Fondos y rendimientos del ROP muestran mejoría y dejan atrás uno de sus peores años

Tanto los activos del ROP como las rentabilidades reales volvieron a terreno positivo.

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La parte más aguda de la tormenta que azotó a los fondos del Régimen Obligatorio de Pensión Complementaria (ROP), parece ya haber quedado atrás. Por lo menos eso muestran las estadísticas disponibles en el sitio web de la Superintendencia de Pensiones (Supén).

En materia de activos, después de siete meses en los que hubo contracciones interanuales en las valoraciones de estos, ya el ROP retomó una senda de crecimiento. A agosto de 2023, los activos totales de este fondo valen un 10% más que para ese mismo mes del año anterior.

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Con los rendimientos sucede algo similar. Si bien el objetivo del ROP está siempre a largo plazo y, por ende, sus rentabilidades deberían analizarse primordialmente bajo ese mismo horizonte, las rentabilidades anuales pueden usarse como una especie de termómetro para medir cómo se están comportando en un momento determinado y a corto plazo los mercados en los que invierten las Operadoras de Pensión Complementaria (OPC), las entidades que administran los fondos del ROP.

Durante el 2022, esas rentabilidades anuales reales —una vez se le descuenta la inflación— llegaron a caer hasta en un 18%, dependiendo de la OPC. Sin embargo, para agosto de 2023 este indicador ya se encuentra en terreno positivo en las seis operadoras del país, alcanzando hasta un 8%.

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Esa mejoría responde a una recuperación de los mercados locales e internacionales, donde invierten las OPC los fondos de sus afiliados. La mejoría se da en un contexto donde la inflación, si bien sigue por encima de la meta en algunos países, muestra signos de mejoría, especialmente en Costa Rica. Dado esto, el temor de que sigan subiendo las tasas de interés se ha reducido y los mercados se muestran más optimistas.

Un golpe temporal

Tanto las OPC como las autoridades de la Supén manifestaron en múltiples ocasiones del 2022 que la tormenta que estaba afectando los rendimientos del ROP era de naturaleza temporal.

El fuerte incremento en inflación y tasas de interés del 2022 impactaron directamente en la cotización de los activos del ROP, los cuales deben valorarse a precios de mercado todos los días. Estos impactos provocaron minusvalías contables, las cuales existen en el papel y solo se convierten en pérdidas reales cuando esas inversiones se liquidan.

El ROP, al ser un ahorro que está planeado en el largo plazo, tiene la capacidad de resistir esas minusvalías temporales, explicó Róger Porras, gerente de la Popular Pensiones, en un evento organizado por esta OPC el pasado 20 de setiembre titulado “El ROP después de la tormenta”.

“Cuando usted tiene una inversión de largo plazo (como en el ROP), usted puede soportar de mejor manera las crisis que se puedan presentar durante ese tiempo. Es decir, en un horizonte de 20 años van a haber varias crisis financieras porque los mercados no se comportan de manera estática, las volatilidades siempre van a pasar”, mencionó Porras.

Esta no es la primera crisis que impacta a estos fondos, lo mismo sucedió en 2008 y 2012 y en ambas ocasiones los rendimientos se recuperaron. Actualmente, según dijo Porras, las OPC buscan un rendimiento histórico de alrededor del 5% real. De momento las seis operadoras rondan ese dígito. El gerente también explicó que cerca de un 70% del dinero del ROP que le va a llegar a los pensionados estará compuesto por rendimientos.

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Secuelas

Si bien se esperaba que la afectación fuera temporal, hay un grupo de afiliados que les afectó en mayor medida. El primero de este grupo fueron los pensionados que tomaron las modalidad de retiro acelerado que permiten los transitorios XIX y XX de la Ley de Protección al Trabajador.

En estas modalidades el pensionado retira grandes porciones de su fondo, lo cual causa que se materialicen pérdidas sin posibilidad de recuperarlas a futuro.

Los pensionados bajo la modalidad de renta permanente también vieron un nivel de afectación debido a que esta modalidad utiliza los rendimientos de corto plazo para calcular la cuota que recibirá el afiliado. En 2022 la Supén ajustó la fórmula de cálculo a los últimos 36 meses de rendimiento en lugar de los últimos 12, con el fin de que los golpes temporales de la crisis tuvieran una menor afectación en los afiliados. Esta modalidad es la más popular entre los pensionados, a noviembre del año anterior un 55% la había elegido.

Las personas que se cambiaron de operadora en el momento de la crisis también materializaron pérdidas. Según datos tomados de Supén, 211.287 personas se trasladaron de OPC en 2022, un año plagado de contracciones y bajos rendimientos.

Traslados en medio de tormenta

Caída en los activos coincide con un comportamiento más volátil en los traslados de operadoras de pensiones

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA CON DATOS DE SUPÉN    || INFOGRAFÍA / EF.

A nivel general, la senda de crecimiento en los activos del ROP fue interrumpida por varios meses, aletargando el crecimiento de estos. Sin embargo es difícil cuantificar esa afectación ya que no se sabe cuánto hubiera crecido los fondos de no existir la crisis.

Lo que sí se sabe es que las tasas de crecimiento que tuvo el ROP durante el 2021 fueron extraordinarias y no era realista pensar que se mantendrían por un periodo extenso. “Los rendimientos tan altos no son tan comunes”, dijo Porras.

¿Qué esperar en 2023?

Porras considera que es normal que los fondos todavía experimenten algunas volatilidades en lo que queda del 2023. Según dice el gerente de Popular Pensiones, pese a que ha habido una mejoría inflacionaria, las tasas de interés siguen relativamente altas y no se espera que potencias como Estados Unidos las bajen todavía. Esto hace que todavía persistan los riesgos.

Además, tensiones geopolíticas como un escalamiento en la guerra entre Rusia y Ucrania podrían poner condiciones adversas en los mercados. A su vez, riesgos climáticos, como los niveles acuáticos en el Canal de Panamá, también se muestran como amenazas capaces de añadir volatilidades en los rendimientos del ROP.

“Van a haber algunos meses con rendimientos negativos, otros con positivos, pero va a ser muy diferente al año pasado. Ya venimos acumulando unos rendimientos importantes, estamos en niveles altos, contrario al año pasado. Esto es normal, no es motivo de asustarnos. En términos de tendencia, el crecimiento (a largo plazo) se va a seguir dando”, concluyó Porras.