Tipo de cambio sigue bajando, ¿cuándo podría parar?

El tipo de cambio ha bajado a un ritmo inusual para el mercado costarricense, cuánto más puede durar esta caída dependerá de la reversión de una serie de variables

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Desde el segundo semestre del 2022 el tipo de cambio ha caído a un ritmo inusual para el mercado cambiario costarricense: pasó de un precio máximo de ¢696 el 21 de junio del año pasado a ¢563 el 25 de enero de este 2023.

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¿Cuánto más puede durar esta caída? Esta es una pregunta capciosa, la verdad es que sería irresponsable predecir una fecha que, a ciencia cierta, no se sabe. Lo que sí sabemos es que la apreciación del colón es el resultado de la conjugación de una serie de variables tanto nacionales como internacionales, así que si aplicamos un ejercicio de ingeniería inversa lo que tendría que suceder para que la tendencia se reverse es que una o más de estas variables cambien su comportamiento.

¿Cuáles son estás variables? El mismo Banco Central de Costa Rica (BCCR) las enumeró cuando, ante las preocupaciones de los sectores más afectados, salió a aclarar en una conferencia de prensa los motivos de este atípico fenómeno cambiario.

Repasemos las razones que han impulsado esta tendencia:

Mayor oferta de dólares

Un mayor flujo de dólares en el mercado ha atenuado las presiones alcistas en el tipo de cambio. Después de una pandemia que le cerró el grifo a la entrada de dólares por parte del turismo, la cantidad de divisas que llegaron al país en el 2022 por este concepto mostró signos de mejora; prácticamente se duplicó el flujo en comparación con el 2021, aunque todavía se encuentra por debajo de los niveles del 2019.

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Actualmente el país se encuentra en medio de la temporada alta del turismo así que la entrada de dólares debería de ser abundante hasta finales de abril, cuando empieza a perder fuelle. Es relativamente habitual que la entrada de la temporada baja derive en que hayan más presiones alcistas en materia cambiaria ante una reducción en la cantidad de divisas que circulan en el mercado.

En términos de oferta de divisas el Banco Central también considera que el aumento en la inversión extranjera directa también ha contribuido a que haya una mayor cantidad de la moneda estadounidense dentro del mercado. A noviembre del 2022 habían entrado 50 empresas nuevas al país por medio de las zonas francas, 11 más de las que se registraron en todo el 2021.

Adicionalmente, el Central también considera que una mejoría en los resultados fiscales y una menor percepción de riesgo de los bonos de deuda soberana de Costa Rica han favorecido la entrada de capitales al país.

Menor demanda de dólares

La cantidad de dólares demandados en el mercado cambiario por el Sector Público No Bancario (SPNB) disminuyó notablemente durante la segunda mitad del 2022: pasó de $1.933 millones en el primer semestre a $1.557,8 millones en el segundo.

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Esta caída en la demanda del SPNB está vinculada, en parte, a otra de las variables que han atenuado las presiones alcistas: la disminución en el precio de las materias primas importadas. Un aumento en los precios internacionales de estos productos no solo causaría aumentos en las necesidades de dólares por parte del SPNB (vía la compra de petróleo, específicamente) sino en la demanda del sector privado que necesitaría más dólares para importar bienes.

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El índice de precios internacionales de materias primas importadas —el cual calcula el BCCR tomando en cuenta las cotizaciones de granos, metales y petróleo crudo— lleva cinco meses continuos en los que presenta variaciones interanuales negativas. Esta disminución, aunada al abaratamiento en los precios del transporte marítimo, ha permitido atenuar la demanda de divisas y, por ende, la presión al alza en el tipo de cambio. Que este comportamiento se mantenga dependerá de la estabilidad política internacional (con especial atención a Rusia y Ucrania) y que la cadena de transportes no vuelva a trabarse al nivel de la crisis de contenedores de los últimos dos años.

Otra variable que le ha restado fuelle a la demanda de divisas tiene que ver con la desaceleración de la dolarización de las inversiones de las Operadoras de Pensiones Complementarias (OPC). Mientras que en la primera mitad del 2022 las OPC compraron $831 millones, en el segundo semestre ese dato bajó a $374 millones.

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A partir de finales del 2020 las OPC aceleraron su demanda de dólares al empezar una migración hacia instrumentos de inversión en mercados extranjeros, principalmente en Estados Unidos. El éxodo de dólares fue provocado, en gran parte, por la disminución de las tasas nacionales que hicieron que la inversión en colones tuviera premio negativo.

Actualmente un 38% de las inversiones del Régimen Obligatorio de Pensión Complementaria (ROP) está en dólares y un 28% está en el extranjero. Estos porcentajes todavía tienen margen de crecimiento debido a que el tope que se le permite a las OPC colocar fuera de Costa Rica es del 50%, sin embargo en los últimos meses las inversiones en el extranjero han disminuído ligeramente; en junio del 2022 eran un 30%, por ejemplo.

Una eventual mejora en el rendimiento de los mercados internacionales podría incentivar una mayor salida de las inversiones (y por ende una demanda de dólares por parte de las OPC), no obstante eso está atado a que mejoren las condiciones macroeconómicas mundiales, principalmente la inflación, y a que el premio por colocar en colones pierda atractivo.

Mejora del premio por ahorrar en colones

Las tasas de interés en colones han crecido a un mayor ritmo respecto a las de dólares y esto ha incentivado la adquisición de instrumentos de ahorro e inversión en moneda nacional por encima de los ofrecidos en divisas, ayudando a aflojar la demanda de la circulante norteamericana.

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Para que se revierta esta tendencia tendría que disminuir la distancia que hoy separan las tasas de ambas monedas, ya sea por medio de un incremento en las de dólares (atadas a las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos) o por una disminución en las de colones (por medio de ajustes de política monetaria del Banco Central).

Para que esto último suceda la inflación tendría que ceder a un ritmo lo suficientemente convincente como para que el BCCR decida aflojar su política restrictiva. Actualmente el país lleva cuatro meses seguidos en los que la inflación se desacelera, sin embargo todavía continúa por encima de la meta del Central de ±1 punto porcentual alrededor del 3%. No se espera que los resultados se acerquen a la meta hasta finales del 2023 y principios del 2024.

El último dato de inflación, el de diciembre del 2022. registró un incremento interanual del 7,88%. El BCCR, si bien admite que son resultados esperanzadores, está consciente que todavía es temprano para cantar victoria y bajar las tasas, sin embargo sí ha puesto hielo en tres meses consecutivos a sus aumentos en la Tasa de Política Monetaria (TPM) y, de mantenerse la tendencia, no prevé aumentos en el futuro cercano.