Evitar la deserción escolar tras este periodo de vacaciones es su responsabilidad

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El año pasado el número de estudiantes que no regresó a las aulas después de vacaciones de medio año, fue mayor que el registrado en el 2014. Para ese año, 13.826 estudiantes abandonaron las aulas, mientras que para el 2015 la cifra aumentó a 16.176 personas, según datos reportados por el Ministerio de Educación Pública.

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A estas alturas del año, ya los profesores, directores y profesionales en Orientación hemos interactuado lo suficiente con los estudiantes, con lo cual podemos identificar señales que pueden llevarlos a dejar sus estudios.

Por eso, desde el Colegio de Profesionales en Orientación, estamos haciendo un llamado para que la sociedad actúe según las posibilidades de cada involucrado, para que después de las vacaciones que se inician el próximo 4 de julio; no tengamos más sillas vacías.

Los niños y adolescentes deben estar en la escuela o colegio, es ahí donde se forja su futuro y es en el estudio donde encontrarán el mejor camino.

El abandono escolar tiene múltiples detonantes, algunos de ellos muy frecuentes como el bajo rendimiento académico, los problemas económicos o el bullying escolar, pero la situación es más grave si estos factores se conjugan. Un estudiante que no ha obtenido las mejores calificaciones y siente que no podrá recuperarse, podría no querer volver al aula, pero su decisión será más determinante si además de bajo rendimiento, es víctima de acoso escolar o su familia pasa por una situación económica difícil y sus padres consienten o promueven que deje la escuela para dedicarse a trabajar.

También, se debe prestar atención a los estudiantes que presentan problemas de socialización, conductas disruptivas, poca adaptación al ambiente escolar, desmotivación generalizada y crisis familiares como el divorcio, entre otras.

Sin embargo, también existen una serie de factores protectores que pueden vincular al estudiante con la permanencia escolar.

El apoyo familiar, la comunicación constante de los padres con el centro educativo, la actitud positiva del estudiante frente a sus responsabilidades, el sentido de pertenencia a un grupo de amigos, la estabilidad emocional y social, representar al centro educativo en grupos deportivos, culturales, el establecimiento de metas y el desarrollo de un proyecto de vida claro y definido, puede incidir directamente con la estabilidad y el éxito escolar.

Los padres tienen el deber de participar en el proceso educativo de sus hijos e hijas, por lo que deben darles el acompañamiento y apoyarlos para que permanezcan en sus centros de estudios.

El personal docente, orientadores y directores deben atender tanto los factores que favorecen la permanencia en el aula como los que inciden en la abandono escolar, involucrar al estudiantado en su proceso formativo y seguir en el trabajo conjunto y articulado para que cada vez sean menos estudiantes los que abandonen su mejor posibilidad de desarrollo como lo es la educación.

NOTA: El autor es secretario del Colegio de Profesionales en Orientación.