4 tácticas para ganarle a la inflación en el supermercado

Hacer un menú mensual podría ahorrarle un 15% cada vez que va a hacer las compras de alimentos

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¿Le ha sucedido que ir al supermercado ya no es una experiencia tan placentera como antes? Tiene que ir con calculadora en mano, comparar precios de forma mucho más detallada y teme que cuando llega a la caja a pagar, la factura sea mucho más alta de lo que tenía presupuestado.

Ese “temor” de ir a hacer las compras se debe a la alta inflación que experimenta el país.

La inflación interanual en Costa Rica es del 12,13%, cifra que es la más alta de los últimos 13 años, y precisamente son los alimentos y las bebidas no alcohólicas los bienes que reportaron mayor encarecimiento el mes pasado. Así que no es de extrañarse que prácticamente todos los productos que están en las góndolas estén más caros.

¿Se puede ahorrar en el supermercado? A continuación le damos algunos consejos.

1. Planifique sus gastos

Para poder ahorrar en el supermercado, primero se tiene que tener muy claro en qué se gasta en el hogar para así buscar productos sustitutos que sean más baratos e inclusive eliminar los que no son indispensables.

Por ejemplo, si suele comprar aderezos, podría buscar recetas que le permitan poder seguirlos consumiendo, pero de una forma más económica.

Si usted detecta que está gastando en bebidas preparadas, considere en sustituirlas por unas que pueda preparar en casa y que al final de la quincena representará un ahorro importante.

Si logra reducir ₡10.000 en su cuenta final, no menosprecie el monto, mantenga la constancia y ajuste su menú.

Gran parte de su ahorro se reduce a lo que planifique antes de poner un pie en la entrada del supermercado.

“Es importante hacer un menú mensual y con eso se puede ahorrar un 15% en cada ida al supermercado. Ya uno sabe que es lo que se gasta y se consume al mes”, afirmó Mónica Quirós, consejera en finanzas personales.

2. Sea flexible con las marcas

En épocas en las que se quiere ahorrar es importante que se mantenga con la mente abierta y busque las mejores ofertas y opciones.

Es importante que en un mismo pasillo compare lo que se le ofrece.

Si compra una marca en particular por costumbre, considere una menos costosa. Eventualmente puede decidir volver a su marca favorita, pero al menos valió la pena que la conociera. También puede pedir recomendaciones.

Si encuentra un precio inesperadamente alto para un producto o un ingrediente en su lista de compras, considere cómo sustituirlo. Muslos de pollo deshuesados en lugar de pechugas de pollo, o un corte de carne diferente.

“Los granos se pueden comprar una vez al mes, así como los productos de limpieza, y los gastos en frutas y verduras se pueden hacer una vez a la semana, con eso se puede ahorrar bastante”, añadió Quirós.

3. Creatividad en la cocina

Las carnes suelen estar entre los productos de consumo diario más caros. Por esta razón es importante que si va a disminuir el consumo, sepa con qué puede sustituirlas sin sacrificar su dieta.

Cuando el dinero no alcanza sucede que las personas aumentan el consumo de alimentos de un valor nutricional menor como los que se basan en azúcares, sales, pan, repostería, jugos, refrescos gaseosos porque su costo es más asequible.

“Una recomendación es que si se reduce el consumo de algunas carnes podamos asegurarnos que estén presentes leguminosas como frijoles, garbanzos, lentejas, combinadas con arroz, pasta, papa u otro con base harinosa para que haya una proteína de mejor calidad”, recomendó la nutricionista Gioconda Padil.

Con respecto a las frutas y verduras, el consejo va orientado en que se busquen las que están de temporada.

Por ejemplo, si percibe que el tomate está caro, entonces puede buscar dentro de la gran gama de hortalizas que existen en el país como el ayote, la vainica, la remolacha… Y así va a poder crear una dieta más variada sin incurrir en gastos adicionales.

“Es una época en la que por los altos precios tenemos que ser creativos y cuidar mucho nuestro bolsillo, pero también nuestra salud”, señaló Padil.

4. Evite ir al supermercado con hambre

Si usted va a hacer compras con hambre es mucho más probable que caiga en las compras impulsivas. Al ver chocolates, galletas y todo tipo de producto alimenticio, es más fácil que descarrile su plan de compras.

En caso de que vaya con niños al supermercado, es importante que hable con ellos para que todos se ajusten al plan de compras y eviten adquirir productos que no son elementales en casa.

Tampoco es buena idea ir a hacer las compras después del trabajo porque hay cansancio de por medio y es más fácil caer en tentación de comprar alimentos no saludables y que inflan la cuenta final.

“Hay gente que compra unas cosas en un supermercado, otras cosas en otro, y al final es más el gasto de gasolina y tiempo que otra cosa. Escoja el lugar de su conveniencia, donde se sienta cómodo y haga sus compras allí”, acotó Quirós.

Los pasillos del supermercado están diseñados para influenciar sus decisiones de compra, así que detecte cuáles productos están exhibidos solo para estimular el gasto, y concéntrese en los que realmente necesita.