El crecimiento del consumo privado en Costa Rica tuvo un aumento interanual de 4,6% en el primer semestre del año y, según el Banco Central de Costa Rica (BCCR), este es uno de los aumento más importantes en América, pues algunas naciones más grandes más bien crecen a un menor ritmo.
Según Henry Vargas, director del Departamento de Estadística Macroeconómica del Central, esta variable crece a un ritmo más similar al de otros países centroamericanos y República Dominicana, pero es diferente de otros países como México (2,9%), Colombia (3,1%), Chile (2,1%) y Estados Unidos (2,5%).
Esos fueron parte de los datos que se presentaron este 18 de octubre en el seminario "Consumo en el 2017", organizado por EF y en el que Vargas presentó los datos por parte del BCCR.
En la actividad también participaron el economista Thelmo Vargas, el subgerente general del Banco Nacional de Costa Rica, Bernardo Alfaro, y un panel de empresarios moderado por Gabriela Llobet, a saber, Steve Aronson, fundador de Café Britt; Jorge Oller, fundador de Grupo Tribu y Jean Luc Rich, gerente general de Scotiabank Costa Rica.
De acuerdo con Vargas, por el momento, en Costa Rica el consumo crece a tasas que superan las variaciones promedio de los principales socios comerciales, que ronda el 2%.
Algunas de las razones por las cuales se mantiene ese aumento son la existencia de un mayor ingreso disponible, una mejora en los términos de intercambio con el exterior (debido al descenso en los precios de materias primas), un mayor poder adquisitivo de los salarios reales por la estabilidad de la inflación y una mayor disponibilidad del crédito.
Además, el consumo privado ha ganado importancia en las carteras de crédito del sistema financiero. Esto lo respaldó Alfaro, quien además detalló que este tipo de operaciones pasó de representar el 28% en el crédito total hace siete años a 32% en la actualidad.
Por su parte, Thelmo Vargas recordó que uno de las limitaciones para un mayor crecimiento del gasto que hacen las familias y las empresas es el desempleo, pues si se mantiene en altos niveles, los consumidores son más reservados a la hora de decidir sobre sus erogaciones.