La pandemia impulsó a floricultores, pero la creciente inflación amenaza con marchitar el negocio

Reactivación de eventos, necesidad de embellecer los hogares y regalos ayudan a los productores

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“La pandemia despertó ese sentimiento de regalar flores a las personas en vida y no solo cuando están muertos. Al menos desde el campo yo lo veo así”, aseguró William Zúñiga, productor de flores de Llano Grande de Cartago.

El mercado de las flores y plantas vivió un amargo 2020 que luego se transformó en un exitoso 2021. La demanda por este tipo de productos creció a tal punto que las exportaciones superaron los años previos a la crisis sanitaria.

Según los productores, las personas comenzaron a embellecer y mejorar sus viviendas debido a la pandemia, y una forma de hacerlo fue con la decoración de flores y plantas. Este cambio en los hábitos de consumo los benefició a tal punto de lograr cifras extraordinarias.

También tomó especial relevancia regalar rosas, girasoles u otras flores a las personas especiales como una forma de reencontrarse después de los periodos de confinamiento y distancia social.

Sin embargo, ahora los floricultores temen que esta buena racha se marchite debido a los altos costos que enfrentan debido a la inflación.

Inclusive proyectan que para el segundo semestre de este 2022 tengan que duplicar sus precios de cara al cliente.

“No tenemos idea de cómo vaya a reaccionar el mercado cuando vos tengás los productos al doble de precio por todos estos aumentos, yo me imagino que sí nos vamos a ver afectados”

— Rodolfo Gil, presidente de la Cámara Nacional de Productores de Plantas Ornamentales, Flores y Follajes.

Mercado internacional fértil

Datos de la Promotora de Comercio Exterior muestran que para el cierre del año pasado, este sector logró exportar $165 millones, una cifra superior inclusive a los tres años previos de la pandemia.

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Las principales variedades exportadas en plantas ornamentales son dracaenas (caña india es una de ellas), ficus, sansevierias, bromelias, aglaonemas, yucca, y crotones

Para el caso de las flores, las de mayor demanda son ave del paraíso, lirios, ginger, heliconias, anturios y ramos tropicales, mientras que en follajes resaltan phoenix roebelenii, helecho hoja de cuero, aralia y cordelyne.

El mercado para los floricultores en el extranjero se divide en el 56% de la producción que va hacia Estados Unidos, el 32% a Europa, el 6% a Asia y el resto queda entre Canadá, Centroamérica y Suramérica, según datos de la Cámara Nacional de Productores de Plantas Ornamentales, Flores y Follajes.

Las plantas normalmente se venden en supermercados en Estados Unidos y Europa, y estos lugares no se cerraron durante la pandemia, por esta razón lograron mantenerse a flote durante los momentos más agudos de la crisis por el Covid-19.

Sin embargo, hubo otros segmentos dentro de este negocio que sí se vieron bastante afectados como los follajes y flores por la caída de la demanda y por no ser un producto de consumo prioritario.

Rebrote en el mercado local

A nivel nacional, los productores también perciben tierra fértil para su negocio, gracias al interés por parte de los consumidores y a la reactivación de los eventos.

La reprogramación de bodas que fueron canceladas por las restricciones sanitarias, más los nuevos matrimonios, baby showers, graduaciones y la realización de otro tipo de eventos ayudaron a los floricultores a posicionar su mercadería.

“Sí ha habido recuperación. Después de la pandemia se modificó mucho la forma de trabajo, emergieron nuevas formas de venta, se tuvo que salir mucho a buscar al cliente final, pero ahora ya todo se normalizó”, afirmó Berny Cedeño, de jardinería Cedeño en Llano Grande de Cartago.

Los productores vieron un primer semestre del 2022 sano y estable e incluso con fechas como el Día de la Madre, se ayudaron aún más y percibieron que la demanda no cayó.

“El negocio ha estado bien, se ha podido estabilizar en estos últimos meses, estamos a un 80% del 2019″, afirmó William Quirós, presidente de la Asociación de Floricultores de Llano Grande de Cartago.

Abono para los altos precios

Los floricultores disfrutaron de un tiempo de bonanza, pero ahora temen por los altos costos que se les están saliendo de control.

La inflación impactó este negocio en un 30% con las alzas de los precios en logística, transporte, fertilizantes, material de empaque, cajas de cartón y plástico.

“Estamos cobrando por nuestros productos cifras de casi el doble por problema de fletes y de costo de insumos y lógicamente al encarecerse el producto, hay menos demanda. Para este segundo semestre, yo no pronostico nada muy alentador”, explicó Rodolfo Gil, presidente de la Cámara Nacional de Productores de Plantas Ornamentales, Flores y Follajes.

De momento los productores estaban logrando un balance entre las alzas de los precios y la demanda, pero están asustados de tener que llegar a duplicar los precios de cara al cliente porque no están saliendo con todo lo que deben invertir para sacar su producción.

La actividad económica que representa las flores, plantas y follajes es relevante para el país debido a que se desarrolla en diferentes lugares y genera tanto empleos directos como indirectos y principalmente en zonas donde hay dificultades para conseguir trabajo.

Las plantas ornamentales se producen especialmente en la región Caribe, aunque también en la Zona Norte y al oeste del Valle Central como Palmares, San Ramón y Bajo Rodríguez.

Las flores, por su lado, se cultivan en la zona central y tienen un notable núcleo de producción en la región de Llano Grande de Cartago, donde se cosechan tanto para mercado local como para exportación.

Los follajes frescos y las hojas cortadas se siembran en toda el área central del territorio nacional.

“La gente tiene menor capacidad adquisitiva, entonces hay prioridades. Primero la comida y después las plantas y las flores, nuestro producto no es de primera necesidad y podría verse golpeado fuerte en este segundo semestre”, concluyó Gil.