Deuda externa surtió efecto

Bonos de largo plazo de rendimiento fijo ajustaron sus precios en el segundo semestre

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El bono del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) en dólares, con vencimiento para el 2024, estaba a un precio relativo de 101,21 puntos el pasado 10 de enero; el 27 de junio llegó a 103 y 6 de diciembre anterior a 106,5.

La tendencia para este instrumentos es clara, su valor se ajustó al alza desde finales de agosto y para los días recientes alcanzó niveles máximos.

No fue el único bono que tuvo este comportamiento, otros instrumentos también subieron de precio.

En un recuento hecho por EF en el mercado secundario, y únicamente a emisores que no están en el sector financiero, se aprecia un aumento en los precios de los instrumentos.

Con excepción del Banco Central y del Ministerio de Hacienda, el resto de entidades financieras carecen de emisiones a más de diez años plazo y que se transen en la Bolsa Nacional de Valores (BNV).

El cambio en el mercado se debe principalmente a la emisión costarricense de bonos de deuda externa (eurobonos) en el mercado internacional. El pasado 16 de noviembre, el Ministerio de Hacienda vendió $1.000 millones en bonos que vencen en el 2023 a una tasa anual de 4,25%.

Los inversionistas locales esperaban un nivel similar de rendimiento y esa expectativa se reflejó en el mercado desde antes de la salida de los eurobonos.

El rendimiento ofrecido por Hacienda fue catalogado como satisfactorio para las condiciones económicas de Costa Rica y relativamente bajo en comparación con otras emisiones soberanas equiparables.

Esas características empujaron hacia abajo la curva de rendimientos en dólares y en colones. Al ocurrir esto, los bonos existentes tienen que compensar las condiciones que ofrece el mercado y, por lo tanto, suben de precio, para retribuir el interés facial con el que fueron emitidos.

Para el 21 de noviembre pasado, el plazo más largo en dólares de la curva se había desplazado hacia abajo poco más de un punto porcentual.

Hacia abajo

Entre los operadores del mercado no existen dudas acerca de que fue el nuevo bono de deuda externa (bde23) el que empujó hacia abajo la curva de rendimientos en Costa Rica y, con ella, las tasas que devengan el resto de instrumentos.

Melvin Garita, gerente general de Lafise Valores, está entre quienes aseguran que esas correcciones de precios de los papeles de inversión se deben al eurobono y a las expectativas que generó.

De la misma manera lo cree la analista del puesto INS Valores, Mariany Espinoza. Para ella, los inversionistas incluyeron el efecto de las bajas tasas desde antes de que saliera la emisión costarricense.

Según Espinoza, ese efecto hizo que noviembre se convirtiera en un periodo de ganancias de capital para los tenedores de títulos que salieron a vender, especialmente, para aquellos que decidieron esperar a que pasara el torbellino de los precios bajos.

Estos cambios propiciaron mayor movimiento en el mercado porque, en el segmento de renta fija, los precios bajos son un incentivo a la inactividad.

Por su parte Joaquín Patiño, gerente de ventas de Mercado de Valores, considera que el bde23 es un nuevo punto de comparación para el resto de emisiones y que carecían de esta referencia.

Otros aprovechan

Con el entorno presionando a la baja las tasas de interés y una emisión fijando un punto de referencia, hubo quienes aprovecharon el momento.

Ese fue el caso de Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), que hizo una emisión por $50 millones a una tasa facial de 5,3%.

Roberto Venegas, presidente de Finanzas Corporativas de Centroamérica y estructurador de esta emisión, reconoció que dicha operación aprovechó el efecto generado por los eurobonos, que lo definió como una actualización de la valoración del riesgo soberano de Costa Rica.

Según Venegas, hubo dos factores que presionaron los rendimientos a la baja. Por un lado, el anuncio de las autoridades económicas de Estados Unidos de que así va a suceder y, por otro, un entorno económico que sugiere bajos rendimientos.

Aunque en el 2013 Costa Rica puede volver a emitir un máximo de $1.000 millones, las personas consultadas dudan de que se vuelva a dar una corrección de precios como sucedió días atrás.

Más bien, los elementos que pueden atentar contra la estabilidad de tasas son el crecimiento económico y el déficit fiscal, que sigue en los mismos niveles aunque financiado de otra manera.