Cooperativas muestran menor morosidad que la banca privada por primera vez en cuatro años

Sector mantuvo índice de mora mayor a 90 días y en cobro judicial estable, mientras que la banca vio crecer la porción de su cartera con atraso

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En los últimos dos años, los atrasos en el pago de las deudas invadieron las carteras de crédito de la banca y las mutuales.

Esos sectores vieron crecer sus índices de mora, pero el sector cooperativo salió librado. Sus deudores mostraron un mejor comportamiento.

La presión en las tasas de interés y el brinco que dio el tipo de cambio en 2018, así como el crecimiento en el nivel de endeudamiento de la población y en el desempleo, llevó a que los deudores atendieran las cuotas de sus préstamos con atraso o del todo no lo hicieran.

Esta situación golpeó más a la banca y permitió que hoy las cooperativas muestren un mejor panorama. Este grupo financiero no redujo de forma importante la cartera morosa, pero la estabilizó en una época de desafíos.

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Para el sector cooperativo esto se explica por una mayor agilidad en los procesos para cobrar los montos adeudados por los clientes, unida a una mayor digitalización de servicios, en las organizaciones más robustas.

Sin embargo, las estimaciones de cartera sí crecieron. Es decir, las cooperativas reservaron más dinero por el posible impago de los préstamos, para salvaguardar su salud financiera.

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La regulación obliga a las entidades financieras a realizar estimaciones sobre algunas operaciones crediticias, según el perfil del deudor, la moneda del financiamiento y otros aspectos de riesgo.

El alto endeudamiento de la población y la liquidación por préstamos con impago impactaron las provisiones de las entidades supervisadas.

Comportamiento de la mora

La cartera de crédito de una entidad financiera se puede analizar según los días de atraso en el pago de las deudas. Y la cartera menos saludable es aquella con más de 90 días de atraso y en cobro judicial.

El sector cooperativo presenta menor morosidad en esa categoría que la banca privada, algo que no había ocurrido al menos en los últimos cuatro años —periodo del análisis realizado por EF—.

La cartera con atraso a más de 90 días y en cobro judicial representó el 1,14% del total del saldo prestado por este sector, a abril del 2019. La cifra mantuvo una relativa estabilidad en los últimos cinco años.

En la otra acera, la banca privada llegó a 1,91% y la estatal a 3,07%. Las mutuales, por su lado, registran una cifra de 2,8%. Estos tres grupos tenían cifras mucho menores en 2017.

Diez cooperativas, de 24, redujeron la mora de sus carteras y esto bastó para que el sector sobrepasara una época en la que otros grupos financieros sí se vieron impactados negativamente.

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Algunos ejemplos de esto fueron Coopeservidores, el segundo puesto según el tamaño de su cartera.

El fortalecimiento de la normativa de crédito interna, que permitió disminuir la velocidad de deterioro de las carteras con moras tempranas. Esto, sumado a la estrategia de cobranza y de oferta de opciones a los deudores para reestructurar sus deudas, explican la disminución de la cartera con mora, explicó Marco Cartín, gerente de Operaciones de Coopeservidores.

Coopealianza también vio caer su indicador de mora. Por su lado, CoopeAnde y Coocique mantuvieron el indicador estabilizado. Coopecaja, el sexto lugar, registró una leve subida, por debajo de un punto porcentual.

La reducción de mora o estabilidad de estas cooperativas empujó el resultado general a la estabilidad.

El resto de entidades del sector, también bajaron la cartera morosa o subieron pero de forma leve.

A este panorama exceptúan algunos casos que vieron crecer el saldo de los préstamos que no fue recuperado a abril 2019.

El indicador de morosidad de Coopenae, la cooperativa más grande del país por volumen de activos, pasó de 0,98% a 1,28% en los últimos dos años.

¿Qué afectó el desempeño de esta entidad? Los factores externos serían los principales detonadores.

La desaceleración de la economía, la oferta de créditos de instituciones no reguladas, el mayor endeudamiento de las personas y el incremento del desempleo serían las principales razones, según Adrián Alvárez, subgerente de Coopenae.

El más llamativo es Coopesparta, cuyas utilidades y cartera se desplomaron desde 2018. Muchos trabajadores de la firma venezonana Alunasa, ubicada en Esparza de Puntarenas, tenían deudas pendientes en la cooperativa pero esta empresa productora de aluminio vio caer su producción y suspendió a unos 340 colaboradores.

“Las cifras poco prometedoras son reflejo del difícil escenario socioeconómico de la población puntarenense y de la situación de los trabajadores de Alunasa”, dijo William Barrantes, presidente de Coopesparta, en junio del 2018.

En esta entidad, la mora aumentó 2,62 puntos porcentuales (pp), la subida más amplia del sector, seguida de Coopeaya y de Coopesanmarcos.

Entre tanto, los detonantes de la mora en la banca (la desaceleración económica, el endeudamiento y la situación del desempleo) muestra un panorama sombrío y poco claro. Si la banca logra mejorar sus indicadores, el sector cooperativo retomara su puesto usual.