Conozca y gestione el Estrés

El estrés puede contribuir al mejoramiento del rendimiento y productividad, pero debe gestionarse cuidadosamente

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Decía el fisiólogo y médico Hans Selye que, “no es el estrés lo que nos mata, es nuestra reacción al mismo”; y es que el estrés de una u otra manera forma parte de nuestra vida, porque nos prepara para la acción ante diversas situaciones y estímulos.

La palabra estrés viene de la palabra griega stringere, y significa ‘provocar tensión’. Según la Organización Mundial de la Salud, el estrés es “el conjunto de reacciones fisiológicas que preparan el organismo para la acción”.

Cuando experimentamos estrés nuestro cuerpo genera una serie de respuestas físicas, que nos preparan para el conocido efecto de “ataque o huida”, entre estas respuestas físicas tenemos: segregación de la hormona del estrés, el cortisol, también segregación de adrenalina, aumento de las palpitaciones, sudoración y otras reacciones de respuesta del organismo propias del proceso de estrés.

Cuando se experimenta estrés, también se viven una serie de pensamientos, emociones y conductas asociados; pensamientos relacionados a la incertidumbre, como por ejemplo: ¿lo iré a lograr?, ¿me saldrá bien el trabajo? ¿podré ser eficiente con este proyecto? ¿lograré llevar a cabo mis tareas personales y laborales?; a partir de ahí experimentamos algunas emociones como el temor o miedo, también la alegría, la sorpresa, entre otros.

Tanto los pensamientos como las emociones llevan al ser humano a emitir determinadas conductas, en determinados casos, algunas de ellas no son sanas e incluso pueden implicar un riesgo para la persona; ejemplos de este tipo de conductas son el consumo de sustancias adictivas, consumo deficiente o excesivo de alimentos, arrancarse el pelo o trastorno de tricotilomanía, manejar el automóvil a altas velocidades, entre otras.

Hay diferentes situaciones en la vida que pueden generar estrés, sin embargo, lo importante es identificar cuáles son esos estresores, entendiendo estresor como las circunstancias, elementos y/o condiciones personales o profesionales que disparan la experiencia del estrés. También cuáles son nuestras respuestas, y aprender a gestionarlo de la mejor manera posible; pues como se mencionó al principio, el estrés es parte de la vida e incluso puede contribuir al mejoramiento del rendimiento y productividad.

El estrés puede presentarse en niveles adecuados, por ejemplo, cuando existen entregas y proyectos importantes en el trabajo, y se hacen esfuerzos mentales y/o físicos para alcanzar la meta planteada, quedando una sensación de satisfacción, y posterior a esto, si la persona logra alcanzar nuevamente su equilibrio u homeostasis y descansar; entonces experimenta estrés positivo o eustrés.

Sin embargo, cuando el nivel de tensión es difícil de manejar, y las tareas no generan satisfacción sino una sensación alta de presión, que incluso limita que la persona vuelva a su equilibrio, entonces experimenta estrés negativo o distrés.

Este estrés, incluso puede dar paso a la presencia de ansiedad, de enfermedades psicosomáticas como colitis y gastritis y además, al síndrome de burnout. Dicho síndrome se presenta cuando las causas del estrés son de índole profesional.

Ahora bien, con todo esto, lo más importante es que conozcamos qué es el estrés, cuáles son sus estresores, pero también cuáles son nuestras estrategias de afrontamiento, determinando si son las más adecuadas. Estas son algunas de las recomendaciones para aprender a gestionar el estrés adecuadamente:

1. Identifique cuáles son sus principales fuentes de estrés; además si ese estrés experimentado le permite volver fácilmente a su estado de estabilidad u homeostasis o si se lo dificulta.

2. Determine qué ha hecho en relación a esa fuente o fuentes generadoras de estrés. Ha efectuado alguna acción para que su constancia sea menos frecuente o el impacto menos intenso en su vida; valore si esas medidas o aportes han sido fructíferos.

3. También, determinar cuáles son los pensamientos, emociones y conductas vivenciadas. Siempre debemos escuchar nuestros pensamientos pero en ocasiones es importante reestructurarnos, pues nos llevan a percibir ciertas realidades de forma catastrófica, paralizándonos. Además, es fundamental conocer cuáles son nuestras conductas, si por ejemplo, la conducta emitida es aumentar el consumo de sustancias adictivas; podemos reemplazarlas por otras conductas más saludables, como por ejemplo efectuar más actividad física, conversar acerca de lo que estamos experimentando y buscar ayuda con un profesional en psicología. Realizar una buena planificación del trabajo, establecer lista de prioridades y gestionar bien el tiempo.

4. Además, es fundamental tener a la semana y de forma definida, espacios donde podamos descansar con mayor profundidad, realizar alguna actividad que nos apasione y nos recargue, y conceda tranquilidad. Ver una película, leer, escuchar música, bailar, cocinar, compartir con los seres queridos, disfrutar.

5. Además, cuidar de nuestra alimentación, y de la manera de efectuarla. Por ejemplo, comer alimentos ricos en nutrientes y vitaminas. Al momento de efectuar las comidas también tratar de estar tranquilos (as), comer de forma pausada y disfrutar de ese momento.

6. Velar por nuestra higiene del sueño. Para eso hay algunas técnicas substanciales; para utilizarlas, debo considerar que puedo tener mucho cansancio acumulado durante el día o estar en estado de alerta y con mucha energía, al punto de que cuesta conciliar el sueño. Ante este panorama es ideal, dejar los aparatos electrónicos de lado, efectuar un baño relajante, tomar una bebida caliente, como por ejemplo un té y sentarse a escuchar música o leer; esto preparará al cuerpo para descansar y dormir profundamente.

Hay una cita muy cierta y sabia que dice que para “manejar adecuadamente el estrés, debemos aprender a ser fuertes pero a la vez flexibles como el bambú”. Esta flexibilidad nos permitirá adaptarnos sana y asertivamente a las situaciones, encontrando las mejores estrategias para afrontarlas sin quebrarnos y más bien disfrutando de las experiencias y promoviendo nuestra salud.