Exministro de Ecuador advierte que la dolarización no es mágica, pero es necesaria

Exministro reconoce que Ecuador dejó tareas pendientes

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Desde el inicio del 2013, la dolarización en el sistema financiero nacional ha sido un tema de discusión, especialmente por el crecimiento de las carteras de créditos que manejan las entidades bancarias.

El Banco Central de Costa Rica (BCCR) ya hizo un llamado de atención a los bancos al ordenar una limitación al crecimiento del crédito y espera que el 49% de préstamos en dólares que existen en el sistema financiero se reduzca este año.

Sin embargo, la tarea de limitar y bajar la penetración de los dólares en la economía local es larga y difícil, por muchas razones, entre las que están el hecho de tener una economía abierta, hasta el grado de confianza que tiene la población sobre la moneda estadounidense.

Para el economista y exministro de economía de Ecuador (2001-2002), Carlos Julio Emanuel, en un proceso de adoptar por completo el dólar como moneda de curso no hay vuelta atrás y es un camino de una sola vía.

Este país adoptó el dólar en enero del 2000 en medio de una crisis económica y, para Emanuel, esta es la condición que le ha brindado fortaleza a nivel micro y macroeconómico.

Recordó que, al momento del cambio, Ecuador tenía una alta dolarización de facto y, además, que la población sentaba su confianza sobre la divisa y no en la moneda local, el sucre.

Parte del proceso y las condiciones que relata Emanuel, se asemejan a las discusiones actuales acerca de dolarizar o no la economía costarricense. Por otro lado, reconoció que existen diferencias abismales entre Costa Rica en este momento y Ecuador de 1999, que tenía un aumento inflacionario del 99% y que fijó un tipo de cambio de 25.000 sucres por cada dólar.

EF entrevistó a este economista abanderado de la dolarización el pasado 12 de junio para hablar sobre las implicaciones de asumir el dólar como medio de pago local. Sigue a favor de los billetes verdes e incluso califica de nostálgicos a quienes van contrarios a esta corriente.

Las siguientes son algunas respuestas de Emanuel.

¿Cuáles son ahora los resultados de la dolarización en Ecuador?

Lo más importante de la dolarización para Ecuador es que le ha dado una suerte (tipo) de blindaje frente a los problemas de orden político. Ha habido ciertos hechos que en otras ocasiones hubieran echado al traste los regímenes cambiarios o producido problemas de excesiva emisión monetaria, inflación y devaluación, como ocurre ahora en Venezuela y Argentina.

“No obstante, Ecuador, a pesar de que dolarizó, no hizo todas las tareas que tenía que hacer. Por ejemplo, no se ha respetado una ley que implantamos en el 2002, que iba de la mano con la dolarización y que es la ley de responsabilidad fiscal o control de gasto público.

“Tampoco hemos avanzado mayormente en otro de los pilares que debe acompañar a una economía dolarizada, que es el mejoramiento de la competencia y la competitividad.

“Es un camino de una sola vía, no hay retorno, no se puede concebir en la práctica que Ecuador pudiera retornar a un sistema como el que existe en Argentina y Venezuela, y menciono esos dos países porque justamente la crisis monetaria, cambiaria e inflacionaria, son ejemplos que hay que tratar de evitar a toda costa.

“En ningún momento, cuando se implantó la dolarización, anunciamos que habíamos encontrado la varita mágica para resolver los problemas económicos de Ecuador, de ninguna manera. La dolarización no es una panacea, no es una fórmula mágica para resolver los problemas de orden económico. La dolarización es necesaria, pero no es suficiente para resolver el problema del crecimiento económico”.

¿Qué pasó con las tareas pendientes de Ecuador?

La ley se implantó en el 2002 y gobiernos posteriores decidieron irla eliminando, no solo se ponía tope al gasto en relación con el PIB, sino que además se creaban fondos de estabilización y emergencia. El país felizmente tiene la dolarización, pero de no tenerla, el excesivo gasto fiscal que hemos visto en los últimos años con el presente Gobierno, hubiera hecho trizas el manejo macroeconómico

“Se diseñó una agenda nacional para mejorar la competitividad y para eliminar trabas burocráticas para hacer negocios. No hemos avanzado mayor cosa”.

El presidente Rafael Correa dice que la dolarización fue un error. ¿Se puede revertir el proceso?

Antes de la dolarización oficial, Ecuador dolarizó de facto. Lo que la gente decía era que frente a la inflación era mejor tener dólares; alrededor del 50% ó 60% de los depósitos bancarios ya estaban en dólares, los contratos, los alquileres de casas y los precios de vehículos.

“¿Qué pasaría si se da marcha atrás al proceso? Políticamente lo veo inviable porque la dolarización es mucho más popular que el Gobierno de Ecuador. Aparte de eso, sería un completo desastre y finalmente la gente tendría que volver informalmente al dólar.

“En realidad, los nostálgicos de la devaluación son los que se oponen a la dolarización porque lo que quisieran es tener y mantener el poder discrecional para manejar la moneda a su arbitrio”.

¿De que le serviría la dolarización a Costa Rica? No hay producción de petróleo para respaldarse.

No hace falta (el petróleo) porque justamente la economía se maneja con un stock (inventario) de reservas monetarias en dólares que son producto de las exportaciones, no hay que tener un rubro importante como es el ingreso petrolero.

“Ecuador no tomó esa decisión en función de sus ingresos en divisas, la tomó en función de un manejo mucho más ortodoxo de la economía.

“Creo que en Costa Rica ocurrió lo mismo que pasó en Ecuador antes de la dolarización: que experimentamos con casi todos los regímenes cambiarios, tuvimos tasas de cambio flotantes, banda cambiaria y minidevaluaciones; todo eso evidencia que no se ha encontrado la fórmula adecuada para el manejo monetario y que existe el deseo de manejar discrecionalmente la emisión monetaria por parte de los gobiernos”.

La dolarización no frena el déficit fiscal. ¿Cómo protegerse de eso?

La tesis que expusimos cuando promovimos la dolarización era de un ancla para el tipo de cambio. Luego, tenía que venir un ancla fiscal y por eso propusimos la ley que, incluso, se aprobó, pero los gobiernos posteriores encontraron limitaciones a sus enormes apetitos fiscales y la eliminaron.