Columna Enfoques: Papa político

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El papa Francisco adopta posiciones políticas, tanto sobre temas globales como regionales; su pontificado se parece al de Juan Pablo II y se diferencia del intimismo de Benedicto XVI.

Juan Pablo II jugó un importante papel al final de la Guerra Fría y sus encíclicas se centraron en cuestiones sociales, particularmente en el trabajo humano.

El papa argentino ya tiene casi lista su primera encíclica sobre la misión de la humanidad en la custodia de la naturaleza.

El pontífice ha adelantado algunas de sus ideas al afirmar: “La naturaleza no es una propiedad de la que podamos abusar a nuestro antojo, ni mucho menos es la propiedad de unos pocos, sino un don de todos, que debemos custodiar”.

Sin embargo, sus tomas de posición no se limitan al tema global de la ecología, van más allá y se insertan en el marco de las relaciones internacionales.

Es así como hemos visto al Vaticano preocupado por la situación en Siria y el genocidio en Armenia, esta última inquietud ha provocado roces con el Gobierno turco.

La participación de Jorge Bergoglio en la reanudación de las relaciones entre EE. UU. y Cuba ha sido la nota sobresaliente en América Latina, pero su actividad no se detiene ahí.

El próximo mes visitará Ecuador, Paraguay y Bolivia y en setiembre hablará ante una sesión conjunta del Congreso de EE. UU., no sin antes haber visitado Cuba.

El papa Francisco también se ha interesado en el proceso de paz en Colombia y en algún momento ha tratado de jugar un papel de mediador en Venezuela.

La voz de Francisco se ha transformado en un factor de gran influencia, como lo ha señalado un periodista colombiano, tras su intensa actividad, surge la intención de “diseñar un pontificado desenvuelto, hablador y fotogénico que quiere ser la alegría de la casa. Es su forma, posiblemente, de pasar al contraataque de la descristianización en Europa y la recristianización, pero protestante de América Latina”.