Pago de intereses de la deuda del Gobierno es cada vez más alto

El costo financiero del endeudamiento público aumentó un 29% en el 2013 y llegó al 2,6% del PIB

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Los intereses que se pagan por las deudas del Gobierno subieron de peso en el 2013, pues su tamaño respecto al volumen de la economía creció y los kilogramos que se habían perdido en el 2008 volvieron a aparecer.

Además, para este año, se prevé un mayor aumento de este gasto.

El pago de los intereses de las deudas del Gobierno Central aumentó un 29% en el 2013 en términos reales o descontando el efecto de la inflación.

Ese incremento rompió la tendencia que tenía el rubro en los últimos siete años, periodo en el que decreció y luego varió a ritmo de un dígito.

Al tomar en cuenta el peso relativo de los intereses de la deuda entre el Producto Interno Bruto (PIB), es posible verificar el incremento que han tenido respecto al tamaño de la economía. Pasaron de estar apenas por encima del 2% y llegar hasta el 2,6% en cuestión de un año.

La situación financiera se complica más este año, pues la obligación aumentaría otro tanto más y llegaría al 2,9% del PIB de cumplirse las expectativas que tiene el Ministerio de Hacienda.

Deuda local

El grueso de los intereses pagados el año pasado corresponden a deuda interna, es decir, a obligaciones contraídas en Costa Rica; correspondió al 90% del total.

La deuda interna del Gobierno está compuesta principalmente por las emisiones de bonos del Ministerio de Hacienda en dólares y colones. A su vez, entre estos, los títulos a tasa fija son los más usados.

Por esa razón, el cargo por intereses se arrastra con el tiempo, pues un bono emitido con un rendimiento relativamente alto hace mantener las obligaciones a lo largo de su vigencia y Hacienda tiene bonos con vencimientos en el 2023 y el 2028, por ejemplo.

Los intereses (o el servicio de la deuda como se le conoce) deben pagarse con ingresos corrientes, es decir, con lo que percibe el Estado por medio de los impuestos.

Sin embargo, el déficit fiscal del 5,4% del PIB con que cerró en el 2013, implica que el Gobierno debe endeudarse para pagar sus gastos, y parte de ese endeudamiento incluye los bonos.

Entre el 2009 y el 2013, solo en el 2010 el Gobierno recurrió a préstamos para pagar la totalidad de los intereses de ese año. En los demás periodos, el financiamiento ha tenido varias fuentes, entre ellos, ingresos corrientes, emisión de bonos y créditos, según explicó Melvin Quirós, director de crédito público del Ministerio de Hacienda.

En el 2012, las tasas de interés locales tuvieron un periodo de incremento y, como referencia, la Tasa Básica Pasiva llegó a tocar por una semana el 11%. En ese momento, el Gobierno también tuvo que ofrecer bonos a un rendimiento más alto.

Lo anterior queda reflejado en la tasa promedio de toda la deuda interna, pues en el 2012 fue de 8,4%, pero en el 2013 bajó a 7,6%.

Déficit problemático

Para el economista Fernando Rodríguez, el aumento en el peso de los intereses en la economía y en los egresos estatales se debe a que se están pagando precisamente las tasas más altas que había años atrás.

El problema se agrava debido a que a ese peso de intereses se le debe agregar un déficit creciente que obliga a aumentar la deuda. Al final, una deuda más grande tiene un efecto de bola de nieve que termina por acelerar el crecimiento en intereses.

Como si fuera poco, todo sucede en un año en el que las tasas llevan una tendencia creciente, agregó Rodríguez.

La economista Edna Camacho atribuye una mayor responsabilidad a que la deuda es cada vez más grande y, en menor medida, a los periodos en donde las tasas alcanzan niveles altos.

Los especialistas coinciden en que el problema es el déficit fiscal primario y, mientras este no se reduzca, los pagos serán mayores.

Adriana Rodríguez, jefa de estrategia de inversión de la firma Aldesa, puntualiza en que uno de los problemas principales es que el déficit operativo acapara el 53% del total y, en la medida en que no se corrija esa brecha entre los ingresos y gastos del Gobierno, cada mes se debe incurrir en deudas nuevas.

Respecto a las posibles soluciones o medidas que ayuden a quemar esos kilos de más, Quirós dijo que las maneras de bajar las cargas de la deuda son por medio de menores tasas de interés, las cuales dependen del mercado, o bien, disminuyendo el monto.

El tamaño de la deuda depende directamente de la cantidad del déficit fiscal y en las proyecciones de las autoridades fiscales más bien se vislumbra un incremento, pues este año llegaría a 6% con respecto al PIB.

De la misma manera piensa Camacho, quien considera que es la única opción. “La colocación de bonos en los mercados internacionales puede contribuir a que el costo del endeudamiento sea menor pero, aún así, se observará una carga de intereses creciente mientras persista el alto déficit fiscal”, dijo.

Por el momento, una mejora en la situación económica haría que los ingresos tributarios del Gobierno aumenten y, por lo tanto tenga capacidad para pagar; también el control de la inflación permitiría que las tasas no se disparen.

Lo anterior ayudará a que el gasto por intereses disminuya su velocidad de crecimiento, pero, mientras exista el déficit, el sobrepeso permanecerá en las finanzas públicas.