Las ocho razones por las cuales en un mundo digital, la globalización no es inevitable

No es tan cierto que la tecnología pueda ayudar a abrir más las fronteras

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En las secuelas del referéndum del Brexit y la elección del presidente Donald Trump, la globalización es vista como un lastre político y no como la llave de la prosperidad. Esta reacción populista nos recuerda que las recompensas de la globalización no están distribuidas equitativamente y que, como resultado, hay preocupación acerca del surgimiento de guerras comerciales.

A pesar de ese cambio, muchos expertos continúan creyendo en el potencial virtualmente ilimitado de la globalización. La mayoría se enfoca en la digitalización y las tecnologías de la comunicación.

Yo me refiero a dichas percepciones exageradas de la globalización como “globaloney”, un término acuñado en los años 40 por la antigua integrante de la Cámara de los Representantes de Estados Unidos, Clare Boothe Luce, una republicana. El columnista del New York Times , Thomas Friedman, con notoriead, ha propuesto que, gracias al Internet, el “mundo es plano”, pero está equivocado.

Un ejemplo reciente de “globaloney”, relacionado con la digitalización, es The Age of Discovery, escrito por Ian Goldin y Chris Kutarna, quienes argumentan que, gracias a una conectividad radicalmente incrementada, podríamos estar al borde de un renacimiento global.

Estuve en un panel con Goldin acerca la globalización, tres días después de la elección de Trump y sugerí que encarnaba la clase de riesgo que podría descarrilar un renacimiento global. La respuesta de Goldin: sin importar lo que pudiera pasar con los flujos físicos debido a, digamos, una guerra comercial, ello no interferiría con el crecimiento explosivo de los flujos digitales interfronterizos.

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Aunque concuerdo en que la digitalización puede facilitar la globalización, he aquí ocho razones por las que no estoy convencido de que las tecnologías digitales sean suficientes para impulsar el avance de la globalización:

1Por más de 150 años, se ha hablado de las nuevas tecnologías que están haciendo que el mundo sea uno. La declaración de Friedman respecto a que el mundo es plano fue motivada por el ejemplo del software en la India. Más de una década después, los exportadores hindúes de software todavía generan más de un 80% de sus ingresos, y en la mayoría de los casos, todas sus ganancias, de los mercados de habla inglesa, siguen siendo sensibles a las regulaciones en cuanto a visas y subcontratación internacional, y todavía dependen de programadores en India, que cuestan una fracción en comparación con los de occidente (una diferencia que se desvanecería rápidamente en un mundo verdaderamente plano).

2La proporción internacional de las llamadas telefónicas, amistades en Facebook, tráfico de Internet, comercio electrónico y Twitter, varía entre un 5% y un 25%. En otras palabras, las interacciones internas dominan a las internacionales en esas categorías digitales. Las fronteras nacionales siguen importando mucho.

También, las diferencias de idioma continúan limitando las comunicaciones internacionales.

3 Los niveles de internacionalización de los flujos digitales parecen, al menos para algunas categorías, estar incrementándose, pero modesta y no explosivamente. Aunque el último reporte de McKinsey sobre la globalización digital menciona que los flujos internacionales de información se multiplicaron por 45 veces desde el 2005, los flujos domésticos también se expandieron enormemente en el mismo periodo. Mi mejor estimado es que la proporción internacional del tráfico en Internet se ha duplicado aproximadamente desde 2005. La emoción acerca del crecimiento absoluto de los flujos internacionales no es una guía útil para incrementar la internacionalización.

4Incluso si el nivel de internacionalización de los flujos digitales estuviera creciendo explosivamente, el no limitar su peso en el análisis deja espacio para que inunden todo lo demás.

Por ejemplo, considere las llamadas telefónicas transatlánticas a principios de los años 30, justo después de que se inauguró el servicio Nueva York-Londres. Consideradas por sí mismas, las astronómicas tasas de crecimiento habrían indicado una globalización robusta. Sin embargo, de hecho se registró una caída de dos tercios del comercio mundial a principios de esa década, por lo que ese periodo es usualmente considerado como el final de la primera ola de globalización.

5 Un enfoque en los flujos digitales también ignora que algunos están enlazados con flujos físicos, los que generalmente se encuentran en mayor medida bajo el control de los gobiernos nacionales. El comercio electrónico interfronterizo disminuiría si los productos no pudieran ser enviados fácilmente a través de las fronteras. Además, los flujos de personas estimulan tanto los flujos de comercio como los de información.

6 Los gobiernos pueden interferir con los flujos físicos y digitales. Especialmente considerando la fragmentación de la splinternet , dramatizada por el desarrollo de una ecología de Internet distintiva en China, este es un tema de mucha preocupación. Además, estos temores son exacerbados por el reconocimiento de que el ciberespacio abre una nueva arena para la guerra: de acuerdo con analistas de Internet, docenas de naciones tienen la habilidad de hackear a otras, como una extensión de su política exterior. El argumento es que las elecciones en materia de política pueden afectar los desarrollos tecnológicos.

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7Los devotos digitales tienden a fusionar la digitalización con los activos intangibles, de formas que exageran el potencial de la transformación digital. Algunas clases de conocimiento especializado son generalmente consideradas como no digitalizables, el conocimiento tácito, por ejemplo.

8 Otro error común es asimilar digitalización con tecnología, y plantear que todo cambio tecnológico empuja en la dirección de un incremento de la globalización. Sin embargo, desarrollos como la robótica y la impresión en 3-D podrían limitar el comercio, dependiendo de cuán rápido disminuyan sus costos. La tecnología educacional en línea podría reducir los flujos interfronterizos de estudiantes universitarios.

¿Por qué es importante llamarle la atención a las personas respecto a la “globaloney”? En el nivel de la política pública, la globaloney alimenta la autocomplacencia. Como Zhang Xin, el CEO de Soho China, señaló en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, este año: “Sin importar todas las sorpresas del año pasado en los resultados de las elecciones políticas, la globalización continuará. Estamos muy conectados hoy, y venir a Davos está reafirmando esto”,

Sin embargo, la desconexión entre la globalizada élite de Davos y los compromisos nacionales y locales de sus consumidores y empleados alientan la reacción que vemos actualmente. Además, a nivel de la estrategia de negocios, la “globaloney” lleva a un exceso de confianza acerca de nociones como el que las plataformas digitales mágicamente reemplazarán todo el tiempo y recursos que la globalización típicamente requiere.

© 2017 Harvard Business School Publishing Corp. Distribuido por: The New York Times Syndicate