El Banco Central Europeo (BCE) dejó sin cambios su principal tasa, 0,5%, el mínimo histórico que rige desde mayo, con el telón de fondo de la crisis política en Portugal que ha reavivado las tensiones en los mercados financieros.
Esta decisión era esperada por los analistas, que preveían que Draghi trataría de tranquilizar a los mercados con palabras más que con actos. Y la operación parece haber conseguido los efectos deseados pues las bolsas europeas subían fuertemente tras sus declaraciones.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, declaró el jueves que su política monetaria seguirá acomodaticia "durante el tiempo que sea necesario" y se compromete a mantener las tasas al nivel actual o incluso a bajarlas más todavía.
"Nuestra política monetaria seguirá acomodaticia durante el tiempo que sea necesario", declaró el italiano en una declaración previa a la conferencia de prensa.
Por otra parte, "el consejo de gobernadores cuenta con que las tasas del BCE van a mantenerse al actual nivel o incluso más bajo durante un periodo prolongado", agregó, rechazando ofrecer más detalles sobre la duración de dicho periodo.
Aunque por si no hubiera quedado claro, agregó: "el fin (del periodo actual de tasas históricamente bajas) está muy lejos".
Por un lado, los recientes indicadores de confianza demuestran señales de mejora, dijo Draghi. Pero la economía real sigue "frágil" y la dinámica monetaria "modesta", agregó para justificar la continuación de la política.
"En el futuro, vamos a estudiar todas las informaciones sobre el desarrollo económico y monetario y evaluar el efecto sobre la perspectiva de la estabilidad de los precios", declaró.