¿Cuáles son las diferencias entre las familias más pobres y las más ricas en Costa Rica? Ingresos se distancian hasta en ¢2,3 millones

Las características de los hogares más ricos y los más pobres no solo explican sus condiciones actuales, sino que hacen más probable que se mantengan con el paso del tiempo.

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¿Qué características diferencian a las personas y familias más pobres de las más adineradas en Costa Rica? Las respuestas son múltiples y es imposible incluirlas todas en un solo resumen, sin embargo, algunas pistas quedaron plasmadas en los resultados de la más reciente Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), publicada este mes de octubre por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Por ejemplo, las familias más ricas de Costa Rica tienen menos miembros por hogar que las familias más pobres. Además, las personas del quintil más favorecido acumulan casi el doble de años de escolaridad, en promedio, que los de su extremo opuesto.

EF revisó las estadísticas de cada grupo. Estas son las principales diferencias.

¿De qué hablamos?

Antes de hablar sobre los hogares “más pobres” y sobre los hogares “más ricos”, es importante explicar a qué nos referimos con esas etiquetas (y de cuáles niveles de ingresos hablamos realmente).

Los quintiles de ingresos son una distribución estadística que se hace de los hogares en cinco grupos de igual tamaño, según la cantidad de dinero que reciben, que van de menos a más recursos.

En el caso de la última Enaho, los quintiles de ingresos quedaron conformados de la siguiente manera para el año 2023:

  • I Quintil: 1,17 millones de personas y 358.072 hogares, con un ingreso promedio total de ¢225.198 (¢70.750, per cápita).
  • II Quintil: 1,16 millones de personas y 362.243 hogares, con un ingreso promedio total de ¢480.175 (¢151.192, per cápita).
  • III Quintil: 1,09 millones de personas y 353.773 hogares, con un ingreso promedio total de ¢776.767 (¢253.196, per cápita).
  • IV Quintil: 980.000 personas y 357.977 hogares, con un ingreso promedio total de ¢1,17 millones (¢430.402, per cápita).
  • V Quintil: 870.000 personas y 357.964 hogares, con un ingreso promedio total de ¢2,59 millones (¢1,15 millones, per cápita).

El quinto quintil (el más rico) acumula un 49,4% de la riqueza total, a pesar de representar solo 16,5% de la población costarricense.

El resto de los quintiles se dejan apenas la mitad restante, a pesar de que representan el 83,5% de la población restante. El primer quintil, el más pobre, solo se deja el 4,3%.

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¿Cuáles características les diferencian?

Analizada la distribución de hogares, es posible determinar cuáles son las principales diferencias entre los diversos grupos de ingreso.

La Enaho permite realizar distinciones por categorías como miembros de cada hogar, personas de cada hogar en la fuerza de trabajo, miembros familiares ocupados laboralmente, proporción de personas en relación de dependencia (personas menores de 15 años o mayores de 64 entre los demás miembros del hogar), horas promedio de trabajo o escolaridad promedio.

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En ese sentido, se puede llegar a las siguientes conclusiones. En comparación con los hogares del quintil más pobre, las familias del quintil más adinerado tienen, en promedio:

  • Un integrante familiar menos ( 3,26 en los hogares más pobres y 2,42 en los más adinerados)
  • El doble de integrantes en la fuerza de trabajo (0,79 en los hogares más pobres y 1,5 en los de más recursos)
  • Un integrante familiar más ocupado laboralmente (0,59 en los hogares más pobres y 1,48 n los más ricos)
  • Una menor probabilidad de jefatura femenina (50,3% en hogares más pobres, por 38,3% en hogares más adinerados)

Además, al hacer la comparación en términos individuales, las personas del quintil más adinerado registran en promedio:

  • Una menor incidencia de relaciones de dependencia demográfica (0,76 personas menores de 15 años y mayores de 64 años por personas de entre 15 y 64 años, en los hogares de menos ingresos por 0,31 entre los de más ingresos)
  • Una menor incidencia de relaciones de dependencia económica (3,11 personas inactivas laboralmente por personas en la fuerza laboral en los hogares de menos ingresos, por 0,61 entre los de más ingresos)
  • Casi el doble de años de escolaridad (6,96 años de escolaridad por persona entre los de menos ingresos, y 13,08 años entre los de más ingresos)

Estas características tienen trascendencia en el nivel de ingresos y, también, en cuanto a la fuente de estos para cada grupo económico. Según la misma Enaho, por ejemplo, los hogares de zonas urbanas (que suelen ser más adinerados que los de zonas rurales) reciben apenas un 1% de sus ingresos promedio de subsidios estatales, mientras que en los de zonas rurales el registro es de un 4%.

Eddy Madrigal Méndez, coordinador de la Encuesta Nacional de Hogares, explicó que el ingreso promedio de los hogares en 2023 (que fue de ¢1,05 millones) no experimentó variaciones significativas en comparación con los registros del año pasado. Al igual que en años anteriores, además, dijo que se detectó una brecha “importante” entre el ingreso promedio de zonas urbanas y de zonas rurales.

Los hogares ubicados en zonas urbanas registraron un promedio de ingreso de ¢1,17 millones; mientras que los de las zonas rurales de ¢719.885.

Las diferencias entre hogares de mayores y menores recursos son, al mismo tiempo, causas y consecuencias de esta condición. Por un lado, factores como los menores indicadores educativos, la mayor incidencia de relaciones de dependencia económica y demográfica, y la mayor cantidad de integrantes por hogar, hace que sea más compleja la situación económica actual de los hogares en peores condiciones. Por otro lado, también son factores que inciden en que la situación económica negativa se mantenga con el paso del tiempo.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) afirmó en su informe de panorama Social 2022 que la región vive una crisis que requiere de inversión social para evitar que se profundicen y se perpetúen los efectos de la pandemia de covid-19, que todavía no se revertían hasta el cierre del año pasado.

La Enaho cuantificó el nivel de pobreza de Costa Rica en un 21,8% este 2023 y, de ella, 6,3% entró en los parámetros de pobreza extrema. La línea de pobreza en Costa Rica es de ¢129.038 en zonas urbanas y ¢99.537 en zonas rurales; mientras que la línea de pobreza extrema es de ¢62.635 y ¢51.930, respectivamente.