Surge un híbrido entre mercado gastronómico y restaurante

Esencia Mercadito es un caso de reconversión de un restaurante tradicional ante el empuje de las nuevas tendencias de consumo

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La ola de mercados gastronómicos sigue creciendo en el país y a la vez genera conceptos híbridos para la industria de la restauración, como la transformación de restaurantes en nuevos modelos de negocio.

Un caso de este fenómeno es Esencia Mercadito, en Heredia, que ocupó el lugar del restaurante Oporto, propiedad de las hermanas Paula, Aurelia y Priscilla García.

El local tiene tres barras (desayuno, repostería y otras comidas), todas operadas por las propietarias. Además sirve como plataforma para la venta de productos agrícolas y artesanales del país; ofrece talleres y cuenta con espacio familias que vengan con niños o mascotas.

La arquitecta a cargo del proyecto, Fabiola Suárez, de la empresa Dual Arquitectura y Construcción, el enfoque del proyecto es generar una experiencia que permita a la gente sentirse bien y que genere impacto en la comunidad.

“Para efecto de nosotros que venimos desarrollando mercados gastronómicos, esto es una innovación. Es el siguiente nivel. Rescato que ellas se reinventaron como restauranteras para hacer algo completamente nuevo. Esto no existe en Costa Rica y debería funcionar como inspiración para otros empresarios en este sector”, djo Suárez.

Dual es la firma responsable de los proyectos El Mestizo (Plaza Tempo) y Por media calle (Santa Verde). Este año abrirá otro de sus proyectos en Pavas y tienen al menos cinco conceptos en desarrollo en Costa Rica, Panamá y Guatemala.

Esta tendencia ha puesto presión sobre el modelo tradicional de restaurantes, debido a que los consumidores privilegian las experiencias a la hora de decidir dónde gastan su dinero.

El mercadólogo Abner Azofeifa, de la empresa Arquimágenes, había dicho a EF que los restauranteros tienen el reto de tomar sus locales y desarrollar una estrategia que se adapte a las nuevas demandas de los clientes, en especial los más jóvenes.

“Debe de estar muy bien en su estrategia de experiencia de consumo, en qué va a ofrecer. Debe de tener líneas alimenticias que puedan ir variando con relativa facilidad a los cambios del deseo del mercado, deben de ofrecer espacios de esparcimiento donde la gente disfrute al visitarnos más allá de los productos alimenticios”, advirtió.

En Costa Rica se ha popularizado el desarrollo de mercados gastronómicos en centros comerciales, independientes e incluso fuera del Área Metropolitana. La oferta incluye los mercados de Escalante y La California, El Mestizo en Plaza Tempo, El Abasto en el centro de San José, Por media calle en el desarrollo de uso mixto Santa Verde, en Heredia, y el de apertura más reciente, Vía Gourment, en Santa Ana Town Center.

También hay propuestas como Cointainer Platz, también en Santa Ana, y El mercadito de Tamarindo, en Guanacaste.

Este mes está programada la apertura de dos proyectos: Amor de Barrio, en Barrio La California, y La Fortina, en Heredia.

Impulso de Oxígeno

Esencia Mercadito está frente a los cines de Oxígeno Human Playground. Fue ese proyecto el que llevó a las hermanas García a replantearse la forma en que su negocio interactuaría con el megaproyecto comercial.

“Oxígeno es como una estrella que brilla, la zona se iluminó mucho. Y nosotros también brillamos, a la gente que ha venido le ha encantado el lugar, han tenido una sensación de algo diferente”, dijo Priscilla.

Esencia tuvo una apertura silenciosa en las primeras semanas de diciembre y está funcionando de martes a domingo, con horario martes a a viernes de 7:30 a.m. a 8:00 p.m. y sábado y domingo de 8:00 a.m. a 8:00 p.m., aunque tendrá su apertura oficial el 16 de enero. Durante sus primeros días de operación recibieron clientes de la zona y otros que llegaban desde Oxígeno caminando.

Las propietarias invirtieron alrededor de $130.000, un monto considerado como “bajo” para los estándares de la industria. El control del gasto se logró debido a las medidas de reutilización y renovación de materiales existentes, y a la coordinación con muchos de los proveedores originales, que participaron en la construcción del local original hace 15 años.

Además de la comida, dentro del local hay espacio para más de 100 emprendedores que comercian con el concepto de precio justo. También son proveedores de decoración, alimentos y productos para la elaboración de los platillos, porque así se cumple el eje de sostenibilidad y encadenamientos, clave para el concepto del mercadito.

“Este 2019 es un año de muchas oportunidades para la gastronomía, un año para reinventarse, para replantear cuál historia estoy ofreciendo a mis usuarios, a preguntarse si realmente estoy satisfaciendo sus necesidades y naturalmente analizando el contexto, cultura acorde a la comunidad donde se ubica, porque los proyectos de este tipo tienen que ser muy honestos con su propuesta y tener una clara diferenciación sobre su valor agregado al usuario final”, afirmó Suárez.