¿Qué pasó con los helados Dippin' Dots?

Pese al éxito proyectado de este novedoso producto, la marca desapareció sin dejar rastro en el mercado nacional luego de estar operando por un año y medio.

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Luego de generar una gran expectativa en los consumidores locales, Dippin' Dots llegó a Costa Rica en lo que resultó una fugaz visita que no se extendió por mucho tiempo. Hoy, ya no existe.

Hace dos años, la franquicia de helados de origen norteamericano arribó de la mano de la empresa Oasis Group y, el 14 de febrero del 2015 empezó a operar la primera de las cinco tiendas, ubicada en Escazú.

Durante varias semanas, los consumidores se mostraron ansiosos por probar el producto que consistía en pequeñas esferas de helado de distintos sabores que llamaban la atención porque no se descongelaban al contacto con el ambiente, gracias a la tecnología con la que eran elaboradas, bajo un proceso de congelamiento criogénico que emplea nitrógeno líquido a -207 grados celcius

Para el 14 de julio de ese mismo año, la empresa anunció la apertura de dos locales más, en Plaza Freses, Curridabat y Paseo de las Flores, en Heredia. En estas dos tiendas, la inversión fue de $32.000.

Según confirmó la firma EF ese mismo año, la inversión total alcanzó $1 millón.

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Además de las cinco tiendas que llegó a abrir la marca, tenían presencia en distintos puntos de distribución. Los helados se podían encontrar en 12 Auto Mercado en el país, en tiendas Vindi y en dos Grocery Store, localizadas en los parques industriales Ultra Park 1 y 2, en Heredia.

Pese al éxito proyectado de este novedoso producto, la empresa desapareció sin dejar rastro en el mercado nacional luego de estar operando por un año y medio, pues dejó de ser rentable.

Según comenta José Badilla, director asociado de Oasis Group, la marca no logró quedarse en el país por los altos costos que implica importar este tipo de productos, que hacen imposible su producción y venta.

"El mercado de helados en Costa Rica es muy competitivo, sobre todo cuando se trata de importar y no se cuenta con los beneficios arancelarios que tienen las grandes empresas productoras de helados, por lo que mucha de la producción de este tipo de productos se limita a ser artesanal", afirmó Badilla.

Para él, la rentabilidad de estos productos es muy baja y la realidad del país no permite competir a pequeños empresarios con las grandes empresas que absorben el sector.

Según datos de la consultora Euromonitor, para el 2015, un 84,7% del mercado de helados estaba dominado por Dos Pinos, un 12,2% por Monteverde, Pops y Díaz, y solo el 3,3% lo integraban los pequeños competidores locales.

Badilla comentó que este tipo de negocio resulta medianamente rentable si se maneja a través de la distribución masiva de los productos. En su caso, para las tiendas Dippin' Dots se requerían buenos puntos de venta y resultó costoso, considerando además los costos de operación.

"Si se toman en cuenta los costos de operación y el alquiler de un buen punto en cualquier centro comercial del país, habría que vender ¢12.000.000 al mes para poder generar utilidades y eso es practicamente imposible", aseguró Badilla.

Según considera, el negocio de mercados en el país podría sostenerse solo dentro de economías de escala. "Para sobrevivir en este negocio, hay que ser muy grande".

Conozca más sobre el mercado de helados en un reportaje en siguiente versión impresa de El Financiero, que circulará el próximo lunes 5 de diciembre.

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