Los retos y oportunidades de la nueva normalidad postpandémica

El reto para los emprendedores no es tratar de adivinar cómo será la nueva normalidad sino leer la realidad y tomar las medidas necesarias

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Durante el año 2019, para la mayoría de nosotros hubiera sido prácticamente imposible imaginarnos la crisis que el COVID-19 causaría a nivel mundial y menos aún la magnitud de esta. De la misma manera, es muy difícil -por no decir imposible- tratar de predecir hoy como será nuestra vida (social, económica, laboral, etc.) en lo que se ha denominado la postpandemia.

Sin embargo, en un reciente artículo titulado What will the new post-pandemic normal look like? (¿Cómo será la nueva normalidad post-pandémica?) que apareció el 24 de noviembre de 2020 de The Harvard Gazette, el sitio web de noticias sobre temas de interés general de la Universidad de Harvard, un grupo de especialistas de dicha universidad identifican algunas tendencias que, aunque ya existían, se aceleraron durante la pandemia y que, de una u otra manera, se quedarán con nosotros.

Estos cambios, que pasarán a ser parte de la nueva normalidad según estos expertos, son:

  1. La forma en la que vive y consume una generación que ingresó a un mercado laboral donde reina la incertidumbre, tanto sobre los puestos de trabajo como sobre la vigencia, utilidad y necesidad de las destrezas adquiridas durante su educación, lo que la marcará para siempre.
  2. La forma en la que trabajamos y en dónde trabajamos, entendiendo que probablemente las empresas que puedan hacerlo -porque algunas no podrán por la naturaleza de su giro de negocio- implementarán esquemas únicos de trabajo desde la casa o mixtos, en los que el trabajo remoto se complementa con tiempo de oficina.
  3. La forma en la que compramos y en dónde compramos, reconociendo el crecimiento exponencial del comercio electrónico en detrimento de las formas de comercio presenciales.
  4. La planificación urbana y la forma en la que se desarrollan y crecen los centros de nuestras ciudades, antes llenos de oficinas y almacenes y que ahora se tendrán que repensar en razón de los dos cambios anteriores.
  5. La forma en la que nos abastecemos de productos, buscando diversificar los países en los que se encuentran los centros de producción para evitar así la dependencia de su solo mercado y los desabastecimientos que esto produce en una crisis de alcances mundiales.
  6. La forma en la que pagamos por nuestros bienes y servicios, prueba del cada vez menor uso del dinero efectivo y del crecimiento de los medios de pago electrónicos.
  7. La forma en la que cuidamos nuestra salud, por cuanto los largos períodos de confinamiento (obligatorio o voluntario) o de restricciones de movilidad han hecho cosa necesaria y usual el desarrollo de la telemedicina y de todos los servicios que la rodean.

Podríamos agregar uno más que no aparece en el mencionado artículo. Scott Galloway, profesor de la Escuela de Negocios Stern de la New York University acaba de publicar un libro llamado Post Corona: From Crisis to Opportunity (Post Corona: De la crisis a la oportunidad) y se ha referido en varias entrevistas a la disrupción en la educación:

8. La forma en la que estudiamos (sobre todo a nivel universitario) ya que la necesidad de permanecer en casa, aunada a las herramientas tecnológicas, les permite a las universidades llegar a más estudiantes a un costo menor.

La historia de la humanidad no es ajena a los cambios, por lo que estos ni son primeros ni serán los últimos. La diferencia esta vez es que, mientras los cambios más profundos se presentaban anteriormente en forma paulatina y la sociedad y los individuos tenían tiempo para adaptase (como, por ejemplo, el paso de los barcos de vela a los barcos con motor de vapor), los cambios hoy se dan en forma mucho más acelerada.

Como dijimos al inicio, ¿cuántos durante los últimos meses del año 2019 podían haber previsto la magnitud de la actual pandemia? Pienso que pocos… Por lo tanto, el reto para los emprendedores no es tratar de adivinar cómo será la nueva normalidad sino leer la realidad y tomar las medidas necesarias para aprovechar las oportunidades que los cambios generen.

Mario Morales, director de Estrategia e Innovación de Ernst & Young Central America considera -y con razón- que todos estos cambios van a tener una incidencia significativa en el consumidor y su conducta en relación con sus actividades cotidianas tales como como compras, entretenimiento, transporte, salud, alimentación, finanzas, trabajo y el uso de la tecnología en general.

La gran interrogante es entonces ¿qué pueden o deben hacer los emprendedores ante estos cambios? Como señala el historiador Yuval Noah Harari “…toda crisis ofrece también una oportunidad…”, pero -como pasa siempre- no serán todos los que podrán sacarle provecho a esta oportunidad sino solamente aquellos que estén listos para hacerlo.

Algunos emprendedores deberán tratar de buscar soluciones a retos específicos de su negocio: ¿cómo logro tener presencia en línea?; ¿cómo hago que le interacción con mis clientes sea lo más amigable posible?, ¿cómo facilito los medios de pago y entrega de productos y/o servicios?, ¿cómo logro ser más eficiente y me diferencio de mis competidores?

Habrá otros que, por la naturaleza de sus empresas, serán los encargados de crear las herramientas tecnológicas para solucionar estos retos, por ejemplo, desarrollando mejores estrategias de presencia en línea, creando nuevas páginas web, mejorando las plataformas de pago y de distribución.

La tecnología nos permite sacar mejor provecho a las oportunidades que generan los cambios, pero la historia ha demostrado que el gran catalizador de los avances es la necesidad y ningún momento en la historia reciente mejor que el actual para quienes puedan y sepan aprovecharlas.