Incrementos en inflación no alarmaron al Banco Central

Aunque la variación de precios se salió del rango meta el ente emisor mantuvo intacta su política

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Los niveles marcados por la inflación en el 2014 no alarmaron al Banco Central de Costa Rica (BCCR), y sus jerarcas ni siquiera se acercaron a los botones que encienden las alarmas.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) superó en varios meses del 2014 el rango meta establecido por el Central y cerró el 2014 con una variación acumulada de 5,13%.

Incluso, durante el segundo semestre del año pasado, el presidente de la entidad, Olivier Castro, insistió en mantener la meta establecida meses atrás, pese a las presiones en los niveles de los precios.

La autoridad monetaria evitó el pánico a pesar de que la inflación interanual llegó a un máximo de 5,89% en noviembre pasado, porcentaje que claramente sobrepasa la meta preestablecida.

El Central dejó sin cambios la política monetaria porque consideró que las razones de esos aumentos en el IPC eran coyunturales, es decir, desaparecerían en el corto plazo.

Concretamente Castro ha manifestado en diferentes ocasiones que el indicador regresará al rango entre abril y mayo del 2015.

En la segunda parte del 2014, los bienes y servicios regulados (electricidad y combustibles) fueron los que ocasionaron la volatilidad en la inflación, pues sobrepasaron en varios puntos porcentuales el nivel máximo de la meta, que es de 5%.

Los bienes cuyos precios no son regulados tuvieron una tendencia creciente, pero dentro de los valores de tolerancia.

¿Cuál fue la señal que evitó la alarma? El BCCR se guió por otros indicadores sobre la inflación, por ejemplo el Índice de Inflación Subyacente (ISI), que mide solamente las variaciones de bienes y servicios que responden a los excesos monetarios y que se asocian al largo plazo.

Este indicador tuvo una tendencia creciente a partir de febrero del 2014. A mitad de año volvió a estabilizarse y cerró el año en 4,16%, cifra que es coherente con la expectativa del Central.

Esas cifras son las que mantuvieron en calma a los encargados de tomar decisiones en el Central, pues al ver que la economía carecía de presiones que perduraran en el tiempo, fue innecesario tomar medidas de control.

Entre las acciones que el BCCR puede llevar a cabo para impedir un mayor aumento inflacionario, están los ajustes a la Tasa de Política Monetaria, medida que procura reducir los excesos de demanda en la economía.

Róger Madrigal, director de la división económica del BCCR, explicó que al considerar el ISI y otros indicadores de inflación, han tenido la confianza necesaria para concluir que las variaciones se mantendrán en el rango establecido desde enero del 2014.

En línea

Para el expresidente del Banco Central Jorge Guardia, es posible que la inflación regrese y se mantenga en los próximos seis meses dentro de los objetivos planteados en la revisión del Programa Macroeconómico de julio pasado.

Según Guardia, hay varios factores que sugieren estabilidad en inflación en el corto plazo. La expansión de la liquidez y la emisión de créditos son compatibles con el rango meta; los precios de los combustibles están a la baja y las expectativas inflacionarias y de devaluación se mantienen bajo control.

De acuerdo con la economista y presidenta de la Academia de Centroamérica, Edna Camacho, la decisión del Central por mantener la meta fue acertada porque fue una señal de compromiso sobre el control de la inflación.

“Cuando se decidió mantener el rango meta a mediados de año, se reconoció que el fuerte incremento ocurrido en la inflación en el primer semestre del 2014 estaba asociado a la devaluación del tipo de cambio, que se preveía no iba a seguir al mismo ritmo en el segundo semestre”, agregó.

Para la economista, la medición del ISI demuestra que la inflación que considera aspectos centrales o de largo plazo ha mantenido un nivel moderado.

Por el momento, los parámetros del rango ( 3%-5%) y las mediciones de los componentes centrales de la inflación concuerdan y, por lo tanto, los economistas ven innecesario modificar los elementos de la política monetaria.

No obstante, persiste la advertencia originada por el déficit fiscal, pues si el Gobierno ejerce una alta demanda de dinero en el mercado de valores para cubrir sus necesidades podría entrar en competencia con el Central en sus labores de absorción de la liquidez.

A pesar de esa posibilidad, Guardia aclaró que si el Gobierno presiona las tasas hacia el alza, ese movimiento no sería inflacionario y solamente restringiría la demanda de dinero.

Por el contrario, dijo, un aumento en el gasto público sí produciría efectos considerables en la inflación, pues agregaría liquidez a la economía sin presionar las tasas de interés.