Produce lechugas hidropónicas, empezó en ferias del agricultor y ahora comercializa en supermercados y tiendas de conveniencia

Suplidora Hortícola Ideas Verdes inició en San Ramón fundada por dos agrónomos y, por su crecimiento, tuvo que reubicarse en Zarcero donde produce en 7.000 metros cuadrados en invernadero

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Jacobo Solís estudió agronomía y decidió fundar su empresa Suplidora Hortícola Ideas Verdes, ubicada actualmente en Zarcero, conversando con su profesor y ahora socio, César Naranjo, y empezaron a producir lechugas hidropónicas en invernadero.

Eso les da una ventaja que se tradujo en el crecimiento de la producción, al punto que tuvieron que cambiar de sitio.

“Tenemos la virtud de que podemos cambiar la productividad en el invernadero, que es más alta que en campo abierto”, dice Jacobo, quien actualmente tiene treinta y dos años.

Jacobo es oriundo de San José de Naranjo, un distrito que queda cerca de Zarcero. Estudió en la escuela de la localidad. Luego pasó al colegio de Naranjo. Entonces dio el salto a la universidad.

Primero ingresó a la Universidad de Costa Rica a estudiar música, pues le gustaba tocar la guitarra. No terminó la carrera.

Se decidió por la agronomía en la sede del Instituto Tecnológico de Costa Rica en Santa Clara, San Carlos.

El vuelco a la agronomía no fue una ocurrencia. Desde la infancia había tenido relación con el campo y, en particular, con la producción de café y con la ganadería de la familia. Su propio padre, Jaime, tenía una huerta.

Estudiando en el TEC conoció a César, actualmente de treinta y cuatro años de edad, quien le daba clases de horticultura. César había estudiado una maestría en Europa, concretamente en Holanda y era oriundo de San Ramón.

Ambos pensaron en la posibilidad de crear una empresa propia dedicada a la horticultura.

Empezaron en 2017 con un invernadero de trescientos metros cuadrados en La Esperanza, en San Ramón, produciendo lechuga.

Al inició solo vendían en la feria del agricultor. El siguiente paso fue estar en supermercados.

Debido a la formación técnica y profesional, la producción reunía las condiciones de calidad que las cadenas de venta al detalle solicitan. César y Jacobo empezaron a tocar las puertas de sus futuros clientes. Las puertas se abrieron.

En 2018 empezaron con Walmart, donde recibieron ayuda del programa Tierra Fértil para generar el código de barras y cumplir otras condiciones que les permitieran venderle a su subsidiaria Hortifruti para vender en los supermercados de la cadena. Todavía estaban en San Ramón, pero no por mucho tiempo.

El programa Tierra Fértil compra directamente a 650 productores agrícolas en América Central, brinda asesoría técnica e impulsa buenas prácticas (incluyendo el uso responsable de agroquímicos y del recurso del agua), administración y finanzas.

A mediados de ese año Jacobo y César trasladaron la operación de la empresa a Pueblo Nuevo de Zarcero y a finales de ese mismo 2018 ya tenían 2.500 metros cuadrados de cultivo en invernadero. Actualmente son 7.000 metros cuadrados donde cuentan con diez personas colaboradoras.

¿Cómo crecieron hasta ahí?

En Pueblo Nuevo, cerca de Laguna de Zarcero, continuaron produciendo con el sistema hidropónico, que les permite garantizar y ofrecer un producto muy inocuo.

“Es muy importante para esta época, porque los clientes exigen productos de más calidad, duraderos e inocuos”, dice Jacobo.

A finales de 2018 solamente eran ellos dos. A partir de ahí empezaron a contratar personal para el cultivo y la cosecha. De acuerdo a las necesidades, contratan servicios para logística o transporte, entre otros. La expansión de ventas siguió, de hecho.

Empezaron a vender también lechugas a Freshy Deli, que comercializan a través de las tiendas de conveniencia AM PM y Fresh Market. En medio del crecimiento, llegaron los momentos difíciles y en los que hay que tomar decisiones en la empresa.

La producción en hidropónica y en invernadero también es utilizada por otras empresas del sector, como el Grupo 1957.

El año 2020 implicó un giro de los consumidores hacia el bienestar y la alimentación saludable, en medio del confinamiento y luego en medio de las restricciones sanitarias por el covid-19. Eso implicó oportunidades de crecimiento, pero por un instante.

Actualmente, sin embargo, el sector agropecuario sufre una recesión económica y ha perdido empleo, de acuerdo al economista Gerardo Corrales, quien expuso en un webinar de la Asociación de Formuladores y Comercializadores de Agroinsumos de Costa Rica.

La crisis agrícola fue causada inicialmente por el problema de logística y contenedores a nivel global que se inició con el cierre de puertos en Asia, en particular.

A esa situación se sumó otra: la guerra de Ucrania, que incrementó la falta de insumos. Ambos factores incrementaron también los precios de los fertilizantes. En este caso en 180% desde 2020.

“Los costos subieron”, explica Jacobo. “Es un reto, pues afecta la rentabilidad y la capacidad de crecimiento se vio diezmada un poco”. La disyuntiva no es sencilla.

En diferentes industrias se puede optar por incrementar los precios conforme aumentan los costos y así mantener la rentabilidad. En el caso de los productos agrícolas no es tan sencillo, por el efecto inmediato en la demanda. Dada la imposibilidad de hacerlo en forma inmediata, Jacobo y su socio César analizaron las opciones.

Una de las alternativas es el incremento de la productividad, que es más alta que en los cultivos a campo abierto y pueden aumentar con más facilidad en invernadero. Al mismo tiempo pueden reducir los costos.

“Al estar en invernadero se puede tener un manejo más natural y orgánico, con menos agroquímicos”, indica Jacobo. Hay otras medidas adicionales.

Por ejemplo, en transporte se implementan medidas que reduzcan los costos. Pese a la situación, los planes de crecimiento no se archivan. La empresa podría duplicar el área de producción y también podría exportar. Está en el horizonte de César y Jacobo.

De hecho, sus productos se han colocado en algunas ocasiones en varios supermercados de Walmart en la región centroamericana a través de Hortifruti, aunque no en forma constante todavía.

Otra posibilidad es la exportación directa, para lo cual se han realizado contactos con la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) y ha participado en varios cursos de capacitación. Por ahora, Jacobo y César tienen claro dónde deben consolidarse primero.

“En este momento todavía la producción es para el mercado interno”, reitera Jacobo.