Mercado prueba inversiones que generan impacto social y ambiental

Aldesa da primeros pasos en el uso de este modelo de negocio

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El desarrollo de un complejo de viviendas dirigido a una zona con poco desarrollo, el fomento de créditos para la educación y el impulso de proyectos de energía renovable son ejemplos de cómo los mercados pueden aportar a la sociedad y al ambiente, a través de sus negocios.

Si existe una buena idea que genere un aporte social, las empresas se pueden alinear para llevarla a la práctica.

De esto se tratan las inversiones de impacto, un concepto que va más allá de la filantropía y que se diferencia puesto que su base es la inversión, no el gasto.

En otras palabras, se trata del fomento de proyectos que buscan necesariamente un retorno financiero pero, al mismo tiempo, tienen una clara intención de generar un impacto social o ambiental, siempre que se pueda demostrar y que sus beneficios sean medibles.

No es un concepto nuevo en el mundo.

Hace más de una década, una empresa pequeña de Silicon Vallley, California, buscaba recursos para un modelo revolucionario de transporte eléctrico.

Los primeros en invertir en ella y conectarla con las posibilidades reales de masificar sus vehículos fueron acusados de locos, pero hoy reciben los réditos. Hoy, Tesla es una compañía que cotiza en la Bolsa, con una capitalización de más de $47.800 millones.

Países como Holanda, Suiza, Estados Unidos, Bolivia, México, Brasil y Colombia ya perciben los efectos de la inversión de impacto. Perú, Uruguay y Argentina se encaminan a esto.

En Costa Rica, la tendencia apenas da sus primeros pasos.

Grupo Bursátil Aldesa está impulsando este tipo de inversiones. Por ahora, cuenta con dos proyectos (uno de vivienda y otro de educación) y una sociedad que nació para brindar un aporte ambiental. Las tres iniciativas fueron creadas para obtener réditos.

“Estamos en el campo de la vivienda, la educación y luego está el campo de las energías renovables (biomasa, iluminación led, fotovoltaico y eficiencia energética) y, en el otro lado ,tratamiento de agua, acueductos”, explicó Oscar Luis Chaves, presidente de Aldesa.

¿Cuáles son los réditos que se pueden recibir en este tipo de inversiones? Según Chaves, la experiencia dice que los rendimientos han sido iguales o mejores a los que muestra el resto del mercado en un 60%, y en un 40% pueden estar por debajo.

“Nadie se queja por esto”, argumentó.

El mercado ve grandes oportunidades para que este tipo de inversiones despeguen.

A las entidades financieras les cuesta cada vez más atender nichos que estén desatendidos por los bancos comerciales, y este resulta muy interesante para lograrlo, explicó Danilo Montero, exsuperintendente de valores.

“La banca está cada vez más enredada en miles de regulaciones y trabas, y hay sectores que están quedando descubiertos. Ahí es donde creo que el mercado bursátil tiene una gran flexibilidad y visión”, añadió.

Inversión con efecto social

En el país, Aldesa están utilizando los vehículos que fueron lanzados por la Superintendencia General de Valores (Sugeval) en los últimos tres años, como la titularización y el fideicomiso.

El primero es un proyecto de vivienda de 1.593 casas, que se estructuró en el mercado de valores mediante un fideicomiso y que quiere que las personas puedan acceder a un hogar y dejar de alquilar.

En noviembre de 2016, la sociedad anónima Infinito Versol recibió la autorización por parte de la Sugeval, para realizar la oferta pública de un programa de bonos por $42 millones.

El Programa de Emisiones de Bonos Málaga City fue inscrito el 3 de enero de este 2017, y cuenta con un fideicomiso de garantía y administración del proyecto del mismo nombre, ubicado en La Aurora de Alajuelita y desarrollado por la sociedad Rock Constructions and Development.

Los recursos que obtenga Infinito Versol con los bonos serán destinados a la reestructuración de pasivos existentes y al capital de trabajo para la construcción del proyecto Málaga City.

Aldesa es el puesto de bolsa representante de Infinito, mientras que el fiduciario es el Banco Improsa.

El segundo proyecto conlleva la utilización de un vehículo de titularización, en este caso de matrículas de una institución educativa privada, cuyo nombre aun no se hará público.

La iniciativa consiste en la titularización de una porción del dinero que cancelan los padres por concepto de matrícula y sobre ese monto se otorga un financiamiento de $8 millones, inicialmente.

Este método permite que el colegio utilice los flujos de sus matrículas futuras para invertir en infraestructura, mejorar la eficiencia y la calidad de la educación, sin la necesidad de hipotecarse.

La operación se haría pública entre finales de noviembre e inicios de diciembre.

Chaves explicó que el prospecto está en Sugeval y ha habido retroalimentación sobre la titularización e inclusive han aplicado mejoras que se encuentran en revisión por parte del regulador.

La operación es a dos años plazos con un total de 144 cuotas mensuales a tasa fija y la titularización toma de un 7% a un 15% de la matrícula conforme avance ese plazo.

Por último, Aldesa creó Graviton, una sociedad especializada en el desarrollo de eficiencia energética e inversiones en energías renovables, para lo que utiliza capital propio y también buscará inversionistas interesados en este tipo de proyectos.

La compañía afirma que los rendimientos pueden ser de entre 7,5% y 8,5% en este tipo de productos.

Por ahora, trabaja en construir un portafolio y espera que alcance $5 millones al final del año.

“Hemos hecho proyectos en compañías íconos de Costa Rica”, explicó Chaves, quien añadió que se trata de grandes empresas que cotizan en la Bolsa y con las que han ejecutado planes de iluminación y biomasa.

Aldesa está a la espera de la activación de los fondos de capital de riesgo en el mercado que permitirían estructurar activos heterogéneos bajo un mismo producto y así agrupar diversas inversiones de impacto en un producto que pueda llamar la atención de los inversionistas.