Tras los años dorados que vivieron las materias primas, el gran reto de América Latina ahora es convertirse en un hub de servicios globales, según aseguraron expertos del continente reunidos en Santiago, Chile.
"Lo que hoy está en juego es la capacidad de los países latinoamericanos de crear economías más globalizadas, competitivas y menos dependientes de los recursos naturales", dijo la presidenta chilena, Michelle Bachelet, en la apertura del encuentro convocado por la Asociación Latinoamericana de Exportadores de Servicios (ALES), la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (DIRECON) y ProChile.
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En la primera ronda de negocios, organizada precisamente por ProChile, participaron más de 140 exportadores chilenos y 32 importadores de 12 países de América. También participaron delegaciones de Estados Unidos y Europa. Para Bachelet, se trata de aprovechar las oportunidades que ofrece el comercio de servicios en términos de crecimiento, creación de empleo, desarrollo y equidad de género.
El objetivo es hacer una reflexión sobre las carencias y los retos, así como identificar las oportunidades para convertir la región en exportador de conocimiento y destino de inversiones. Según datos de ALES, las exportaciones de servicios de los países de América Latina se elevaron en 2015 a $165.600 millones, mostrando en los últimos diez años una tasa de crecimiento anual promedio del 6%.
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Sólo en Chile, el sector servicios representa el 15% del comercio exterior, según el director general de Dirección de Relaciones Comerciales de la Cancillería chilena (Direcon), Andrés Rebolledo. Desde los servicios desarrollados para la minería que quiere exportar a otros países, pasando por la alimentación o el turismo, Chile parte de una posición aventajada para competir en este sector. La presidenta chilena anunció la creación de la Marca de Servicios de Chile, una alianza de los sectores público y privado chilenos para mejorar el acceso a los mercados internacionales.
Pero para hacer realidad la aspiración de convertirse en hub de servicios globales, los países del continente deben apostar por la educación de calidad, consagrar muchos más fondos a la investigación y el desarrollo, mejorar las infraestructuras, simplificar los trámites administrativos o mejorar los salarios, algunas de las lacras que frenan su crecimiento. "Es un trabajo que tiene que ser proyectado en el tiempo", dijo el ministro de Economía, Desarrollo y Turismo de Chile, Luis Felipe Céspedes, quien abogó por confeccionar "políticas de Estado y no de gobierno".
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"La visión de lo que podemos hacer como países es lo que nos da una política proyectada en el tiempo", aseveró. "Si no somos capaces de subirnos al carro del comercio de servicios, como país, como región, vamos a tener un problema importante", espetó por su parte el subsecretario de Finanzas chileno, Alejando Micco.