Una huelga de los controladores aéreos franceses obligó este martes a anular una cuarta parte de los vuelos previstos en el país, y llevó a Francia y a Alemania a pedir a Bruselas que suspenda su proyecto de liberalización del control aéreo, presentado por la tarde en el Parlamento europeo.
Unos 1.800 vuelos -sobre un total de unos 7.650 vuelos por día- fueron anulados en los aeropuertos franceses a raíz de esta huelga, lanzada contra los proyectos de la Comisión Europea para liberalizar el sector, informó la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC).
"Globalmente, la situación es bastante calma en los aeropuertos", dado que las medidas tomadas previamente permiten que se encuentren en ellos "únicamente los pasajeros que pueden" embarcar en su vuelo, indicó un portavoz del organismo.
La DGAC había pedido a las compañías aéreas que redujeran a la mitad sus programas de vuelo durante la huelga, que empezó el martes y durará hasta el jueves, en los aeropuertos de París-Roissy, París-Orly, Beauvais, Lyon, Niza, Marsella, Toulouse y Burdeos.
El Sindicato Autónomo de Controladores Aéreos (SNCTA) llamó al cese de actividades para denunciar "las consecuencias directas en la política nacional de las obligaciones europeas" en el sector.
Otros sindicatos llamaron a la huelga, pero solamente el miércoles, denunciando asimismo el proyecto de Bruselas de crear un espacio aéreo único en la Unión Europea.
Según el sindicato USAC-CGT, "los futuros reglamentos europeos relativos a la navegación europea son un ataque directo contra el carácter de servicio público de este sector de actividad" y apuntan a "deslocalizar y poner en competencia sectores enteros de la gestión de la navegación aérea".
El proyecto europeo tiene por objetivo suprimir las fronteras nacionales en los aires, triplicar la capacidad del espacio aéreo y reducir un 50% los costos de gestión del tráfico aéreo.
El comisario europeo de Transportes, Siim Kallas, presentará el martes por la tarde ante el Parlamento europeo de Estrasburgo propuestas para reactivar esa reforma, concebida hace unos diez años y estancada a raíz de las reticencias de varios Estados de renunciar a su soberanía sobre el espacio aéreo.
Su proyecto contempla la separación entre los organismo de control aéreo y de sus reguladores, la simplificación del espacio aéreo de la UE, la libre competencia para los servicios de apoyo a las organizaciones de control, como los servicios de meteorología.
El ministro francés de Transportes, Frédéric Cuvillier, declaró el martes que, de acuerdo con Alemania, pidió a la Comisión Europea que suspenda su proyecto. "Francia no apoya esta nueva iniciativa de la Comisión", dijo, explicando que París no desea avanzar hacia una "separación de las funciones de regulación y de control".
El ministro recalcó que la aviación civil está aplicando solamente ahora una reglamentación europea que data de 2009, relativa a un "cielo único" y a una coordinación entre los diferentes servicios de aviación civil, y que la misma "no ha dado todavía todos sus frutos en materia de eficacia del sistema para los usuarios".
"Lo que nos plantea problemas no es el principio de 'cielo único' destinado a armonizar la gestión de la navegación aérea europea", lo que "no aceptamos es que la Comisión utilice eso para privatizar y empujar la liberalización de un cierto número de actividades", declaró a la AFP Olivier Joffrin, del sindicato Usac-CGT.
Citó al respecto los servicios que se ocupan del mantenimiento de los radares, que "son los ojos y los oídos de los controladores".