Emprender: ¿cuáles son las condiciones para emprender mediante franquicia? Así nació Buenazo Bowls y así impulsa su expansión

La cadena de comida casual y saludable, especialmente de açaí, tiene como meta expandirse y ya tiene definido el modelo y las condiciones para la franquicia.

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La cadena de comida casual Buenazo Bowls retomó su plan de crecimiento mediante franquicias para ampliar su presencia y ya tiene definidas las condiciones y el perfil que deben cumplir las personas emprendedoras interesadas. El paso lo dan después de sortear la pandemia y una reestructuración interna.

La empresa es conocida por su enfoque saludable y social, pues de las ganancias se financian los programas de la fundación Pura Vida Fighting for Kids, orientados a la formación de menores de edad en deportes como el jiu-jitsu y el surf en el Pacífico Central.

“Cada tienda prepara los pedidos para entregarlos en forma fresca y con los estandares definidos”, dice Leónidas Ruaro, cofundador de Buenazo, que actualmente tiene siete locales. No es el primer anuncio de expansión que realiza la empresa nacida en Jacó.

En 2018 Buenazo hizo públicos unos ambiciosos planes de extensión en medio de la crisis económica generada por la cautela comercial y las protestas sociales ante la llamada reforma fiscal.

En ese momento contaba con tres puntos y la meta era establecer seis locales con una inversión estimada en $240.000.

Su principal carta de presentación es el menú. Buenazo se enfoca en productos basados en açaí, una fruta importada desde el Amazonas y reconocida como muy saludable por su contenido en vitaminas, entre otras.

Se consume incluso como parte de las dietas para personas con alguna enfermedad.

El açaí se importa congelado desde Brasil y aquí, en cada restaurante, se transforma en un producto tipo granizado y se sirve con coberturas o toppings de frutas y de granola, entre otros.

Ese plan de expansión se realizó y se superó. Llegó a tener 14 puntos. El éxito les hizo pensar en crecer más mediante la franquicia. La pandemia detuvo sus planes. Sólo por un tiempo.

Un programa social y un negocio privado

Leónidas fundó, junto con Adrián Alvarado, Buenazo Bowls en 2016. Pese a que el primero es de Playa Hermosa y el segundo de Moravia, se conocieron en una actividad de la academia de Fernando Moya donde practicaban jiu-jitsu brasileño, un arte marcial de combate y defensa personal desarrollado en el país suramericano.

Todavía eran estudiantes universitarios. Leónidas estudió administración hotelera en la Universidad Técnica Nacional y Adrián administración de empresas con énfasis en banca y finanzas en la Universidad Latina de Costa Rica.

En Brasil conocieron el açaí. Adrián había estado allá un cuatrimestre y luego Leónidas viajó a ese país sudaméricano. En 2014, siete años después, Leónidas se volvió a encontrar con el açaí en California, practicando jiu jitsu. Fue cuando se plantearon iniciar el negocio.

“Tener muchísima paciencia y aprender a manejar el estrés porque al emprender hay un montón de cosas que nadie le dice a uno”.

— Leónidas Ruaro, cofundador de Buenazo Bowls, sobre los retos de emprender.

Para ese momento Leónidas llevaba dos años de haber creado la fundación Pura Vida Fighting for Kids, donde impulsa programas gratuitos de apoyo a jóvenes de la región del Pacífico Central, donde la pobreza afecta a más de la mitad de la población y una décima parte se encuentra en pobreza extrema.

Cada año tiene alrededor de 140 menores de edad practicando jiu-jitsu, judo, yoga y ajedrez gratuitamente. Desde su nacimiento, suma más de 700 participantes.

Como la fundación requiere fondos para financiar sus programas, una solución fue crear una empresa cuyas ganancias fueran destinadas a la fundación.

Leónidas le planteó la idea a Adrián, quien actualmente trabaja en el sector financiero y bursátil como asesor, y se pusieron manos a la obra. En junio de 2016 abrieron el primer local de Buenazo Bowls en Jacó.

Le pusieron Buenazo porque el açaí es un producto refrescante y, cuando se les pregunta, las personas responden que “está bueno”.

—¿Estaba bueno o estaba buenazo?

—Buenazo.

Para ellos ahí se resumía lo que ofrecen. Cada uno aportó su mayor destreza. Leónidas, lo creativo. Adrián lo operativo y fue quien propuso expandirse.

“Quien pega primero, pega dos veces”, dijo Adrián en ese momento. Pronto vieron la oportunidad.

Al local de Jacó llegaban clientes oriundos del Valle Central y, en especial, de Escazú. El local se les hizo pequeño y se pasaron a uno más grande en el centro comercial Jacó Walk.

En Escazú abrieron el segundo local a principios de 2017. En ese momento fue clave la asesoría de la agencia de comunicación. “Es un proyecto en el cual ellos son muy genuinos”, destaca Karina McDonald, asesora de Content Lab.

Las siguientes aperturas no se hicieron esperar: Barrio Escalante y Curridabat. Fue cuando anunciaron abrir más locales. Y así lo hicieron.

Llegaron a tener 14 puntos.

Pensaron en seguir expandiéndose mediante el modelo de franquicias, pero la pandemia detuvo todo.

Durante el 2020 las ventas se apoyaron en las entregas o delivery.

“Sobrevivimos”, dice Leónidas.

Los ajustes más importantes no vinieron en esa época, sino después.

