'El management debe desarrollar más su costado femenino'

El consultor Álvaro Rolón se refirió a cinco rasgos que distinguen a la mujer

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"El management debe desarrollar mucho más su costado femenino", afirmó Álvaro Rolón, autor del libro ¡Al carajo!, quien propuso un ejercicio al inicio de su charla durante el evento de Mujeres Líderes organizado por el diario La Nación de Argentina.

El ejercicio consistió en anotar tres conceptos de la vieja gerencia que el público mandaría "al carajo", no sin antes una aclaración: "El término carajo se usa de forma peyorativa, pero es ese pequeño lugar del mástil de los barcos donde se enviaba a los navegantes a ver tierra, pero donde también iban en prisión. Mandar al carajo es mandar algo arriba para que piense", se divirtió.

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Rolón compartió un "modelo" de cinco puntas, cinco rasgos a los que dijo considerar "más femeninos que masculinos".

El primero que mencionó fue la belleza: "En las organizaciones veo conversaciones opacadas y muchas veces tóxicas, asimetrías de poder, manipulación, palabras feas y poca diversión. Estar caminando por esos pasillos es francamente del Jurásico", explicó.

En este punto recordó la frase del escritor alemán Goethe: "Alimenta la belleza, porque lo útil se alimenta a sí mismo", y dijo que los hombres se habían ocupado excesivamente de lo útil durante la historia del management. "Ser tan eficientes nos lleva a ser ineficientes. Es importante poder sostener la belleza y llevarla a los lugares donde trabajamos, todo el tiempo y en todo lugar", sostuvo. En este punto aclaró que no se trata de "colgar un cuadro lindo en la sala de reuniones", sino de la armonía con la realidad.

La adrenalina fue el segundo concepto. "Son esas ganas de poder conquistar, de llevar lo que tengo a un lugar superior. Yo observo (entre los integrantes de una empresa) un nivel de preguntas excesivamente bajo", expresó.

Y añadió: "El viejo management nos dijo que los objetivos tienen que ser logrables. Yo les traigo una idea diferente: los objetivos tienen que ser tan difíciles que tu equipo piense que son imposibles, pero que tenga ganas de intentar lograrlos".

Concluyó que "las organizaciones tienen que temblar, porque si no tiemblan, se duermen".

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El siguiente concepto fue el del propósito: "Que cada persona de tu equipo no esté poniendo un ladrillo, que sepa que está construyendo la Capilla Sixtina. Observo que nadie entiende para qué está. No nos preguntamos qué estamos queriendo lograr, cuál es nuestra bandera". Aclaró que si cada uno de los que forman el equipo consigue entenderlo, "dará lo mejor de sí".

Luego habló de la empatía. Dijo que a la mayoría de las compañías "les importa un rábano conectar" con sus clientes mientras "el Ebitda les dé". Resaltó que ve que los líderes de las organizaciones están "tan lejos de su gente como de sus clientes", y que las mujeres "están en una posición mucho mejor para ser empáticas" por tener una mirada menos egocéntrica y más "heterocéntrica".

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Finalmente, Rolón habló de la creatividad. "Les dejo una fórmula que dice así: la creatividad es igual a una función de la actitud que multiplica el conocimiento y la imaginación, y se potencia a la diversidad", lanzó. Explicó que el mayor factor de éxito de una persona es la actitud y se refirió a la diversidad como la clave "maravillosa" para lograr resultados distintos.