Minusvalía de los portafolios de pensión afectará a quienes se jubilen este año y el próximo

Durante el 2018, los rendimientos se mantuvieron a la baja por segundo año consecutivo

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Una pérdida de valor pronunciada en los activos de los portafolios de los fondos de pensión terminará por afectar a las personas que se pensionen a finales de este año y durante el primer semestre del 2019.

La minusvalía en los portafolios ocurre por un incremento de las tasas de interés locales producto de las presiones del Ministerio de Hacienda para lograr financiarse en el mercado interno en este año.

El hecho de que los fondos se ajusten al alza perjudica los instrumentos a tasa fija que manejan los portafolios que servirán para pagar a las personas que se acojan a la jubilación en diciembre y el próximo año.

La situación se mantendrá al menos durante la primera mitad del 2019, dado que, según afirmó la ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, para el primer semestre se estarán endeudando en el mercado interno para saldar sus obligaciones.

Pese a que la perspectiva no es que las tasas de la deuda sigan su recorrido al alza, se mantendrían en los niveles actuales, que oscilan entre 8% y 9,50%.

Rendimientos a la baja

Contrario a la tendencia cíclica usual de los fondos, durante el 2018 se mantuvieron a la baja por segundo año consecutivo.

Desde abril de 2016, cuando las rentabilidades de las operadoras del Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias oscilaban entre 10% y 15,45%, se marcó una tendencia a la baja que, según el ciclo, debía ser interrumpida a mediados del 2017.

Sin embargo, el ciclo no se repitió en ese año y para mayo de 2018, cuando Hacienda comenzó a estrujar más el mercado, la rentabilidad cayó a su nivel más bajo, entre 2% y 4%.

Dos factores influyeron en los ajustes a la baja durante el 2018.

Por un lado, el aumento paulatino de las tasas de interés en el mercado en colones y dólares afectó la valoración de los instrumentos a tasa fija.

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Por otra, la tasa básica pasiva (TBP), a la que están indexados muchos de los títulos que poseen los fondos, cerró el 2016 en 4,45%, uno de los niveles más bajos de los últimos diez años, hecho que en ese momento mejoró el rendimiento de los fondos.

Hacia los primeros días de diciembre, la TBP se ubicaba en 5,85%, luego de haber pasado varios meses en niveles tan altos como 6,10%.

Además del aumento, no se ha dado una tendencia clara al alza en la valoración de los instrumentos que están colocados a tasa variable, como las acciones o los fondos accionarios en el exterior donde las operadoras tienen inversiones, en parte por la incertidumbre internacional sobre los acuerdos comerciales de Estados Unidos y los aumentos de los intereses de la Reserva Federal.

En periodos anteriores, el mercado accionario internacional mostró tendencias alcistas más marcadas que permitían que los fondos delimitaran mejor el curso de sus inversiones.

Según explicó Hermes Alvarado, gerente de la operadora BN Vital, un factor por considerar es que pareciera que el mercado sobrerreaccionó y bajó los precios más de lo que correspondía en términos de rendimientos, un hecho adicional que generó minusvalías.

Presiones futuras

La presión no parece tener fin en el corto plazo, especialmente porque, aun cuando ya se aprobó la reforma fiscal, el estrujamiento de Hacienda continúa.

Para Mauricio Rojas, gerente de BCR Operadora de Pensiones, en el mercado interno y externo hay presiones que mantendrán la tendencia.

A lo interno, la Tesorería Nacional sigue con la necesidad de captar recursos para pagar sus obligaciones y no tiene otra opción que hacerlo en el mercado local.

En el exterior, se prevé que las volatilidades se agudicen, dadas las presiones comerciales que afectan las ganancias de las grandes corporaciones.

Alvarado admitió que un paso positivo sería la autorización por parte de la Asamblea Legislativa de emitir deuda externa, un hecho que aliviaría la presión en el mercado local y podría generar plusvalías, sin embargo, no es una posibilidad en el corto plazo.

Optimismo en el horizonte

Sobre el próximo año, los representantes de las operadoras se encuentran optimistas, principalmente tras la aprobación de la reforma fiscal.

Para algunos directivos, como el gerente de Vida Plena, Alejandro Solórzano, el costo de la deuda debería ajustarse a la baja y, entonces, los fondos registrarían plusvalías y mayores rendimientos de corto plazo, lo que beneficiaría a los aportantes que estén por pensionarse para ese momento.

Sin embargo, otros no vislumbran cambios relevantes en los próximos seis meses, a pesar de que la confianza del mercado ayudaría a mantener los precios de los títulos.

Lo anterior hasta que no se materialicen acciones concretas que disminuyan el déficit fiscal.