El Euro desciende al valle de la devaluación frente al dólar

Lucha contra la deflación hace que el Banco Central Europeo tome medidas que abaratan su moneda

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

El euro va con rumbo y un paso decidido al terreno de la devaluación, lugar en donde se quedará por varios meses.

Las condiciones económicas por las que pasa la Unión Europea, junto con lo que sucede en Estados Unidos hacen que la moneda del Viejo Continente esté perdiendo valor frente al dólar.

La devaluación se presentó desde mediados del 2014, pero se manifestó con más claridad a partir de diciembre del año pasado.

El pasado 19 de marzo la divisa europea se cotizó a $1,066, pero hace un año estaba en $1,39.

El descenso al valle de la devaluación va también sobre el vehículo del Banco Central Europeo (BCE). Una de las preocupaciones de esa entidad en este momento es luchar contra la deflación y para eso, tomó medidas expansivas en su política monetaria.

El pasado 22 de enero el consejo de gobierno del BCE decidió iniciar el programa de compra de activos, lo cual incluye adquisición de títulos con un flujo de 60 millones de euros mensuales.

“Está previsto que estas operaciones continúen hasta el final de setiembre del 2016 y, en todo caso, hasta que se produzca un ajuste sostenido de la senda de inflación que sea compatible con el objetivo del consejo de gobierno de lograr tasas de inflación inferiores, aunque próximas, al 2% a medio plazo” estableció el BCE en sus proyecciones económicas de marzo del 2015.

Ese tipo de medida es similar a la que tiempo atrás llevó a cabo la Reserva Federal (FED) en Estados Unidos.

El objetivo básico es inyectar dinero a la economía para incentivar el consumo, evitar que la inflación caiga y reactivar la producción. En la nación norteamericana, eso implicó mantener tasas de interés históricamente bajas durante varios años.

Las autoridades inyectan dinero a la economía con la meta de que sea usado por el sistema financiero en préstamos. La mayor oferta de dinero ocasiona una disminución de las tasas de interés y estimula el consumo.

Precisamente, esa característica también empuja el valor del euro hacia abajo, pues los dueños de los capitales abandonan las inversiones denominadas en euros al darles un menor rendimiento y salen en busca de activos financieros en monedas.

Como un impulso adicional al descenso del euro está la situación en Estados Unidos. La FED comunicó la semana pasada que ve incrementos en las tasas de interés de referencia dentro de menos tiempo.

Además, eliminó la palabra “paciente” de sus comunicados cuando se refería al eventual aumento de los intereses y ahora la expectativa se centra en si un anuncio de este tipo podría venir en abril o junio próximos.

Esas condiciones y el hecho de que la lucha contra la deflación en la zona euro se extenderá hasta el 2016 son parte de las razones por las que el euro podría quedarse en la depreciación.

Incluso, la tendencia podría romper la barrera sicológica de la paridad con respecto al dólar y seguir cayendo. Esto ya sucedió una vez, entre el 2000 y el 2002 cuando la moneda europea aún era joven.

El impacto

Como en todo país que pasa por la devaluación, uno de los primeros impactos en la zona euro será el encarecimiento de sus importaciones y el aumento de recursos por las exportaciones, en especial si se hacen con los Estados Unidos.

Ante esa condición, quienes pueden salir con un perjuicio son las empresas que venden productos y servicios a Europa. Lo mismo sucedería con las ventas de bienes que se hacen desde Costa Rica.

Por el contrario, los exportadores europeos salen beneficiados con un euro débil. Para el analista de mercados internacionales, Douglas Montero, países como España, Francia y Alemania podrían ver que sus exportaciones se dinamicen aún más, con lo que también habría más crecimiento económico que es lo que precisamente quiere el BCE.

Hernán Varela, jefe de estrategia de Aldesa, agregó que también el turismo que recibe Europa desde Estados Unidos puede resultar beneficiado.

Sin embargo, dijo, un mayor valor del dólar es una espada de doble filo para la economía norteamericana.

Por un lado, mejorará el poder adquisitivo de los estadounidenses y se crearía atracción de capitales, pero por otro lado genera un impacto negativo en las exportaciones y hace que se reduzca la inflación.

El bajo nivel de las variaciones de precios (por abajo del 2%) es justamente uno de los elementos contra los que han luchado las autoridades monetarias de EE. UU. y Europa.

Para el subgerente general de riesgo y finanzas del Banco Nacional, Bernardo Alfaro, el efecto de un euro barato en Estados Unidos será diferente con respecto a las consecuencias en Costa Rica.

Los norteamericanos se adaptarán rápidamente al cambio y harán ajustes a la oferta de bienes y servicios que dan al exterior.

Además, dijo, las exportaciones de EE. UU. representan una porción relativamente pequeña de su PIB (15%), mientras que las de Costa Rica pesan en total casi un 50% de la producción.

Para los europeos, Costa Rica será un destino turístico más caro y las exportaciones perderán competitividad con respecto a las que hagan otras naciones con monedas que se estén depreciando frente al dólar.

Por ahora, las señales en el mercado internacional favorecen al dólar. El bono alemán a diez años tenía un rendimiento cercano a los 0,18% mientras que el bono del Tesoro estadounidense del mismo plazo pagaba 1,93%.

Aunque esos rendimientos pueden ser un atractivo interesante para los inversionistas, deben prestar atención a varios factores que podrían detener o hasta revertir la tendencia de depreciación de la moneda europea.

Uno consiste en que la FED mantenga las tasas bajas por más tiempo ante la amenaza de que la inflación se debilite y se acerque nuevamente al 0%.

Otra de las razones que darían estabilidad a las monedas es que la recuperación de Europa funcione adecuadamente, dijo el economista Anatole Kaletsky en un comentario publicado por Project Syndicate .

Según Kaletsky, los precios de acciones más baratas en Europa y todos los flujos de capital atraídos por las medidas del BCE podrían ser un contrapeso al dinero que atraiga Estados Unidos con sus intereses más altos.