Columna Enfoques: Continuidad en el cambio

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La elección de Luis Guillermo Solís abre una nueva fase de la política nacional.

Es la primera vez que un partido que no participó en los hechos del 48 llega a la presidencia de la República.

El descontento con el sistema político se expresa de manera contundente, políticos gastados abandonan la escena, el nuevo gobierno recibe un amplio respaldo y voces antipolíticas encuentran alguna satisfacción.

Se inicia un proceso de circulación y creación de dirigencias que dará nuevos rumbos a la política nacional. y aparecen con fuerza capas medias en el escenario compartiendo con residuos de lo ido.

Tras el cambio se oculta la continuidad. Ottón y Luis Guillermo Solís provienen del vientre del PLN. El fundador del PAC fue ministro de Óscar Arias hace más de 20 años y el señor presidente electo fue diplomático del Nobel. Helio Fallas y Víctor Morales ministros del PUSC, y Ana Helena Chacón diputada de este partido.

Solís Rivera y Solís Fallas salieron del PLN por imposibilidad de ascender y por insatisfacción con la democracia interna; son hijos de las disfunciones que propiciaban las viejas élites reinantes.

Las historias personales de ambos disidentes se confunden con las de nuevos sectores sociales ascendentes provenientes de la burocracia, la intelectualidad, los ambientalistas y las cambiantes identidades en una sociedad crecientemente diferenciada.

El próximo gobierno tiene el reto de interpretar el deseo del cambio en el marco de sus propios orígenes y del respeto a la democracia representativa. Los partidos de oposición no pueden transformarse en partidos del “No” so riesgo de ir contra la corriente.

La oposición debe ser leal y racional, es legítimo oponerse a las acciones del gobierno, pero la inconformidad no puede llevar al irrespeto de la legitimidad del gobierno y a poner en riesgo los principios básicos de nuestro Estado.

No se vale la oposición por la oposición.