Volumen de bolsa fue tímido en 2012

Inversionistas prefirieron apostar por el corto plazo de uno a dos años en el mercado secundario

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El 2012 no fue el mejor año para el mercado de valores local. En términos generales, la cantidad de dinero transado fue un 2% menor en comparación con el 2011.

Ese efecto se vio reflejado con un impacto en el mercado secundario de la Bolsa Nacional de Valores (BNV), que es donde se negocian los instrumentos de inversión (bonos) luego de que son subastados.

Al comparar los datos dolarizados del secundario, en el 2012, se negoció un 27% menos, que equivale a $2.133 millones de descenso en las operaciones. Estas cifras solamente incluyen operaciones con títulos de deuda.

Por otro lado, el mercado primario, que es donde los emisores ponen por primera vez sus valores, sí tuvo un incremento del 19% y al final el total fue de $8.021 millones.

El gerente general de la BNV, José Rafael Brenes, reconoció que el año pasado pasó sin grandes cambios para el mercado, sin repuntes extraordinarios y tampoco grandes descensos.

Domina el corto plazo

Otra característica del 2012 en el mercado secundario fue el apetito por el corto plazo, es decir, los inversionistas no se aventuraron a negociar bonos con un plazo más lejano al 2014.

Las transacciones con papeles que vencían en el mismo 2012 y en el 2013 fueron superiores a las correspondientes de hace dos años.

Por ejemplo, durante el año pasado, los inversionistas negociaron $3.615 millones en papeles con vencimiento al 2012 y el 2013; mientras que en el 2011 fueron $2.925 millones para los que vencían en el mismo 2011 y el 2012.

En lo que se refiere a plazos más largos, en el 2011 hubo más demanda por papeles con vencimiento desde el 2014 hasta el 2020.

Solamente los vencimientos al 2021, 2022 y 2025 fueron más atractivos en el 2012.

Según Brenes, ese mayor dinamismo en el corto plazo se explica por una mayor negociación de emisiones que se vendieron en ventanilla –especialmente bancarias– y que luego son inscritas y llevadas al mercado secundario.

Para él, ese tipo de operaciones resta profundidad al mercado, pues no son plazos estandarizados. Además, dijo, sería deseable que fueran de mayor duración.

El gerente de ventas de Mercado de Valores, Joaquín Patiño, justificó esa mayor demanda por el corto plazo por el movimiento de las tasas de interés y los respectivos precios de los bonos.

La presión política por la propuesta de reforma fiscal al principio del 2012, hizo que las tasas se elevaran y ocurrieran dos cosas: la primera consistió en que los inversionistas institucionales paralizaran la compra-venta de instrumentos ante el menor precio de los activos y, la segunda, consistió en la creación de expectativas entre los inversionistas de que las tasas seguirían subiendo.

Para Patiño, algunos inversionistas se quedaron en el corto plazo a la espera de ver un mayor incremento en las tasas, pero conforme avanzó el año, la reforma fiscal no prosperó y se logró la emisión de bonos de deuda externa y fue posible ver que los intereses no seguirían creciendo.

Brenes aceptó que el Ministerio de Hacienda y su plan de emisiones estrechó al resto del mercado, limitando, por ejemplo, las emisiones bancarias.

Sin embargo, algunos sí aprovecharon la oportunidad de comprar barato y con buen rendimiento.

Según Patiño, los bonos de Hacienda del 2022 y del 2025 fueron una buena opción durante el año pasado.

En lo que se refiere a los emisores no hubo mayores cambios, los cinco más buscados en el 2012 fueron los mismos que el año trasanterior, entre ellos, los bancos estatales y el ICE.