¿Un''default' de Grecia? Hacia un hipotético y complejo proceso

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

París. - El caso nada tiene que ver con la quiebra de una empresa decretada por un tribunal. Si Grecia hiciera default, el desenlace de este escenario aún hipotético sería complejo y sinuoso.

¿Y si Grecia quebrara?

Un Estado no puede "quebrar" en el sentido jurídico de la palabra, es decir una empresa en suspensión de pagos comprobada por un tribunal, y la organización de un procedimiento para resolver colectivamente esta situación.

A falta de "tribunal" para los Estados, Grecia no puede quebrar. Pero puede estar en default, es decir verse incapaz de pagar su deuda o sus intereses, o de refinanciarla.

¿En qué momento el país puede estar en default?

Su ministro de Finanzas Yanis Varoufakis dijo el lunes que Grecia puede carecer de liquidez de aquí a "dos semanas".

Desde 2010, Grecia no puede --como sí lo hacen casi todos los demás países europeos--, financiarse regularmente acudiendo a los mercados. Depende de la ayuda internacional, pero ésta está ahora suspendida a la espera de un acuerdo entre Atenas y sus acreedores sobre un programa de reformas. A Grecia le queda por recibir de esa ayuda internacional unos 7.000 millones de euros antes del verano boreal.

El Estado griego recurre de momento a complejos montajes financieros para pagar a sus funcionarios o la factura de la electricidad de sus ministerios. Pero esos montajes ya están agotados, según Varoufakis.

El criterio decisivo para establecer que el país está en default sería que Atenas no pudiera pagar uno de sus vencimientos, que son numerosos en los próximos meses.

¿Cuales son esos vencimientos?

Grecia debe pagar 11.500 millones de euros, principalmente al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Central Europeo (BCE), en junio, julio y agosto.

Para Christopher Dembik, economista de Saxo Banque, "el vencimiento crucial es el del 20 de julio", es decir unos 3.500 millones de euros debidos al BCE y a otros bancos centrales europeos.

De momento, Grecia puede financiarse en los mercados a corto plazo (3 y 6 meses), pero --salvo recientes excepciones-- Atenas no puede desde 2010 tomar prestado a largo plazo (10 años), debido a los prohibitivos tipos de interés exigidos por los desconfiados inversores.

Pero si el 20 de julio Grecia y sus socios no logran llegar a un acuerdo que permita darle liquidez a Atenas para hacer frente a sus vencimientos, la situación puede ensombrecerse seriamente para el país europeo.

En caso de default en julio ¿qué ocurrirá?

El principal riesgo, según Dembik y Jesus Castillo, economista de Natixis, sería un derrumbe del sistema bancario debido a retiradas masivas de dinero, en un ambiente de pánico, lo que tendría graves consecuencias económicas y sociales.

Pero este escenario catastrófico --un default caótico-- no parece probable para los dos economistas, debido a la muy especial situación de Grecia.

Tras haber anulado en 2012 una parte de los créditos en manos de los bancos privados, Grecia tiene ahora acreedores esencialmente públicos que controlan cerca del 70% de su deuda.

Todo ello hace que la situación de Grecia sea muy diferente de la de Argentina, en default en 2001, pero que aún hoy se enfrenta a acreedores privados recalcitrantes.

La situación de Grecia es más simple: tiene menos interlocutores, y éstos son organizaciones internacionales y Estados, y no "fondos buitres", como es el caso para Buenos Aires.

Aunque más simple, la situación no es por ello más cómoda. Según Dembik, antes de hablar de anulación de la deuda griega --medida poco aceptada por las poblaciones de los demás países europeos--, habría que buscar soluciones intermedias, como una restructuración de la deuda helena.