Datos vitales
Nombre de empresa: Buenazo Bowls.
Categoría de actividad: comida casual y saludable.
Fecha de fundación: junio de 2016.
Fundadores: Leónidas Ruaro y Adrián Alvarado.
Planilla actual: 15 personas.
Productos: conos y canastas de waffle, Keto Bowls, Poke Bowls, infusiones y cafés fríos, además de recetas elaboradas a base de açaí, bowls caseros, pan pita, tortilla pocket, sandwich focaccia y burritos.
Puntos actuales: Escazú, Escalante, Oxígeno, Jacó, Alajuela, Curridabat y Lincoln Plaza.
Sede central: Plaza Los Laureles, Escazú
Horario: de 10:00 a.m. a 7:00 p.m. en la mayoría de los restaurantes.
Delivery: Pedidos Ya y Uber Eats.
El mayor obstáculo: los trámites y permisos para abrir locales, para la importación de açaí y para financiamiento bancario.
El momento más difícil: la pandemia.
La recomendación a emprendedores: “Tener muchísima paciencia y aprender a manejar el estrés porque al emprender hay un montón de cosas que nadie le dice a uno”.

Reestructuración y franquicias

Dos años después, en medio del incremento de la inflación, se hizo un análisis de la operación y se tomaron varias decisiones de reestructuración.

Revisaron costos, ingresos y resultados por tienda. La primera que se cerró fue la de Jacó (que se reabrió hace cinco meses). Se cerraron 7 de las 14 que se tenían. El personal se trasladó a alguno de los otros puntos, con algunas excepciones.

Midieron recursos, lo que necesitaban, los alquileres.

En Escazú se movieron del centro comercial Calle Real a Los Laureles. En Alajuela, en Escalante y en Curridabat también se realizaron traslados a puntos con más tráfico y más rentabilidad.

Como parte de la reorganización también se consolidó el menú. En 2019 se había empezado a ampliar. Ahora la idea era tener más y mejor oferta, siempre manteniendo el concepto de productos saludables y frescos.

Se introdujo el poké, un platillo de origen hawaiiano con pescado y arroz similar al sushi, que puede ir con atún o salmón y acompañado con ensalada de pollo.

Le sumaron cafés y batidos, infusiones, smoothies, burritos, bowl de casado tico, focaccias y tortillas pockets siempre pensando en la línea saludable, sin saturación de grasa y rico. “No solo debe ser saludable, también debe ser rico”, insiste Leónidas.

Con eso definido, retomaron el plan de franquicia que tenían en 2019, después de haber asistido a la ExpoFranquicia. Ya tenían camino avanzado, como la documentación.

La franquicia permite la expansión de la marca con menos costos. A nivel nacional se puede aprovechar el espacio que se va abriendo con la demanda de productos saludables.

Facilita también ingresar en otros países como Panamá y Guatemala, de donde ya recibieron propuestas. Incluso hay una posibilidad para ingresar en Miami, Estados Unidos.

El modelo de franquicia no es extraño en el país. Según la firma Franquicia 506, en Costa Rica hay más de 350 marcas internacionales, de las cuales 70 surgieron en el país.

Quienes deseen emprender con franquicias deben seguir un proceso de estudio, negociación y formulación legal.

Requiere que las marcas también estén ordenadas. Así lo hizo Buenazo en 2022 y 2023. Además, se definió la propuesta de negocios para las personas interesadas.

La inversión para la franquicia es de $30.000 a $40.000, dependiendo de diversos factores, como el contar o no con un local. Ese monto abarca el equipamiento, remodelación y abastecimiento inicial de cada restaurante.

Mensualmente se paga un royalty, además, de un 8% sobre las ventas, monto que sirve para el apoyo de mercadeo de la marca.

Leónidas destaca que buscan un socio comercial, una persona con perfil emprendedor que se haga cargo de su propio negocio, comprometida, y con ganas de formar parte del equipo de Buenazo y deseos de superación.

“Es una operación gastronómica realmente sencilla. Es fácil de capacitar e implementar y replicar, que requiere poco personal, tiene procesos probados”, afirma Alexander Salas, gerente general de Buenazo.

Además de la formalización de la franquicia (que incluye los contratos y el acuerdo de confidencialidad), parte del proceso es el entrenamiento de las personas, incluyendo la inducción a la industria de la gastronomía y para la preparación de los platillos.

Se dispone también de una plataforma informática para la gestión del punto. Pero nada está escrito en piedra.

Para darle más atractivo, hay cierta flexibilidad —siempre dentro de los parámetros establecidos— para iniciativas de innovación y mejoras.

Cada franquiciado formaliza su propia sociedad y establece sus procesos de cumplimiento de las obligaciones de cargas sociales, seguros de planillas y tributarias. En caso requerido, Buenazo puede brindarle asesoría y soporte en estos deberes.

El tiempo promedio para la apertura de un local es de tres meses a partir de la firma del contrato, dependiendo de los trámites de la municipalidad local y de si se cuenta con un local.

De acuerdo con las estimaciones realizadas, se obtiene una ganancia del 20% antes de impuestos.

“La idea es que quien compre la franquicia recupere la inversión en tres, máximo cuatro años”, responde Norman Sandí, encargado de finanzas de Buenazo.

Lo que sí es inflexible es la meta: durante este 2023 se abrirían seis puntos nuevos de Buenazo y el próximo año otros seis. Un total de 19 puntos.