociales y lleva los costos, los pedidos, las compras de insumos, las deudas, los inventarios, cuenta con facturación electrónica y está en proceso de obtener la patente.

“La aplicación es muy completa. Es como tener mi propio departamento de contabilidad en la aplicación”, confiesa ella. “Antes la plata entraba y salía. El curso me ayudó montones”.

A la par del orden, Gabriela destaca que ahora tiene más seguridad para vender a los clientes y en ferias de pymes o fiestas cantonales. Su deseo es integrar más a la familia. Lo va logrando.

Jimena, que practica natación y quedó entre las primeras 10 de su categoría en una competencia en Nicoya, va a participar en un torneo en Estados Unidos. Después vienen otros eventos: en Puerto Rico y en República Dominicana. La inversión no es poca.

Gabriela le propuso que le ayudara a decorar. “La natación y los torneos salieron de los queques”, dice Gabriela.

La hija mayor, Mariana, tenía que presentar un proyecto en el colegio técnico de Belén, donde estudia contabilidad. Lo hizo sobre producción de galletas, queques y postres para mascotas.

“Yo le digo que es muy importante que tenga una carrera y un emprendimiento”, dice Gabriela. “En la pandemia muchos profesionales se quedaron sin trabajo”.

Junto con la satisfacción de ver a sus hijas compenetradas, también la conmueven las situaciones e historias que hay detrás de cada pedido. Recuerda una en especial.

Una señora le solicitó un queque en forma de un corazón rojo. Cuando lo fue a recoger, lloró. El queque era para celebrar que se cumplía un año desde que operaron a su esposo del corazón: él tenía 20% de probabilidades de sobrevivir.

Gabriela ha enviado queques a Lepanto, a Guanacaste, a Pérez Zeledón y hasta Estados Unidos, un queque de piña que le pidió una muchacha y que la contactó a través de redes sociales. Cuando lo recibió le envió una fotografía, pues Gabriela estaba muy preocupada de cómo iba a llegar.

El próximo año, cuando su hija menor Briana ingrese a primaria, Gabriela ya tiene pensado qué hará con un poco de tiempo libre que cree le quedará: quiere empezar a capacitar a otras mujeres en repostería y a un costo más cómodo. “Los precios están muy altos”, afirma Gabriela.

Empresas y servicios
Los servicios y contactos de los tres emprendimientos:
Deleite Belemita
Comida express: desayunos completos, almuerzos y comidas rápidas en las tardes. Menús semanales según el plan de nutrición de las personas y para entrega express. Servicio de catering para eventos empresariales y familiares.
Contacto: 7271 0644 y karenalvarado.kao@gmail.com, Instagram y Facebook
Melo Kombucha
Produce y comercializa tres sabores distintos (fresa menta, remolacha limón y naranja hierbabuena) y cocina compartida Cocinados en Belén, para emprendedores del sector de alimentos que no tienen local todavía o cocinas ocultas.
Contacto: 8761 5454 y melokombuchate@gmail.com, Instagram y Facebook
Dulce Capricho
Repostería, pasteles, postres, tortas frías y otros.
Contacto: 7075 1501 y Gaby.salas1238@gmail.com, Instagram y Facebook
Fuente: Emprendedoras.