Aportes extras al ROP en edades tempranas pueden subir sustancialmente monto de jubilación

Si una persona agrega ¢1 millón antes de los 30 años es posible que genere más de ¢30 millones en rendimientos al momento del retiro si mantiene ciertas condiciones laborales

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Hacer aportes extraordinarios al Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP) podría formar parte de su estrategia si busca un acumulado mayor al final de su etapa laboral. La clave para obtener mejores resultados está en hacerlo a edades tempranas de la vida laboral, ya que a mayor sea el plazo de ahorro las rentabilidades podrían pesar más en el acumulado final.

Al tratarse de un fondo constituido con aportes obrero-patronales calculado sobre el salario de cada trabajador, no es posible realizar un aporte mensual mayor todos los meses, a menos que el salario del trabajador aumente. La única forma de añadir más recursos a este fondo es por medio de un aporte extraordinario, según explicó el gerente general de Popular Pensiones, Róger Porras.

EF planteó un ejemplo de caso para determinar el cálculo de cuánto aportaría realizar un aporte extraordinario al ROP en dos escenarios a edades distintas. El supuesto es de un trabajador con un salario mensual de ¢800.000, con incremento salarial semestral del 1% y que inició a cotizar al régimen desde sus 20 años.

Con estas características y realizando un aporte extraordinario a los 30 años de edad de alrededor de ¢1 millón, el saldo acumulado en la edad de pensión aumentaría en alrededor ¢35.000.000. Si este mismo aporte se hiciera a los 55 años, el incremento en el saldo acumulado es de ¢3.000.000, según cálculos realizados por BN Vital con un rendimiento histórico de la operadora de 10,19% .

En el primer caso, con el aporte extraordinario a una edad más lejana a la jubilación, se calculó una mejora de un 14% en el monto de pensión a recibir; mientras que en el segundo caso ese porcentaje solo crecería en 0,17%.

“La capitalización de dinero en dimensiones de tiempo tan extensas se comporta como una bola de nieve que hace crecer el saldo acumulado de manera exponencial. Lo ideal en los aportes extraordinarios es hacerlos a edades muy tempranas y ojalá de manera constante”, enfatizó el gerente general de BN Vital, Hermes Alvarado.

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En el caso de las personas que cotizaron en algún momento para el ROP y cambiaron de esquema laboral a uno propio o no asalariado, también pueden continuar realizando aportes extraordinarios al régimen y contribuir al saldo que ya se tenía construido.

Alejandro Solórzano, gerente general de la operadora Vida Plena, explicó que en términos generales una persona que se jubile por el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) recibirá de pensión básica entre el 43% y 52% de su último salario, lo que se conoce como tasa de reemplazo. Por otro lado, la pensión complementaria le aportaría cerca de un 20% más por mes, constituyéndose en un ingreso adicional importante.

“Si el trabajador hiciere aportes extraordinarios al ROP, tendría un mayor capital jubilatorio, pues no solamente crecería por el monto de los aportes extraordinarios, sino también por lo intereses que generaría a lo largo del tiempo”, explicó Solórzano.

Además, si se toma en consideración que al final de la vida laboral, el total del ROP está constituido aproximadamente en un 20% por los aportes y en un 80% por los rendimientos obtenidos gracias a la gestión de administración de las operadoras de pensiones; entonces cualquier aporte a este fondo, permitirá generar mayores rendimientos.

El fondo de pensión obligatorio se forma con los aportes equivalentes al 4,25% del salario reportado en las planillas de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS). De este porcentaje, un 1% es aportado por el trabajador y el resto por el patrono. A febrero de este año, los activos totales (la suma de los fondos de las seis operadoras) superaban los ¢8 billones y más de 1,1 millones de aportantes activos.

¿Y si cuento con pensión voluntaria?

A nivel general, se recomienda que la persona afiliada determine un objetivo de monto de pensión a recibir y lo contraste con lo que podría esperar en lo que va a acumulando en su ROP y la expectativa que le da el régimen básico. A partir de ahí, con ayuda de su operadora, se aconseja trazar una estrategia para alcanzar su pensión objetivo, ya sea a través de un plan voluntario, aprovechando los beneficios en cargas sociales y fiscales que este tipo le ofrece, o bien, mediante aportes extraordinarios periódicos en el ROP.

Si el cotizante también cuenta con una pensión voluntaria, la decisión de realizar aportes extraordinarios a uno o a otro fondo dependerá de los objetivos personales. El gerente de la operadora OPC-CCSS, Héctor Maggi, aconsejó buscar asesoría antes de realizar un aporte extraordinario a alguno de los dos tipos de pensión y tener en cuenta que lo que se invierta en el ROP se verá hasta el momento de la jubilación.

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Contrario a esto, las pensiones voluntarias se constituyen como un ahorro a la vista una vez que se cumpla con 66 aportes durante cinco años y medio. Es decir, pueden hacerse retiros anticipados si se cumple con las condiciones y esto impactaría en los rendimientos que se obtendrán.

“Ambos sistemas son buenos, si los sabemos usar. Más que en un comparativo, el tema está en qué me sirve más y dónde me es más fácil ahorrar”, mencionó Maggi.

En cuanto a los rendimientos, si bien ambos fondos ofrecen rentabilidades competitivas, el horizonte de inversión en el ROP es de más largo plazo naturalmente. A nivel de diversificación de riesgos, dicho régimen maneja una mayor variedad.