2012... sin pena, ni gloria

Un año en el que hubo estabilidad, pero sin lograr recuperar la confianza de empresas ni hogares

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En el 2012, Costa Rica mostró ser una economía solvente: los indicadores macroeconómicos se mantuvieron a raya, pero el leve crecimiento y la inflación controlada no alcanzaron para alimentar el optimismo.

Este año se vivió por empresas y consumidores de forma pesimista. La confianza de los hogares se mantuvo en terreno negativo y las empresas apenas recuperaron el ánimo en los últimos meses, un comportamiento normal de la temporada navideña.

Una encuesta a 30 economistas realizada por EF sobre el balance económico del 2012, coincidió en calificar el periodo como uno que pasó sin pena, ni gloria.

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Ellos calificaron con un 9 los logros en el control de la inflación y con un 7 el crecimiento económico, pero esas notas contrastan con el 5 que le dieron a la generación de empleo y de 3 a la reducción de la pobreza.

Las consultas se realizaron a los expertos entre el 26 de noviembre y el 9 de diciembre anteriores, como parte del proyecto Inteligencia Financiera, coordinado por el economista Ronulfo Jiménez.

Al cierre del 2012, la afirmación parece ser: estamos bien pero mal. La lectura es contradictoria, pero tiene explicación.

El economista del Centro Internacional de Política Económica (Cinpe), Leiner Vargas, señala que Costa Rica es una economía que, a lo externo, es solvente y que empuja por encima del promedio regional, pero que está resquebrajada a lo interno.

Al ver el comportamiento interanual del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) – de la tendencia ciclo–, se evidencia la contradicción.

Este año, algunos sectores de la economía, como la manufactura y los servicios, crecieron de forma alucinante a ritmos superiores al 13%, no obstante, otros, como el comercio, la construcción, hotelería, restaurantes y el resto apenas y lograron tocar el 5%.

Lo bueno

La buena nueva del 2012 fue una inflación controlada y creíble.

En julio de este año, por primera vez desde el 2005 , las expectativas de inflación de los agentes económicos del país se acomodaron dentro del rango meta establecido por el Banco Central.

El hecho es significativo pues supone un freno a la inercia inflacionaria y un acuerdo de los agentes económicos para contribuir al cumplimiento de la meta establecida por la autoridad monetaria.

Los economistas consultados por EF no dudaron en darle a este punto la calificación más alta del 2012 (9 de 10).

De hecho, el 60% de los consultados considera alta la posibilidad de que se continúe con la tendencia decreciente de inflación que tiene el país desde el 2008.

De seguido, en materia de crecimiento, la calificación fue de 7, una nota apenas suficiente que se ve influenciada por los primeros meses del año, que destacaron por registrar un impulso inesperado.

Al cierre del primer semestre, la economía crecía a ritmos del 7% , impulsada por el sector externo que, a su vez, crece empujado por la industria electrónica, cuyo principal representante es la firma Intel.

Las ventas al exterior de las zonas francas crecieron en el primer trimestre del 2012 un 43% respecto al mismo periodo del 2011.

Sin embargo, tanto como sorprendió el crecimiento en el primer trimestre, también fue inesperada la dimensión de la desaceleración en el segundo semestre.

El último dato disponible del IMAE, a octubre anterior, mostraba una economía que apenas crecía a un 2,4%, un dato 4,6 puntos porcentuales menor al registrado en junio pasado.

Pese a la fuerte desaceleración, en perspectiva, no se esperan grandes alternaciones en los números finales que se darán a conocer en enero.

El tipo de cambio seguirá cercano a la línea de los ¢500,00 por dólar y la tasa de interés seguirá retomando su rumbo a la baja.

Precisamente, el precio del dólar se ha mantenido cercano al piso de la banda cambiaria (¢500), lo que significa que la apreciación del colón rondó el 2% este año.

Lo anterior obligó al Central a comprar dólares en cantidad y acumular reservas récord.

A criterio de Wálter Chinchilla, economista de Pymeconomía, estas cifras sientan las bases de un 2013 con un crecimiento estable, una inflación similar, un tipo de cambio estacionado y tasas de interés a la baja.

Lo malo

Sobre la causa de la desconfianza del consumidor y de las empresas en la economía, el 60% de los economistas no dudó en responder.

Todos opinaron que en el 2012 el crecimiento se concentró en sectores muy específicos y no llegó a la generalidad de las actividades productivas, ni a la mayoría de los hogares.

A criterio del economista Luis Mesalles, es un crecimiento que no se traduce en mayor bienestar para todos los sectores y que se acompaña de un estancamiento de la pobreza y la desigualdad.

En el 2012, según la última encuesta de hogares, la pobreza atacó a un 20,6% de la población, una cifra menor en un punto porcentual a la registrada en el 2011. Entre tanto, la pobreza extrema se estancó en 6,3%.

Este año, 1,1 millones de personas en Costa Rica sobrevivieron con un ingreso inferior a los ¢96.000 mensuales (unos $190).

La amplia desigualdad en el país también se mantuvo estática.

En el 2012, el 20% de la población con mayores ingresos acaparó el 51% de los ingresos totales en el país, mientras el 20% de hogares con menores ingresos apenas participó en un 4,2% de la generación de riqueza nacional.

El coeficiente de Gini fue de 0,518, un dato prácticamente invariable respecto del 2011.

Para el economista Ennio Rodríguez, los datos demuestran la existencia de una crisis de baja intensidad.

