Ocho de los catorce bancos del país aumentaron su morosidad en los últimos dos años

El Banco de Costa Rica, el Banco Nacional y Lafise son los tres bancos con porcentajes superiores al 2,40%

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De los catorce bancos públicos y privados del país, ocho reportaron crecimientos de su cartera morosa entre el 2016 y el 2018, algunos acercándose al 3%, que es considerado por el regulador como poco saludable.

Lo anterior, según explicaron las entidades bancarias consultadas por EF, se deriva de factores propios de la economía, pero también de un crecimiento de los productos de consumo, como créditos personales y tarjetas de crédito, que son usualmente los que registran mayores porcentajes de morosidad.

Aunque este es un componente de riesgo que está siempre presente en las carteras de crédito de los bancos, es importante mantenerlo alineado con la tolerancia de riesgo, para que ante desajustes económicos no se afecte la salud del banco y sus resultados financieros.

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Por su parte, BAC, BCR, Davivienda, Banco General a Scotiabank incrementaron el porcentaje en el último año, si se comparan los datos a marzo del 2017 y 2016.

Solo tres bancos, el BAC, el General y Lafise reportaron un incremento a lo largo del periodo entre el 2016 y 2018.

Mezcla de condiciones

Las condiciones del país se han alineado de forma negativa para que el porcentaje de cartera morosa de las entidades aumente.

Por un lado, la actividad económica ha caído significativamente entre el 2016 y el 2018.

En enero del 2016, según el Índice Mensual de Actividad Económica, la economía crecía a un ritmo de 5,2% y a marzo del 2018, registraba una variación interanual de 3,1%.

“Particularmente las actividades profesionales y técnicas, que son de servicios han pasado de un crecimiento de 10,9% en marzo 2016 a 3,2% en 2018, al igual que otras actividades. Esto no solo influye en la colocación de la cartera sino también en la calidad de esta”, afirmó Allan Calderón, director de Riesgos del Banco Nacional.

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El comportamiento de la economía es un factor determinante en la cartera de crédito de los bancos, ya que, al caer, no solo se desacelera la solicitud de nuevos créditos, sino que también es más difícil pagar los que ya se tienen.

A este factor se le une el aumento de las tasas de interés del último año, que hace que más deudores tengan dificultades para pagar sus créditos, sobre todo si estos están compuestos de tasas variables, implica incremento en la mensualidad.

El fin de la época de bajas tasas de interés, abundante liquidez internacional y precios bajos del petróleo hizo a lo interno que se afectaran los indicadores macroeconómicos, el consumo y el empleo.

Según la última encuesta continua de empleo, la tasa de desempleo pasó de 9,1% en el primer trimestre del 2017 a 10,3% en el mismo período del 2018, lo que se traduce en una caída de la población ocupada de 56.046 personas.

Si alguna de estas personas tenía un crédito y no contaba con un seguro de desempleo, probablemente pasó a ser parte de la lista de deudores dentro de la cartera morosa de la banca.

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La reducción del poder adquisitivo y la capacidad de pago se une a los factores anteriores, aumentando el riesgo dentro de la cartera de los bancos.

Pese a la situación macroeconómica, hay casos particulares que destacan en la cartera de la banca del país.

Según explicó Minor Solís, director regional de administración de riesgo de Scotiabank, para ellos el mayor impacto ha venido derivado de los créditos de vivienda.

Solís asegura que sobre todo en el sector de trabajadores independientes se ha visto afectado, un sector particularmente susceptible a cambios macroeconómicos que ha hecho que crezca la cartera morosa.

En el caso del Banco Nacional, el ascenso de la morosidad ha sido producto de la concentración de la cartera en el sector construcción y por operaciones de consumo como tarjetas de crédito, préstamos personales y vehículos.

Para los bancos y cooperativas del país, el consumo representa el 30% de la cartera, mientras que hace nueve años era aproximadamente un 26%, explicó Calderón.

Con base en los indicadores de morosidad de los deudores, los bancos deben hacer estimaciones o reservas de dinero para que un eventual impago no afecte las finanzas de la entidad. Según la normativa vigente, conforme crece la morosidad también aumentarán esas estimaciones.

Acciones preventivas

Para la Cámara de Bancos, todavía el sistema como un todo muestra salud en cuanto a los indicadores de morosidad, sin embargo, algunas entidades han realizado mejoras en el manejo de los clientes morosos.

El Nacional, que es la entidad con el mayor porcentaje de cartera morosa, asegura que han realizado ajustes en normativas y políticas y han aplicado planes de gestión de cobro más intensivos para que el nivel de morosidad se mantenga de contenido de acuerdo al apetito del riesgo del banco.

Javier Barnes, gerente de crédito del BAC aseguró que aunque la entidad no ha tenido cambios en la tolerancia del riesgo, se han hecho ajustes para mantener el desempeño dentro de los apetitos del banco. Pese a esto, admite que el incremento de la morosidad si genera una diferencia respecto a lo que se tenía planeado.