Columna Enfoques: Obama en Costa Rica

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La cosa no pintaba bien durante la visita, la semana antepasada, del presidente estadounidense, Barack Obama.

Cierres exagerados de carreteras, avenidas y comercio. Acceso muy limitado de la población a un líder internacional con el que claramente se identifican por su carisma, porque de alguna forma Obama los representa ante la política norteamericana de siempre. Seguridad extrema…

Pero, por fortuna, tanto la población como el Gobierno se las ingeniaron para hacer de la visita un éxito.

Esas fotos de Obama y doña Laura con los estudiantes y el saludo cariñoso de la gente a la caravana de vehículos oficiales son invaluables para transmitir al mundo la imagen de Costa Rica que debemos perpetuar: el país sin ejército, enfocado sobre la educación y el bienestar de su gente.

El foro empresarial organizado por el Incae y el BID le permitió a Obama ver de cerca algunas prioridades de la región.

Más importante aún: entender que en esta zona del planeta su país tiene aliados, admiradores y demanda por su apoyo.

Cincuenta años después de la visita de John F. Kennedy a Costa Rica –de la que por cierto nació el Incae– otro joven presidente, con una visión solidaria del desarrollo, tiene la oportunidad de volver a dejar huella en Centroamérica.

Faltó de profundizar en algunos temas, sin duda. Pero el objetivo fundamental se ha logrado: desde Costa Rica y México Obama le anuncia al mundo que la región vuelve a estar en la mira de Washington.

Después de 7 años de no tomarnos en cuenta, este cambio es bienvenido.

Ojalá lo sepamos aprovechar, como centroamericanos y costarricenses, no para pedir dádivas y privilegios, sino para iniciar un diálogo de altura en los temas que nos urgen.

Me refiero a la descriminalización de las drogas, la reducción drástica del tráfico de armas, la inversión en energía y tecnología, la generación de oportunidades para jóvenes y la integración logística de la región.