En su criterio, la economía creció por debajo de su potencial, de forma, además, no uniforme para todos los sectores, lo que mantuvo el deterioro distributivo y una pobreza creciendo en números absolutos.

El último informe del Estado de la Nación presentó datos que alarmaron sobre el agravamiento de viejos problemas.

Se evidenció que, en Costa Rica, la productividad en las zonas francas crece al 9% anual, mientras que, en el resto del país, apenas lo hace en un 2%, una brecha que también se evidencia en materia salarial y del pago de impuestos.

El crecimiento económico impulsado, principalmente, en el 2012 por los sectores en zona franca (libres de impuestos) tampoco se pudo traducir en el crecimiento mayor de los ingresos tributarios.

Paralelamente, se estima que el déficit fiscal cerrará el año cerca del 4,5% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que advierte la continuación del problema fiscal.

El costo fiscal de las exoneraciones en el desempeño económico del país es una tema que en la actualidad se estudia en el Ministerio de Hacienda, según confirmó su titular Édgar Ayales.

Por sectores, se evidencia que el impulso se concentró en el sector de la industria manufacturera, financiera y de la construcción en la primera mitad del año.

Otras actividades como el comercio y la agricultura se mantuvieron a ritmos estables todo el año y fueron soporte de la economía en el segundo semestre, cuando los sectores más dinámicos se desaceleraron de forma dramática.

La desconfianza

Según la encuesta a economistas, la calificación anual a la gestión del Gobierno es mala pues un 40% afirma que hay ingobernabilidad general del Estado.

De esa forma se explica por qué durante todo el año los diferentes indicadores de confianza del consumidor permanecieron en el lado del pesimismo.

El Índice de Confianza del Consumidor (ICC), elaborado por EF, no solo no tocó el terreno positivo, sino que, además, la desconfianza fue mayor mes a mes.

La misma situación mostró el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) elaborado por la Universidad de Costa Rica, que no repuntó y se mantuvo en el piso.

En el caso de la confianza empresarial, tanto los índices elaborados por la Unión Costarricense de Cámaras y Empresas Privadas (Uccaep) como el de la Cámara de Comercio, permanecieron con números negativos hasta el tercer trimestre del año.

El análisis supone pues que, a lo largo del 2012, se mantuvo una percepción de un futuro en tono gris.

Esta desconfianza de personas y empresarios se explica por temas de la política como los problemas de gobernabilidad y de la acción del Gobierno.

Los economistas califican con mala nota el desempeño de la mayoría de las políticas públicas ejecutadas en el año.

Mal sabor de boca

La desconfianza se alimenta de malos bocados.

A lo largo de todo el 2012 y hasta noviembre pasado, las señales preocupantes más bien venían del sistema financiero.

El crecimiento de la Tasa Básica Pasiva (TBP) hasta niveles del 11% encareció en el 2012 los créditos hipotecarios.

Las razones del aumento de la tasas de interés quedaron en el debate, sin aclararse del todo, y más bien se cerró el año con cambio en la metodología de cálculo de esta importante tasa de referencia.

Al listado de hechos del año, el economistas Leiner Vergas agrega la fallida reforma fiscal, que ocupó la agenda nacional durante los primeros cinco meses, sin que el tema se resolviera de forma positiva.

También desde junio pasado y hasta la fecha, salió a l luz el escándalo de la trocha fronteriza en la zona norte (un tema político-económico) donde se invirtieron cerca de ¢22.000 millones, lo cual nubla las finanzas públicas y la credibilidad de las empresas y de las autoridades.

Se suma el problema de infraestructura vial, donde el puente de la platina y el hueco en la autopista General Cañas recordaron el atraso de inversión en el campo por más de 40 años.

El vicepresidente de la República, Luis Liberman, dijo a EF, en noviembre anterior, que el problema respondía a la capacidad de gestión del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), pues aseguró que a esa entidad la destruyeron hace 25 años y que apenas se está en la tarea de reconstruirla.

No obstante, la inversión en recursos de capital del Gobierno Central creció a noviembre del 2012 un 16% de forma acumulada respecto al mismo periodo del 2011. Sin embargo, el monto de la inversión apenas sumó el 1,2% del PIB, unos ¢282.000 millones.

El Ministro de Hacienda reconoce que la cifra es reducida en relación con las grandes necesidades nacionales en el campo.

Desde el 2008, la inversión de capital de Hacienda no crece a ritmos superiores al 16%; en años anteriores el crecimiento superaba cifras del 70%.

En su conjunto, estos hechos, a criterio de los economistas, dejan la impresión de que las cosas no caminan bien y las expectativas flaquean.

El sector externo

Cabe recordar que el rumbo de la economía global también jugó en el 2012 un papel significativo en el desempeño del país.

De hecho, un 79% de los economistas consultados por EF advirtieron que la situación económica nacional es el resultado de la mezcla de razones internas y externas.

Luis Mesalles así lo advierte, al señalar que el 2012 fue un año en en el que “frente a un entorno internacional incierto, no nos fue tan mal”.

En perspectiva, las agencias internacionales como Cepal pronostican un crecimiento económico para América Latina en el 2012 de un 3,1% y Costa Rica superará esa cifra.

De cumplirse las metas del Banco Central, la producción nacional crecerá un 4,8% real, para demostrar que es una economía que sigue empujando, que es solvente y que, una vez más, tiene la oportunidad de hacer las cosas mejor.

Los próximos 12 meses se verán así abonados, para un 2013 que tendrá que enfrentar los mismos obstáculos, pero avanzar sobre los elementos positivos del 2012.